"Puedo buscar empleo y garantizar la educación de mis hijos"
ACNUR está ayudando a miles de personas mozambiqueñas desplazadas a obtener documentos de identidad, lo cual facilita su acceso a empleos formales y servicios esenciales.
Asesoras jurídicas recaban los datos de las personas desplazadas por la fuerza para emitir credenciales nuevas en Cabo Delgado, Mozambique.
© ACNUR/Juliana Ghazi
Tras casi un año de haber sido separada de su familia y de hacer lo posible por sobrevivir en Pemba, la capital de la provincia de Cabo Delgado, en Mozambique, Nana Ali por fin puede ver cómo desaparecen las dificultades que ha tenido que enfrentar. Nana Ali recibió nuevos documentos de identidad que le permitirán encontrar un empleo y generar los ingresos que tanto necesita.
Esta madre de veintidós años huyó con sus dos hijos de Mocimboa da Praia, en la conflictiva provincia de Cabo Delgado, en marzo del año pasado, después de que su aldea fue invadida por grupos armados irregulares. Cuando empezaron los disparos cerca de la media noche, Nana Ali huyó con su familia y se refugió temporalmente en una casa vecina.
“No podíamos pagar el transporte de toda la familia, así que solo una persona podía irse”, explicó Nana.
El viaje desde el pueblo costero de Montepuez, de donde Nana es originaria, que se encuentra a 200 millas de la costa, tiene un costo de 500 meticales mozambiqueños (alrededor de $8 USD). Nana y su esposo acordaron que ella viajaría y que el resto de la familia la alcanzaría más tarde.
Un par de semanas después de haber llegado a Montepuez, Nana se quedó sin dinero, pero logró subirse a un camión que se dirigía a la agitada ciudad costera de Pemba, donde Nana esperaba encontrar trabajo y ahorrar dinero para enviárselo a su familia.
Al poco tiempo se dio cuenta de que, en vista de que su documentación había vencido hacía tiempo, la tarea no sería sencilla, lo cual agravaba su situación. Contar con documentos de identidad nacionales constituye un requisito para la contratación legal en Mozambique.
“La belleza del proyecto yace en que fomenta un entorno mucho más seguro para todas las personas”.
Sin la posibilidad de trabajar para apoyar a su familia, Nana se vio obligada a buscar comida en la basura en distintos puntos de la ciudad.
Al igual que Nana, Nambit (21 años) también huyó de su aldea en Mocimboa da Praia en julio del año pasado. Primero llegó a Palma y permaneció allí durante nueve meses; luego, tras los ataques que sufrió la ciudad en marzo, Nambit tuvo que huir nuevamente.
“No sé dónde está mi esposo. Nos separamos en medio del caos”, comentó.
Finalmente logró llegar a Pemba, donde ha estado viviendo con su hija de cinco años, quien no cuenta con un certificado de nacimiento.
La situación en la que se encuentran estas dos mujeres es común para las personas desplazadas internas (PDI), muchas de las cuales no cuentan con documentación civil, sea porque la perdieron mientras trataban de escapar, porque venció o porque nunca la tuvieron. Estas personas enfrentan muchos obstáculos porque no pueden moverse con libertad y porque su acceso a la asistencia vital y a los servicios – como la atención médica y el mercado laboral – es limitado. Además, corren el riesgo de sufrir acoso u hostigamiento, o bien, de ser arrestadas o detenidas de forma arbitraria.
Desde que inició el conflicto en octubre de 2017, alrededor de 745.000 personas han sido desplazadas; de hecho, los enfrentamientos más recientes (en marzo y abril) obligaron a 100.000 personas a huir de Mocimboa da Praia y Palma.
No contar con documentación hace que las condiciones de vida de las PDI sean aún más difíciles. Sin embargo, gracias a un proyecto jurídico conjunto de ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, y la Universidad Católica de Mozambique, las PDI que no cuentan con documentos de identidad están recibiendo apoyo para adquirirlos.
Margarida Loureiro, jefa de la oficina de ACNUR en Pemba, hizo hincapié en la importancia de la documentación civil en situaciones de conflicto.
“La belleza del proyecto yace en que tanto las personas desplazadas como las comunidades de acogida están recibiendo apoyo para obtener documentación civil, lo cual fomenta un entorno mucho más seguro para todas ellas”, indicó.
Samuel Chakwera, representante de ACNUR en Mozambique, añadió que, en los últimos años del conflicto, quienes residen en Cabo Delgado han enfrentado subdesarrollo crónico, ciclones y otros desafíos.
“La documentación permite que las personas desplazadas y locales jueguen un papel activo en la reconstrucción de sus vidas”, señaló.
En Mahate, un vecindario en Pemba, el proyecto ofrece asesoría jurídica a PDI y a quienes les han dado acogida; además, facilita el acceso a documentación legal y al registro de nacimientos. Se prevé que el proyecto llegue a los distritos vecinos de Metuge y Montepuez.
“Puedo traer a mi familia para que vivamos juntos otra vez”.
Aunado a lo anterior, el programa ofrece al estudiantado de derecho la oportunidad de poner en práctica sus habilidades y conocimientos. Maria Abilio y Jesuino Sumaila, quienes están cursando el último año en la facultad de derecho en la Universidad Católica de Mozambique, se incorporaron al proyecto para brindar asesoría jurídica.
“Ayudar a otras personas se siente muy bien. Es como ayudar a mi propia familia”, comentó Jesuino, de 22 años, quien añadió que la mayor parte de las personas beneficiarias provienen de Mocimboa da Praia, cerca de Mueda, su lugar de origen.
Maria indicó que, con su trabajo, ayuda a aliviar el dolor y el sufrimiento de las personas desplazadas internas porque les da un poco de esperanza.
“Resulta muy abrumador escuchar los abusos y las violaciones que han sufrido estas personas. Tenemos la responsabilidad de ayudarlas a encontrar oportunidades para empezar de cero”, agregó.
Las clínicas jurídicas abren tres veces a la semana, y entre 80 y 100 personas reciben asistencia diariamente. Desde diciembre del año pasado, casi 13.000 PDI – la mayoría son mujeres, niñas y niños – han recibido ayuda.
Nambit comenzó el proceso para obtener una identificación y un certificado de nacimiento para su hija. Con estos documentos, podrá buscar un empleo y sostener a su pequeña familia.
Mientras tanto, Nana no ve la hora de reencontrarse con su familia después de recibir la documentación.
“Puedo buscar empleo y garantizar la educación de mis hijos”, comentó. “Pero, sobre todo, puedo traer a mi familia para que vivamos juntos otra vez”.