Hiba

21 años | Irak
Hiba / 21 años / Irak © ACNUR/D. Al-Achi. Acompañada por una oficial de protección de ACNUR, Hiba (a la derecha) se dirigía en 2008 al aeropuerto de Damasco para coger su vuelo a Canadá.

 

A Hiba su madre la abandonó en Bagdad junto a su padre cuando tenía siete años. Cuando cumplió los 15, su padre la obligó a comprometerse en matrimonio temporal con un primo. Siguiendo la costumbre tradicional local, Hiba estuvo casada de manera informal con su primo durante 48 horas, pero él la abandonó una vez satisfecha su lujuria. Su padre se negó a traerla de vuelta a casa y la convenció de que en Siria podrían encontrar a su madre, así que se fueron al país vecino.

En la frontera sirio-iraquí su padre la abandonó. Poco después descubriría que en realidad la había vendido a un extraño. La pesadilla de Hiba acababa de comenzar.

Atrapada en un país donde no conocía a nadie, Hiba no tuvo más remedio que confiar en el hombre que decía la iba a proteger. Pero lo que hizo fue entregarla a otros hombres que la violaron repetidamente por turnos. Unos días después la llevaron a un club de Damasco, donde la obligaron a prostituirse durante casi dos años. Cuando se quedó embarazada, sus captores la abandonaron, dejándola sola en la calle para que se valiera por sí misma.

Fue así como la encontraron trabajadores sociales locales, que la llevaron a un centro de rehabilitación para menores en Damasco. “Cuando llegué por primera vez, estaba asustada y aterrorizada por lo que me pudiera pasar. Al poco tiempo me tranquilicé porque allí había otras chicas en la misma situación. Nos convertimos en hermanas, sustituyeron a mi familia. También me di cuenta de que yo no era un caso aislado. Muchas otras niñas necesitan ayuda y asistencia”.

Hiba pasó bastantes semanas en el centro antes de que un trabajador social sirio informara de su situación a la oficina de ACNUR en Damasco, la cual envió su caso para que fuera reasentada de manera urgente. Canadá respondió a esta llamada de emergencia y ahora Hiba vive feliz junto a su hija, Zaman, y la familia que la acogió en este país.

Como Hiba, muchas niñas en el mundo son víctimas de la trata y la explotación. Ponte en los zapatos de estas menores y da el primer paso para entender su situación.