Los homenajes llegan tras la muerte del ministro tanzano, Augustine Mahiga, ex alto funcionario del ACNUR

El Alto Comisionado rindió homenaje a un "amigo maravilloso", quien apoyó a los refugiados desde muchos roles exigentes.

Augustine Mahiga habla con la subsecretaria general de apoyo sobre el terreno Ameerah Haq (centro) después de una reunión con el presidente somalí Hassan Sheikh Mohamoud en Mogadiscio en noviembre de 2012.   © ACNUR / UN Photo / Stuart Price

GINEBRA – Tras la repentina muerte del Ministro de Justicia de Tanzania y ex alto funcionario del ACNUR, Agustín Mahiga, se han mostrado homenajes y tributos, describiéndolo como un gran amigo del ACNUR y firme defensor de los refugiados.

"Un hombre noble", "una figura inspiradora", "un padre amoroso", "orgulloso africano", "incansable defensor de los derechos humanos" fueron solo un puñado de elogios expresados sobre Mahiga, de 74 años, quien murió el 1 de mayo en Dar es Salaam después de una breve enfermedad.

El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, encabezó los elogios y llamó a Mahiga: "un sabio estadista, un excelente diplomático y ex colega del ACNUR y de la ONU, y sobre todo un hombre profundamente bueno y un amigo maravilloso".

Mahiga sirvió al ACNUR durante la década de 1990, uno de los períodos más desafiantes de la historia de la Organización. Se desempeñó como Jefe de Misión del ACNUR en Liberia durante la guerra civil, y entre 1994 y 1998 fue coordinador de la región de los Grandes Lagos de África en la sede. También ocupó cargos de liderazgo en Asia y Europa.

Entre 2003 y 2010, se desempeñó como Representante Permanente de Tanzania ante las Naciones Unidas, y entre 2010 y 2013 como Representante Especial del Secretario General de las Naciones Unidas para Somalia. En 2015, fue nombrado Ministro de Asuntos Exteriores de Tanzania y en el momento de su muerte era Ministro de Justicia y Asuntos Constitucionales.

Ex colegas de toda la organización hablaron conmovedoramente del compromiso de Mahiga con su trabajo y su pasión por ayudar a quienes de vieron obligados a huir de conflictos y abusos.

Romani Urasa, Representante del ACNUR en Ruanda de 1994 a 1998, describió a Mahiga como un "diplomático muy astuto y habilidoso e incansable defensor de la causa de los derechos humanos".

"Era un hombre muy diligente y trabajador... ayudó al ACNUR a resolver una serie de problemas aparentemente difíciles de resolver durante un período muy difícil", recordó.

Urasa, un compatriota tanzano que se retiró en 2002 después de una carrera de 25 años, dijo que Mahiga había desempeñado un papel fundamental como jefe de la unidad de los Grandes Lagos en la sede en Ginebra para mantener y construir la reputación de la agencia como un organismo respetado e independiente de la ONU en Ruanda antes y después del genocidio.

"Fue determinante en ayudar a Sadako Ogata (que entonces era Alta Comisionada) durante un momento difícil. También jugó anteriormente un papel muy importante en Liberia”, dijo Urasa. Pero agregó que sería como un orgulloso africano, modelo a seguir y mentor para muchos empleados más jóvenes, incluidos muchos africanos, que Mahiga también sería recordada con cariño.

Arjun Jain fue uno de los que siempre agradeció la experiencia de haber trabajado junto al diplomático tanzano.

"Lo conocí a fines de 1998 cuando fue asignado a la India como Representante de ACNUR en el país", recordó Jain. “Siempre lideró con el ejemplo, algo que fue crítico para mí presenciar en mi primer trabajo después de la escuela de leyes. Trataba a todos a su alrededor con inmenso respeto y eso tuvo un profundo efecto en quienes lo rodeaban”.

"Una pérdida enorme e inesperada".

Jain, actualmente basado en Nueva York como Asesor Principal de Políticas, recordó que Mahiga también se propuso invitar a los grupos de refugiados a su oficina y pasó horas escuchando sus preocupaciones.

"Siempre tuvo tiempo para ellos, y con frecuencia representaba sus voces durante sus reuniones con el gobierno... Esa también fue una lección que me ha servido mucho en estos últimos años", dijo.

Sin embargo, será como un esposo, y como un devoto padre, por lo que lo echaremos mucho de menos. Estuvo casado durante 45 años con Elisabeth y era padre de tres hijos.

Verónica, su hija, siguió los pasos de su padre en el ACNUR.

“Era un hombre de gran honor y nobleza que vio tanto en su vida. Fue un gran hombre, una gran inspiración para mí. Al crecer, no siempre podía entender por qué hacía lo que hacía. Más tarde, se convirtió en una gran admiración, él me inspiró totalmente”, declaró. "Es una pérdida enorme e inesperada, un shock terrible".

Amigos y ex colegas también hicieron énfasis en su toque humano y hablaron de cómo nunca olvidó sus raíces.

Jain recordó la última vez que se encontraron en 2018, casi 20 años después de ese primer encuentro en India.

“Para entonces, él era Ministro de Relaciones Exteriores de Tanzania, dirigiendo la delegación del Gobierno a la Semana de Alto Nivel de la Asamblea General... ¡Al instante me reconoció, me dio un abrazo de oso y nos pusimos al día en los 45 segundos que tuvimos para nosotros mismos! De una manera muy paternal, dijo lo orgulloso que estaba de que todavía estuviera trabajando con ACNUR. Tuve que tomarme una selfie con él, por supuesto. Pasé el resto del día con una sonrisa en mi cara”, dijo.