ACNUR solicita más apoyo ante la incesante violencia en Burkina Faso

Personas desplazadas internas de Burkina Faso reciben capacitación por parte de albañiles locales para construir casas respetuosas con el clima utilizando materiales locales en Kaya, Burkina Faso.

Personas desplazadas internas de Burkina Faso reciben capacitación por parte de albañiles locales para construir casas respetuosas con el clima utilizando materiales locales en Kaya, Burkina Faso.  © ACNUR/Anne Mimault

ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, advierte del aumento de las necesidades humanitarias de las personas desplazadas en Burkina Faso, lo que conlleva un incremento de la población refugiada que huye del país. A medida que continúan la violencia contra la población civil y los conflictos intercomunitarios, cerca de 50.000 personas refugiadas han huido a Níger, Malí y, más al sur, a los estados costeros de Benín, Côte d’Ivoire, Togo y Ghana en busca de seguridad en los últimos dos años.

Con un total de 1,76 millones de personas desplazadas internas registradas, Burkina Faso vive una de las crisis de desplazamiento de más rápido crecimiento en el mundo, marcada por la violencia, la pobreza, la escasez de alimentos y el creciente impacto de la crisis climática.

Desde hace varios años, los burkineses originarios de las regiones del norte y el este huyen de la violencia y los atentados terroristas para llegar a zonas más seguras en las principales ciudades del país y sus alrededores. Pero con la inseguridad que se extiende ahora por todo el país, las zonas urbanas se ven desbordadas por las nuevas llegadas. Las comunidades de acogida y las personas desplazadas compiten por los recursos naturales, los servicios básicos y las oportunidades económicas. A medida que se agudizan las tensiones intercomunitarias, muchas personas desplazadas deciden trasladarse de nuevo en busca de seguridad, mejores servicios y oportunidades de medios de vida.

Desde principios de año, ACNUR y sus socios han detectado un número creciente de personas desplazadas internas que deciden cruzar las fronteras, en particular desplazándose hacia el sur, hacia países costeros como Côte d'Ivoire, Ghana, Togo y Benín. Más de 23.000 personas desplazadas internas burkinesas han cruzado las fronteras en 2022.

Para responder a los nuevos desplazamientos, ACNUR está colaborando estrechamente con las autoridades locales y sus socios para brindar alojamiento y asistencia vital a la población más vulnerable, como la niñez y las personas supervivientes de la violencia de género. Sin embargo, se necesitan más recursos para evitar que los desplazados internos burkineses se conviertan en refugiados y para encontrar soluciones duraderas para ellos. Las personas refugiadas burkinesas recién llegadas – en su mayoría mujeres, niñas y niños – tienen actualmente un acceso limitado a alimentación, alojamiento, higiene y saneamiento.

La difícil situación de las personas desplazadas se acentúa por la grave falta de financiación. ACNUR hace un llamamiento a la comunidad internacional para que brinde mayor solidaridad y apoyo a las personas desplazadas de Burkina Faso y a sus comunidades de acogida mediante asistencia financiera urgente. A pesar de las crecientes necesidades en Burkina Faso y los países vecinos, solo se ha financiado el 52 por ciento de los 336,9 millones de dólares (USD) que ACNUR necesita este año.

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