Carlos

Congo
Carlos / Congo © ACNUR/ J.Galvão. Un refugiado congoleño frente al teatro Amazonas en Manaos.

Refugiado congoleño en Brasil.

"Tengo una maestría en geología y trabajaba para el gobierno de mi país en el área de minería. Tuve que mediar en una disputa tribal por el uso de los recursos naturales en el interior de mi país. Después de eso, una de las partes me empezó a perseguir  porque me acusaban de colaborar con el gobierno. Pero el gobierno también pensaba que era un traidor, por eso si volvía a Brazzaville mi vida corría peligro.

Un conocido me aconsejó que me fuera a Brasil a solicitar asilo, pero me estafaron. Me abandonaron en la frontera de Brasil y Venezuela. Estaba en la Amazonía brasileña y pedí asilo en Manaos. Y llevo viviendo aquí un año. Estoy dando algunas clases de francés , pero lo que gano no me permite vivir de un modo digno. Además, la soledad me está torturando. No veo a mi hija desde hace diez años."

Carlos es un ejemplo de los nuevos refugiados que llegan a la región amazónica de Brasil. Los países de origen de los refugiados que viven en Brasil son en su mayoría los países fronterizos, especialmente  Colombia. Sin embargo, en los últimos años Brasil ha acogido un número cada vez mayor de refugiados de otros países no americanos.

ACNUR ofrece asistencia legal a todos los solicitantes de asilo. Además, a través de un acuerdo de cooperación con la Cáritas Arquidiocesana de la ciudad,  también ofrece asistencia humanitaria de emergencia a los solicitantes, además de cursos laborales y de portugués. El objetivo es promover la integración socioeconómica de estas personas. Según el Comité Nacional para Refugiados (CONARE), actualmente viven en Brasil 4.500 refugiados, el 64,5% procedente de África, el 22,4% de América y el 10,6% de Asia.