Columna de opinión
Mirando al futuro desde Calais
Antes de ser demolido a finales de octubre, el inmenso campamento de migrantes en Calais se había convertido en un símbolo de la vergüenza de Europa, un recordatorio visible del fracaso de la Unión Europea para encontrar un enfoque humano, justo y coordinado a la migración.
Sin embargo, Francia, el Reino Unido y la Unión Europea (UE) todavía no han abordado las deficiencias sistemáticas en el marco europeo de asilo y las formas divergentes en que cada país lo aplica, incluso con respecto a los niños no acompañados. Puede que haya desaparecido el símbolo, pero la vergüenza permanece.