Emergencia en la región de Tigray en Etiopía
“No sabíamos qué estaba pasando cuando escuchamos los disparos. Muchas personas fueron asesinadas: vimos entre diez y veinte cuerpos tirados. En ese momento decidimos huir. Caminé hasta que me lastimé y sangré de las piernas. Por fortuna, aquí estamos a salvo y tenemos que comer”.
– Gannite, mujer etíope refugiada que llegó a Sudán tras huir de los enfrentamientos en la Región de Tigray.
Más de 3.000 personas han huido día tras día de la Región de Tigray (Etiopía) hacia el este de Sudán; esta parte del país no había visto la magnitud de esta afluencia en las últimas dos décadas.
Las personas refugiadas se están asentando en zonas remotas donde la infraestructura es limitada. La mayoría de ellas han llegado a Sudán desde Etiopía después de haber cruzado la zona fronteriza en el estado de Kassala; y otras, por Lugdi, en el estado de Gedaref. El trayecto desde el pueblo más cercano es, por lo menos, de seis horas; por tanto, se dificulta la entrega de alimentos y suministros.
Los centros de tránsito en las zonas fronterizas están abarrotados debido al gran número de llegadas desde Tigray; en consecuencia, es alto el riesgo de propagación de enfermedades (con inclusión de la COVID-19). Nueve mil personas han sido transferidas al primer asentamiento de refugiados que señaló el gobierno. Se requiere con urgencia que se identifiquen más sitios para reubicar a las personas refugiadas que se encuentran en la frontera y para que estas personas tengan acceso a asistencia y servicios.
Al interior de Etiopía, crece cada día la probabilidad de que el desplazamiento interno aumente en el país. La falta de electricidad, de telecomunicaciones y de acceso a combustibles y dinero en efectivo dificultan que se brinde la ayuda humanitaria. ACNUR se preocupa por la seguridad de la ciudadanía de Tigray, con inclusión de las 96.000 personas refugiadas provenientes de Eritrea que se encuentran en cuatro campamentos en la región y que dependen por completo de la asistencia humanitaria. Nos unimos al llamado de la ONU para que todas las partes involucradas en el conflicto protejan a la población civil, respeten la seguridad del personal que trabaja en organismos de asistencia humanitaria y permitan el acceso a las personas que la requieren.
¿Qué está haciendo ACNUR para brindar asistencia?
ACNUR colabora sin parar con autoridades y socios en Sudán para proporcionar urgentemente alojamiento, alimentos, agua potable y revisiones médicas a miles de mujeres, hombres e infancias refugiadas que llegan de la Región de Tigray en busca de protección. Estamos distribuyendo artículos no alimentarios, que incluyen cobijas, colchonetas, barreras de plástico y juegos de artículos de higiene. Las campañas de prevención de la COVID-19 arrancaron junto con la distribución de jabones y de 50.000 cubrebocas en puntos fronterizos.
ACNUR y el gobierno han estado registrando nuevas llegadas desde Etiopía, y se ha designado personal para identificar a las personas en mayor situación de vulnerabilidad y con más necesidades, tales como niñez no acompañada, mujeres y personas de la tercera edad. Hemos estado transfiriendo a las personas refugiadas desde los centros de tránsito en zonas fronterizas al campamento en Um Raquba (70 kilómetros tierra adentro), y buscamos identificar más sitios junto con las autoridades.
La preparación no se detiene en los países vecinos ni al interior de Etiopía en vista de que se espera que continúe el desplazamiento interno y transfronterizo. Hemos estado ampliando el alcance de nuestra respuesta; sin embargo, necesitamos contar con el apoyo inmediato de donantes para continuar brindando asistencia al creciente número de personas que se ven obligadas a huir del conflicto en la Región de Tigray en Etiopía.
Más información: