Ex refugiada somalí inspira a niños y niñas con sus libros ilustrados
Habso Mohamud creció en un campamento de refugiados en Kenia y ahora tiene algo que decirle a los niños en todo el mundo: "Todos somos agentes de cambio".
Habso Mohamud responde preguntas durante la lectura de un libro en una escuela en Washington, D.C.
© ACNUR/Arielle Moncure
“Yo desearía ser la reina de la jungla”, sueña la pequeña Nasra, la protagonista del libro infantil It Only Takes One Yes (Solo hace falta un sí). Como reina, ella podría ayudar a las personas sin hogar, podría alimentar a los hambrientos y podría hacer que los libros brotaran de los árboles, para que así, todo el mundo pudiera leer.
Sin embargo, lo que Nasra descubrió es que no es necesario esperar para poder hacer un cambio positivo. “Siempre ha estado en mi corazón. Puedo comenzar aquí y ahora”, dijo.
La mente detrás de Nasra es Habso Mohamud, una ex refugiada somalí de 24 años. La vida real de Habso es muy similar a la vida ficticia de Nasra, así que ella comparte ambas historias con niños y niñas en edad escolar durante sus lecturas en todo Estados Unidos.
Habso tiene muy claro el mensaje que ella quiere transmitir: “No te des por vencido contigo ni con tus sueños, sin importar dónde estés o cuáles son tus circunstancias, puedes salir adelante”.
“Ellos no eligieron ser refugiados”.
La propia Habso ha superado muchos obstáculos. Al crecer en el campamento de refugiados de Dadaab, en Kenia, ella tenía que caminar 45 minutos para poder llegar a la escuela. Y aun así, no perdía clases, incluso cuando no tenía dinero para comprar comida para pasar el día.
“Mi amor por la educación realmente viene desde el tiempo en el que estaba en el campamento de refugiados”, explica Habso. “No hubiera perdido esas oportunidades aunque hubieran estado muy lejos de mi casa”.
Después de ser referidos por ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, Habso, sus padres y sus nueve hermanos fueron reasentados en Estados Unidos en 2005. A pesar de los crecientes niveles de desplazamiento a nivel mundial, pocas personas refugiadas tienen la oportunidad de ser reasentadas actualmente. De un estimado de 1,2 millones de refugiados en necesidad de reasentamiento en 2018, únicamente 55.692 fueron reasentados.
Inicialmente la familia llegó a Nueva York en medio del verano. “Pensaba que no estábamos en Estados Unidos”, recuerda. “Pensaba: ¿dónde está la nieve?”. Eventualmente pudo disfrutar, y sobrellevar, la nieve por muchos años, cuando la familia finalmente se asentó en el estado de Minnesota.
Para Habso, que en ese entonces tenía 10 años, no fue fácil adaptarse a un nuevo contexto. A menudo se sentía ansiosa y deprimida. “Los recuerdos del campamento de refugiados volvían a mí”, dice. A los 12 años, Habso comenzó a asistir a terapia por seis años, incluso pasó algún tiempo en el hospital.
“Yo solo quería ser como los demás niños”, dice ella. Pero hablar de salud mental era un estigma en su comunidad.
Al contar su historia, Habso quiere desafiar los estereotipos sobre las personas refugiadas y la salud mental.
“No deberíamos de ver a las personas refugiadas como una carga. Deberíamos darles todas las oportunidades para que puedan tener una nueva vida, porque ellos no eligieron ser refugiados”.
“No te des por vencido contigo ni con tus sueños”.
El compromiso de Habso va más allá de las páginas de su libro. Ella se asegura de estar disponible para los niños y las niñas a través de redes sociales, correo electrónico y personalmente para poder contestar sus preguntas, alentarles y darles apoyo.
Cada vez que hace una lectura, Habso ata un pañuelo rojo con lunares blancos sobre su pañuelo en la cabeza para que coincida con Nasra, el personaje principal de su libro.
Frente a un grupo de unos 20 niños de 11 y 12 años en una escuela del área de Washington en una mañana de invierno, Habso leyó en voz alta una copia extra grande del libro para que el público pudiera ver sus ilustraciones. Una niña pequeña rubia con una cola de caballo, llamada Bridget, escuchaba atentamente desde la primera fila.
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En la página siete, Habso se detuvo para pedirle a un alumno que leyera un texto en voz alta: “Todos somos agentes de cambio”.
Cuando Habso terminó de leer, los niños querían saber más sobre su vida. ¿De qué estaban hechas las casas en el campamento de refugiados? ¿Qué fue lo más difícil de vivir en un campamento de refugiados? ¿Qué es lo que más te gusta de los Estados Unidos?
Después de que terminó la lectura, la joven Bridget se acercó tímidamente a Habso, conteniendo las lágrimas. Como no estaba segura de qué decir, solo pudo dar un enorme abrazo a Habso.
Habso habló con la joven y le preguntó sobre sus sueños. Bridget le dijo que quiere hacer inventos para ayudar al medio ambiente, mientras Habso firmaba una copia de It Only Takes One Yes para ella: “Para Bridget, eres inteligente, eres fuerte y puedes cambiar el mundo. - Habso”.