Estados alcanzan un histórico acuerdo para los refugiados y se comprometen a una respuesta más efectiva y justa
La Asamblea General de la ONU acordó un innovador marco mundial para atender de mejor manera a las personas desplazadas a la fuerza y a sus comunidades de acogida.
NUEVA YORK, 17 de diciembre de 2018 – En una histórica decisión, los Estados Miembro de la Asamblea General de la ONU acordaron hoy una nuevo marco internacional, conocido como el Pacto Mundial sobre Refugiados, el cual transformará la forma en la que el mundo responde a las crisis de desplazamiento masivo y de refugiados, beneficiando tanto a las personas refugiadas como a las comunidades de acogida.
“No se debe dejar a ningún país solo para responder a la gran afluencia de refugiados”, dijo el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi. “Las crisis de refugiados requieren la repartición mundial de responsabilidades, y el pacto es una expresión poderosa de cómo trabajamos juntos en un mundo tan fragmentado como el actual”.
El Pacto Mundial sobre Refugiados fue acordado como parte de la resolución anual de este año sobre ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados. Se basa en el sistema legal internacional existente para los refugiados, en particular la Convención de 1951 sobre el Estatuto de los Refugiados, los derechos humanos y el derecho humanitario. Es una herramienta operativa no vinculante para reforzar la cooperación.
“El pacto es una expresión poderosa de cómo trabajamos juntos en un mundo tan fragmentado como el actual”.
Después de dos años de extensas consultas dirigidas por ACNUR con los Estados Miembro, organizaciones internacionales, personas refugiadas, la sociedad civil, el sector empresarial privado y expertos, este nuevo acuerdo global proporcionará un apoyo más sólido para los países donde vive la mayoría de los refugiados. También fortalecerá la responsabilidad compartida de ayudar a quienes se ven obligados a huir por el conflicto o la persecución.
“En nuestro mundo, en el que a menudo se le da la espalda a las personas necesitadas, se ha politizado vergonzosamente el dolor del exilio, se ha demonizado a los refugiados y migrantes, este pacto, en sinergia con el pacto migratorio, puede representar un nuevo compromiso para la cooperación internacional”, dijo Grandi.
Este acuerdo llega en un momento de urgente necesidad de abordar las cifras récord de desplazamiento: más de 68,5 millones de personas se han visto obligadas a huir en todo el mundo, incluidas más de 25,4 millones de personas que han cruzado las fronteras para convertirse en refugiadas.
Nueve de cada 10 refugiados viven en países en desarrollo, donde los servicios básicos como la salud o la educación ya son escasos. El objetivo del acuerdo es abordar esta cuestión al proporcionar más inversiones, tanto de los gobiernos como del sector privado, para fortalecer aún más la infraestructura y la prestación de servicios en beneficio tanto de los refugiados como de las comunidades de acogida.
También pide políticas y medidas que permitan a los refugiados acceder a la educación y llevar vidas productivas durante el tiempo que están en el exilio. El pacto tiene por objetivo abordar el impacto ambiental de acoger a las poblaciones de refugiados e incluye la promoción del uso de energías alternativas.
El acuerdo también contempla más oportunidades de reasentamiento, como la reunificación familiar, becas estudiantiles o visas humanitarias, para que los refugiados puedan viajar con seguridad. También señala que el retorno voluntario de los refugiados en condiciones de seguridad y dignidad sigue siendo la solución preferida en la mayoría de las situaciones de refugiados.
El nuevo acuerdo monitoreará el progreso a través de la creación de sistemas de seguimiento, incluido un Foro Mundial sobre Refugiados cada cuatro años, en el que los gobiernos informarán y se comprometerán con una serie de medidas: financiamiento, políticas, cambios legales, cuotas de reasentamiento, etc.
“El reasentamiento me dio esperanza”.
La adopción del Pacto sobre Refugiados por parte de la Asamblea General se produce días después de que una conferencia intergubernamental adoptara un Pacto Mundial separado para la Migración Segura, Ordenada y Regular en Marrakech, que se presentará a la Asamblea General de las Naciones Unidas esta semana.
“Hoy marca el comienzo, no el final de nuestro trabajo para responder de manera integral a los desafíos que enfrentan las personas refugiadas y quienes les acogen”, dijo la presidenta de la Asamblea General de la ONU, María Fernanda Espinosa, durante un evento que marca la histórica adopción del Pacto Mundial sobre Refugiados en la Secretaría de la ONU en Nueva York.
“A partir de mañana, todos los Estados Miembro, junto con la sociedad y la familia de la ONU, están llamados a intensificar los esfuerzos y cumplir. Los 25 millones de refugiados en el mundo de hoy esperan esto de nosotros”.
“Estamos aquí para educar a las personas sobre lo que hemos pasado”.
La subsecretaria general de la ONU, Amina J. Mohammed, destacó la importancia de abordar las causas subyacentes de los conflictos y otras circunstancias que obligan a las personas a huir de sus países de origen.
“Si bien debemos responder a las necesidades inmediatas de los refugiados, esto es simplemente tratar los síntomas, a menos que también tratemos las causas fundamentales de la cantidad récord de personas desplazadas por el conflicto y la persecución en todo el mundo”, dijo Mohammed.
Bertine Bahige, un antiguo refugiado que huyó de la República Democrática del Congo (RDC) y pasó cinco años en un campamento de refugiados en Maputo, Mozambique, conmovió a los asistentes al evento con su inspiradora historia de resiliencia e integración en los Estados Unidos, donde se reasentado en 2004.
“El reasentamiento me dio esperanza”, dijo Bertine. “Me dieron una segunda oportunidad en la vida y quería hacer algo con ese propósito”.
Bertine es ahora piedra angular en la comunidad de Gillette, en el estado estadounidense de Wyoming, donde es director de una escuela primaria. Debido a lo que pasó cuando era niño, Bertine disfruta especialmente trabajar con niños en riesgo y asegurarse de que reciban el apoyo que necesitan para tener éxito.
“Conocía el dolor que sentían, el dolor de no tener suficiente”, agregó Bertine. “Pero también sabía que si puedo poner esa esperanza que me fue dada, puede hacer una diferencia”.
“Hoy marca el comienzo, no el final de nuestro trabajo para responder de manera integral a los desafíos que enfrentan los refugiados y sus anfitriones”.
Treinta y cuatro miembros del coro de Pihcintu, jóvenes refugiados e inmigrantes de 19 países diferentes, cerraron el evento con una nota alta con dos canciones edificantes.
“Creo que la música es educación”, dijo Fatima LamLum, iraquí de 14 años. “Estamos aquí para educar a las personas sobre lo que hemos pasado”.
Los miembros del coro, niñas y mujeres jóvenes de 9 a 23 años de edad, vinieron desde Portland, Maine para presentarse en la sede de la ONU para mostrar su apoyo a la adopción del Pacto Mundial.
Nyawal Lia, un ex refugiado de 24 años de Sudán del Sur, destacó la importancia de alzar la voz en las comunidades a las que pertenecen: “Es de vital importancia para los refugiados intensificar nuestra representación y que los países receptores la reconozcan nuestras contribuciones”.
Bertine y los miembros del coro Pihcintu son ejemplos de los tipos de soluciones que el Pacto Mundial pretende construir y fortalecer para garantizar que los refugiados y sus comunidades de acogida puedan prosperar. Su adopción histórica hoy hace realidad su ambición.