Goal Click
Refugees:
Vidas de personas desplazadas a través de la lente del fútbol
Serie fotográfica y escrita de Goal Click, que se basa en historias de personas refugiadas recopiladas por ACNUR y crónicas sobre el papel del fútbol para volver a anclar vidas y abrir caminos hacia un futuro mejor
Serie fotográfica y escrita de Goal Click, que se basa en historias de personas refugiadas recopiladas por ACNUR y crónicas sobre el papel del fútbol para volver a anclar vidas y abrir caminos hacia un futuro mejor
Desde los campos polvosos en los linderos del campamento de Kakuma, en Kenya, hasta el césped artificial en el noreste de Inglaterra, las personas refugiadas y solicitantes de asilo están adoptando cada vez más el fútbol, el deporte favorito del mundo, para volver a centrar sus vidas después del desplazamiento, mantenerse activas, hacer nuevos amigos y conexiones, y mejorar sus habilidades y oportunidades de vida.
Las historias de algunos de estos inspiradores grupos e individuos han sido capturadas por Goal Click Refugees, un proyecto que utiliza poderosas fotografías y palabras de los propios refugiados para revelar las realidades de sus nuevas vidas y comunidades a través del idioma común del fútbol.
Goal Click proporcionó a cada participante una cámara desechable para resaltar el papel del fútbol en sus vidas en asentamientos y zonas urbanas en Jordania, Kenya, Malawi y Camerún, así como en Europa Occidental, Estados Unidos y Australia. ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, adoptó el proyecto como parte de su labor, aprovechando los deportes para mejorar la vida de las personas desplazadas y de sus comunidades de acogida.
“El fútbol es la única constante en nuestras vidas”, dijo Daniele*, un participante refugiado sirio de 24 años en Koblenz, Alemania. “No importa de dónde seas o por lo que hayas pasado, siempre hay algo que compartes con otras personas a pesar de las diferencias. Siempre hay una parte de ti que busca paz, amor y normalidad”.
El amor de Daniele por el fútbol comenzó cuando era estudiante en Latakia, Siria, antes de que la guerra lo obligara a huir junto con millones más. Estudia informática en una universidad de la ciudad del Rin y trabaja como camarero durante las vacaciones. Juega junto a solicitantes de asilo de Siria, Irán, Afganistán, Somalia y Eritrea en un equipo organizado por el club local TuS Koblenz. A veces juega con alemanes, a quienes ve como “amables y cálidos”, y le encanta la conexión social.
Todavía sigue al equipo de su ciudad natal, pero su verdadero sueño es pasar una temporada viendo a la AS Roma en el Stadio Olympico. “Empecé a ahorrar dinero para el viaje, pero va a llevar un tiempo”, dijo.
“El fútbol es la única constante en nuestras vidas”, dijo Daniele*, un participante refugiado sirio de 24 años en Koblenz, Alemania. “No importa de dónde seas o por lo que hayas pasado, siempre hay algo que compartes con otras personas a pesar de las diferencias. Siempre hay una parte de ti que busca paz, amor y normalidad”.
El amor de Daniele por el fútbol comenzó cuando era estudiante en Latakia, Siria, antes de que la guerra lo obligara a huir junto con millones más. Estudia informática en una universidad de la ciudad del Rin y trabaja como camarero durante las vacaciones. Juega junto a solicitantes de asilo de Siria, Irán, Afganistán, Somalia y Eritrea en un equipo organizado por el club local TuS Koblenz. A veces juega con alemanes, a quienes ve como “amables y cálidos”, y le encanta la conexión social.
Todavía sigue al equipo de su ciudad natal, pero su verdadero sueño es pasar una temporada viendo a la AS Roma en el Stadio Olympico. “Empecé a ahorrar dinero para el viaje, pero va a llevar un tiempo”, dijo.
El lanzamiento de Goal Click Refugees presenta historias sin filtrar de más de 25 personas refugiadas, hombres y mujeres. La serie en línea apunta a una exhibición presencial durante los campeonatos EURO 2021. Las nuevas ubicaciones serán exhibidas en los próximos meses. Se espera que se publiquen más de 60 historias en 20 países; estas historias abarcan el período anterior a la COVID-19 y el posterior al confinamiento.
Las instantáneas demuestran el poder del fútbol para convocar y propiciar sueños. La pasión común une a las personas refugiadas dentro y fuera del campo de juego, ayudándolas a adaptarse, reconstruir y, a veces, abrir caminos hacia un futuro mejor.
Yvan Bikambo, entrenador de Red Deporte, una ONG que trabaja en una escuela en Bindia, en el este de Camerún, narró cómo el fútbol une a personas refugiadas y lugareñas. “En las aulas tenemos niños cameruneses y centroafricanos, que juegan juntos durante los recesos. También se reúnen fuera de la escuela”, dijo, y agregó que trató de capturar “muchos colores hermosos y cielos azules, que significan esperanza y luz para mí”.
Yvan Bikambo, entrenador de Red Deporte, una ONG que trabaja en una escuela en Bindia, en el este de Camerún, narró cómo el fútbol une a personas refugiadas y lugareñas. “En las aulas tenemos niños cameruneses y centroafricanos, que juegan juntos durante los recesos. También se reúnen fuera de la escuela”, dijo, y agregó que trató de capturar “muchos colores hermosos y cielos azules, que significan esperanza y luz para mí”.
Shegofa Hassani, una refugiada afgana en Australia, dijo que el fútbol ayudó a cambiar las actitudes de su propia comunidad. “Mucha gente todavía no cree que las jóvenes afganas deban practicar deporte, y esto nos brinda la oportunidad de demostrar que se equivocan, y de mantenernos activas y conectadas socialmente”, dijo Hassani, jugadora y embajadora de Football United, que ahora dirige el programa para niñas Sydney United.
“Quiero que más chicas afganas sueñen en grande y sigan esos sueños. Muchas de ellas no persiguen sus sueños debido a barreras culturales, familiares y financieras. Nuestro objetivo es eliminar barreras, generando confianza, siendo visibles y haciendo lo nuestro”.
Shegofa Hassani, una refugiada afgana en Australia, dijo que el fútbol ayudó a cambiar las actitudes de su propia comunidad. “Mucha gente todavía no cree que las jóvenes afganas deban practicar deporte, y esto nos brinda la oportunidad de demostrar que se equivocan, y de mantenernos activas y conectadas socialmente”, dijo Hassani, jugadora y embajadora de Football United, que ahora dirige el programa para niñas Sydney United.
“Quiero que más chicas afganas sueñen en grande y sigan esos sueños. Muchas de ellas no persiguen sus sueños debido a barreras culturales, familiares y financieras. Nuestro objetivo es eliminar barreras, generando confianza, siendo visibles y haciendo lo nuestro”.
La serie será lanzada antes del Día Mundial del Refugiado, el 20 de junio. Esta serie ayuda a resaltar el aumento del desplazamiento forzado global, ya que los conflictos nuevos y existentes obligan a más personas a emprender peligrosas travesías para salvar sus vidas.
En el campamento de Kakuma, en Kenya, Carlos Gatlliah, un joven de 25 años que huyó de Sudán del Sur, su país natal, es coordinador deportivo y consejero de compañeros. Espera que su experiencia lo ayude a llegar a ser psicólogo.
“Me gustaría volver a casa y ayudar a las personas con traumas y estrés causados por la guerra en su proceso de curación, así como a reconstruir el país”.
En el campamento de Kakuma, en Kenya, Carlos Gatlliah, un joven de 25 años que huyó de Sudán del Sur, su país natal, es coordinador deportivo y consejero de compañeros. Espera que su experiencia lo ayude a llegar a ser psicólogo.
“Me gustaría volver a casa y ayudar a las personas con traumas y estrés causados por la guerra en su proceso de curación, así como a reconstruir el país”.
pasar ni un día sin hacer deporte o jugar al fútbol. Es uno de mis métodos para liberar el estrés”.
Es entrenador de fútbol en el Comité Olímpico de Za’atari. En 2017, fue elegido en una iniciativa para entrenar en Qatar; y ha jugado para los mejores equipos jordanos Al-Hussein SC (Irbid) y Mansheyat Bani Hasan. Se da cuenta de que su posición es privilegiada, lo que le permite escapar de la monotonía de la vida en el campamento, aunque solo sea por unas horas.
Con sus fotos, trató de mostrar,
“cómo a la gente le gusta el deporte… pero también cómo sufre porque no tiene equipo ni calzado deportivo. El fútbol es muy valioso, y a la comunidad le importa”.
Mahmoud, un joven sirio de 19 años en el campamento de Za’atari en Jordania, dijo: “No puedo pasar ni un día sin hacer deporte o jugar al fútbol. Es uno de mis métodos para liberar el estrés”.
Es entrenador de fútbol en el Comité Olímpico de Za’atari. En 2017, fue elegido en una iniciativa para entrenar en Qatar; y ha jugado para los mejores equipos jordanos Al-Hussein SC (Irbid) y Mansheyat Bani Hasan. Se da cuenta de que su posición es privilegiada, lo que le permite escapar de la monotonía de la vida en el campamento, aunque solo sea por unas horas.
Con sus fotos, trató de mostrar,
“cómo a la gente le gusta el deporte… pero también cómo sufre porque no tiene equipo ni calzado deportivo. El fútbol es muy valioso, y a la comunidad le importa”.
Entre las otras historias está la de Sadio Malang, un senegalés que vive en Turín, donde un programa de Balon Mundial Football lo ayudó a hacer nuevos amigos y encontrar trabajo, mientras terminaba un curso de electrónica en la escuela nocturna.
Entre las otras historias está la de Sadio Malang, un senegalés que vive en Turín, donde un programa de Balon Mundial Football lo ayudó a hacer nuevos amigos y encontrar trabajo, mientras terminaba un curso de electrónica en la escuela nocturna.
El proyecto fue posible gracias a varias ONG como GIZ, UNICEF Jordania, la Cruz Roja Británica, Balon Mundial (Italia), Green Kordofan (Sudán del Sur), Ascent Soccer (Malawi), Kicken ohne Grenzen (Austria), FAULU (Kenya), Red Deporte (Camerún), la Fundación Middlesbrough FC (Reino Unido) y Football United (Australia).
La campaña incluirá enlaces de recaudación de fondos con ACNUR y Common Goal, una organización benéfica del fútbol con alcance mundial.