Jóvenes venezolanos en Trinidad y Tobago fortalecen su autoconfianza para alcanzar el cielo

Un breve documental presenta la vida de una familia de refugiados venezolanos que, mientras rehacen sus vidas, aprenden a caminar con zancos.

Carlos de 13 años, de Venezuela, y Jada, de 8 años, de Trinidad y Tobago aprenden a caminar sobre zancos en Puerto España, en Trinidad y Tobago.
© ACNUR / Miquel Galofré

Cuando Carlos habla sobre su país de origen, sus ojos grandes de color caoba se llenan de lágrimas. "Es demasiado hermoso", dice, "Venezuela tiene una variedad de todo". El joven de 13 años se ha mudado con su familia a Trinidad y Tobago, una isla a solo 11 kilómetros de Venezuela, pero un mundo completamente diferente.


"Lo peor en nuestro país sería la falta de alimentos y el hecho de que, después de ser un país tan maravilloso con tantos recursos, y de ser uno de los mejores en América Latina, ahora se ha convertido en uno de los peores, con una enorme crisis económica”, dice.

Trinidad y Tobago, con una población de casi 1,4 millones de personas, alberga a más de 40.000 venezolanos y venezolanas. La legislación actual del país no permite a las personas refugiadas y migrantes trabajar o acceder al sistema escolar oficial. Sin embargo, muchos trinitenses están recibiendo a las personas venezolanas y a otros solicitantes de asilo, ayudándolos a integrarse a través de actividades como el Moko Jumbie - las caminatas con zancos - una tradición traída al país por los pueblos africanos durante la esclavitud.

El breve documental Lifted, producido por ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, y dirigido por Miquel Galofré, sigue a Carlos y su familia cuando intentan rehacer su vida después de huir del hambre y la escasez en Venezuela.

"Cuando hacemos el Moko Jumbie es como un pequeño descanso de nuestra vida real".

“Trinidad y Tobago es una mezcla tan rica y hermosa de diferentes culturas. Esperamos que esta cinta permita a las personas entender un poco mejor la experiencia de las personas refugiadas y lograr entendernos mejor. Al fin y al cabo, todos quieren ser abrazados y aceptados por su comunidad", dice Leila Jane Nassif, Jefa de Misión de ACNUR en Trinidad y Tobago.

Carlos pasa la mayor parte de sus días dentro de un humilde apartamento con su madre y su hermano mayor. Asiste a un centro de enseñanza temporal administrado por Living Water Community, una organización local sin fines de lucro socia de ACNUR, que brinda asistencia humanitaria a las personas refugiadas y solicitantes de asilo.

Lifted Trailer

Toda la familia espera con ansias los días en que salen a practicar las caminatas sobre zancos con el grupo Sticks in De Yard.

"Cuando hacemos el Moko Jumbie es como un pequeño descanso de nuestra vida real", dice la madre de Carlos. "La gente ahí es muy agradable. Ellos practican, nos reímos, tratamos de ser normales".

El carnaval es una de las celebraciones favoritas en Trinidad y Tobago y uno de sus elementos principales es los Moko Jumbies, hombres y mujeres que bailan acrobáticamente en zancos de metros de altura.

"En el momento en que te pones de pie sobre un par de palos de madera, todos te observan, sin importar quién sea".

El grupo local Sticks in De Yard, adoptó esta tradición y la abrió a los miembros de la comunidad, incluidos a jóvenes refugiados y migrantes, para ayudarles a desarrollar su autoconfianza e integrarse mejor en la comunidad.

"En el momento en que te pones de pie en un par de palos de madera y sales a la calle, todos te observan, sin importar quién seas", afirma Damir Shorab Ali, profesor de Sticks en De Yard.

A pesar de sus miedos, Carlos se sube a un par de zancos de color naranja, de aproximadamente un metro de altura, y da sus primeros pasos mientras Mekhai Weekes, otro miembro de Sticks in De Yard, sostiene sus manos. Van al parque y practican.

"Para mí, el mejor momento del día es cuando estás a punto de caer, los maestros están allí para atraparte y no te dejan caer", dice Carlos tendido en el césped del parque después de la clase.

"El peor momento diría que es cuando tenemos que irnos, porque todavía no he tenido ningún mal momento", agrega.

El Gobierno de Trinidad y Tobago anunció recientemente que comenzará a registrar a los solicitantes de asilo y refugiados venezolanos en el país.

ACNUR opera en Trinidad y Tobago a solicitud del Gobierno nacional para ayudar a las autoridades, los socios de la sociedad civil y otros actores a apoyar la infraestructura de asilo del país y establecer salvaguardias contra el retorno forzoso.

A través de su socio Living Water Community, facilita la entrega de ayuda humanitaria, el acceso a la asistencia legal, la educación y otros tipos de apoyo, por medio de iniciativas dirigidas al empoderamiento y la solidaridad con grupos académicos, no gubernamentales y otros, como Sticks in De Yard.