Eliminando las minas terrestres en Ucrania, una a una
Ucrania es uno de los países más afectados por las minas en el mundo, lo que limita la libertad de movimiento y representa una seria amenaza para los civiles.
Tetiana Nikiforova, de 37 años, trabaja como desminadora con HALO Trust en Ucrania.
© ACNUR / Marta Iwanek
Refugiado en el sótano del hogar de su familia en el este de Ucrania, Volodymyr Zayika, de 71 años, se encontraba en completa oscuridad. Los bombardeos habían cortado el suministro de electricidad. Al aventurarse para revisar los cables eléctricos, sintió cómo su pie se enganchaba con un cable.
“Hubo un destello”, recuerda. “Algo siseó a mi derecha. Y luego vino una explosión”.
Volodymyr cayó al suelo, rodeado por una nube de humo y cubierto de sangre. Después, supo que había pisado un cable detonador, hiriéndose en la cabeza, entrepierna y pecho, así como en la pierna y el hombro. Dos hombres de la localidad lo pusieron en un carro de futa y lo llevaron al punto de control más cercano, desde donde fue trasladado al hospital de Toretsk.
“Los rayos X mostraron que tenía 31 heridas”, narró su esposa Valentyna, una maestra jubilada de 71 años. Debido a los combates, nadie se atrevía a llevarla al hospital, por lo que empacó algo de ropa extra en una bolsa de plástico y ella misma se fue caminando, para poder ver a su esposo.
Después de un mes en el hospital, la pareja se dio cuenta de que no tenía un hogar al que regresar. Dicen que los combates obligaron a todos los residentes de Pivdenne a huir.
“Los rayos X demostraron que tenía 31 heridas”.
Ahora desplazados, viven con un familiar en Toretsk, a solo 15 kilómetros de la línea divisoria que separa las áreas controladas por el gobierno de las que no lo están. Volodymyr, que aún sufre de dolores en el brazo por la explosión de una mina terrestre, está ocupado arreglando las paredes del baño con tablas de madera provistas por Proliska, un socio de ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, que ayuda a los residentes que viven cerca de la línea divisoria.
La experiencia de esta familia es muy común en Ucrania, uno de los países más afectados por minas en el mundo, con alrededor de 1.000 víctimas desde 2014. En 2018, el 43 por ciento de las bajas civiles se atribuyeron a incidentes con minas y restos de explosivos deusados en la guerra. Los Los sucesos con minas, asimismo, continuaron siendo la principal causa de muerte infantil en 2018.
Más recientemente, en febrero de 2019, dos personas murieron en el punto de control en Olenivka cuando una pequeña furgoneta impactó una mina.
Afortunadamente, la ayuda está al alcance. Los expertos en desminado arriesgan sus vidas y extremidades para que el área vuelva ser sea segura para las personas. Entre ellos se encuentra la ucraniana Tetiana Nikoforva, de 37 años. A medida que el sol se filtra a través de los árboles por la mañana temprano, toma un trago de té caliente de un termo y admira las primeras flores de la primavera.
Luego, girando su visor de seguridad, regresa al trabajo, explorando suavemente el suelo que tiene enfrente en busca de minas terrestres con un equipo de expertos de la organización británica de desminado HALO Trust. Sus movimientos son lentos y concentrados. Comprueba centímetro a centímetro con un palo de plástico. Los únicos sonidos son los pájaros cantando y el ritmo constante de su propio latido.
“Estoy feliz de reducir la probabilidad de muerte tanto de adultos como de niños”, dice. “Me siento en el lugar correcto aquí. Quería que me necesitaran”.
- Ver también: La vida es una batalla diaria para las familias atrapadas en la zona de conflicto en Ucrania
Aproximadamente 1,3 millones de personas en Ucrania se encuentran en situación de desplazamiento forzoso, por lo que ACNUR ve esencial que niños, niñas y adultos sepan cómo identificar las minas terrestres y los restos de explosivos de guerra.
Las zonas con mayor presencia de minas son aquellas cercanas a la línea divisoria, donde los civiles a menudo se arriesgan a pisar minas terrestres a su paso por tierras de cultivos, bosques, riberas, cementerios e incluso a veces al lado de sus propias casas.
El área donde Tetiana está trabajando solía ser un lugar popular de pararcnic . Ahora, después de casi cinco años de conflicto en el este de Ucrania, es un campo minado, lleno de artillería sin explotar.
HALO Trust ayuda a limpiar el terreno de minas terrestres, como parte de una respuesta de acción humanitaria más amplia, coordinada bajo el Grupo de Trabajo de Protección, que lidera ACNUR. Sin embargo, las minas terrestres y los explosivos sin detonar continúan representando una seria amenaza.
También existe necesidad urgente de brindar más apoyo a las víctimas de las minas y a sus familias, incluyendo atención médica a largo plazo, rehabilitación y apoyo psicosocial.
En el Día Internacional de Información sobre el Peligro de las Minas, ACNUR pide mayores esfuerzos para abordar los peligros que entrañan las minas terrestres en el este de Ucrania. En todo el mundo, las personas refugiadas y desplazadas internas se encuentran especialmente expuestas a esta amenaza, en los diversos entornos afectados por conflictos. Ya sea al huir de, a través o hacia zonas contaminadas por minas, estas continúan matando, hiriendo y traumatizando a personas y comunidades. Son asimismo un obstáculo crítico para el retorno seguro y digno de los refugiados y desplazados que desean regresar a sus hogares, ya que representan un peligro tremendo y dificultan esfuerzos más amplios para reconstruir las comunidades tras el fin de los conflictos.
En Ucrania, Tetiana ha sido testigo en primera persona del conflictoy sus costes; su cuñado murió cuando un proyectil explotó a su lado.
“Comencé a preguntarme por qué había tantas víctimas”, dice . “Luego descubrí la masiva contaminación de minas terrestres y empecé a pensar en cómo marcar la diferencia”.
El primer año, Tetiana no les dijo a sus padres que busvaba minas terrestres. Afirma que sus amigos se encontraban divididos sobre su trabajo. Pero a pesar de las búsquedas largas, lentas y peligrosas, se enorgullece de ayudar a personas como Volodymyr a sentirse seguras nuevamente.
“Pasarán los años y los nietos de nuestros nietos vendrán aquí y caminarán en este campo de manera segura”, dice ella. “Espero que algún día Ucrania sea llamada un país libre de minas terrestres”.