Educación
Educación
Para la niñez refugiada, las aulas son un entorno seguro y estable; además, la educación permite reconstruir comunidades y llevar vidas productivas y significativas.
De los 20,7 millones de personas refugiadas a nuestro cargo, 7,9 millones están en edad escolar, pero su acceso a la educación es limitado, ya que la mitad de la niñez refugiada no puede asistir a la escuela.
La Declaración de Nueva York sobre Refugiados y Migrantes señala que la educación es un elemento crítico en la respuesta internacional a la situación de las personas refugiadas. Además, el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 consiste en ofrecer “educación inclusiva y de calidad para todas las personas, y promover el aprendizaje permanente”.
ACNUR colabora con gobiernos y organizaciones internacionales para garantizar que la niñez y juventud refugiadas de todo el mundo reciban educación de calidad. Con tu ayuda, aprenderán a reconstruir sus vidas.
De los 20,7 millones de personas refugiadas por las que ACNUR trabaja, 7,9 millones son niñas y niños refugiados en edad escolar; su acceso a la educación es limitado, dado que casi la mitad no puede asistir a la escuela.
La Declaración de Nueva York para los Refugiados y Migrantes señala que la educación es un elemento central de la respuesta internacional a la crisis de refugiados. En el mismo tenor, el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 consiste en "garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad, y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos".
ACNUR colabora con gobiernos y organizaciones internacionales para garantizar modelos educativos protectores y de calidad para la niñez y la juventud refugiadas alrededor del mundo. Con tu ayuda, niñas, niños, adolescentes y jóvenes refugiados podrán aprender a reconstruir sus vidas.
La educación es un derecho humano fundamental que está consagrado en la Convención sobre los Derechos del Niño de 1989 y en la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951.
La educación protege a la niñez y a la juventud refugiadas del reclutamiento forzado en grupos armados, el trabajo infantil, la explotación sexual y el matrimonio infantil. La educación también fortalece la resiliencia de las comunidades.
La educación empodera porque brinda a las personas refugiadas el conocimiento y las habilidades que les permitirán llevar vidas productivas, plenas e independientes.
La educación ilumina a las personas refugiadas porque les permite aprender sobre sí mismas y sobre el mundo que las rodea mientras se esfuerzan por reconstruir sus vidas y comunidades.
Descubre qué hacemos para apoyar a la niñez y a la juventud.
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Informe de ACNUR revela que más de la mitad de la niñez refugiada en edad escolar no está recibiendo educación.