Una niña apátrida en Croacia sueña con tener "papeles"
Sin documentos que acrediten su nacionalidad, Medina, de nueve años, corre el riesgo de ser excluida de la educación, la atención médica y los viajes.
Medina Dibrani es como cualquier otra niña de nueve años, es curiosa y le gusta jugar. En su casa de Sisak, una ciudad de unos 50.000 habitantes en el centro de Croacia, le gusta ver las caricaturas de la Pantera Rosa, dibujar, armar casas de Lego y jugar con sus juguetes favoritos: una rana de peluche, una muñeca llamada Marina y un perro de trapo llamado Lila.
También le gusta ir a la escuela, donde su materia favorita es matemáticas. Pero inscribir a Medina en la escuela primaria está es todo un reto, al igual que llevarla al médico o hacer un pequeño viaje a la vecina Bosnia y Herzegovina para visitar a sus familiares. Incluso inscribirla en la biblioteca es imposible.
Si pudiera viajar a algún lugar, elegiría Francia, el país donde nació en la ciudad de Pontarlier en 2012. En aquel momento, el nombre de su madre se introdujo incorrectamente en su certificado de nacimiento. Cuatro años después, la familia llegó a Croacia, de donde es su madre, y se enteró de que el certificado de nacimiento de Medina en Francia no era válido. Por ello, no pudo obtener documentos croatas, a pesar de la nacionalidad de su madre.
“’¡No puede, no puede, no puede!’. Pidamos lo que pidamos, esa es la respuesta", comentó su madre, Gemida Dibrani.
Para corregir el error en el certificado de nacimiento, sus padres tendrían que realizar un largo y costoso procedimiento administrativo en Francia que no pueden pagar. Y así, Medina no existe ante los ojos del Estado. Es una de las 2.886 personas en Croacia que, de acuerdo con el censo de población de 2011, se autoidentificaron como personas apátridas o en riesgo de serlo.
No son los únicos. La apatridia afecta a millones de personas en todo el mundo. Sin una prueba de ciudadanía, no pueden recibir educación, obtener atención médica, viajar libremente, buscar trabajo o incluso comprar una tarjeta SIM. ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, busca acabar con la apatridia para 2024 a través de su campaña #IBelong (Yo pertenezco).
Durante una visita a Croacia en julio de 2021, la Alta Comisionada Auxiliar para la Protección de ACNUR, Gillian Triggs, se reunió con Medina y quedó impresionada por su historia. “Podemos ver que se necesitan años para resolver situaciones como la de Medina, y es necesario alcanzar soluciones ahora”, señaló.
“ACNUR está dispuesto a apoyar al Gobierno de Croacia en el establecimiento de un procedimiento de determinación de la apatridia que permita una tramitación rápida y eficaz de casos como el de Medina. No podemos permitir que a otras niñas y niños se le roben sus sueños debido a la apatridia”.
Al establecer un criterio para determinar si una persona es apátrida, los gobiernos pueden poner un medio para otorgarle un estatus legal oficial, y con ello un conjunto de derechos humanos básicos. En Europa, 14 países han establecido procedimientos de determinación de la apatridia.
- Ver también: ACNUR exhorta a gobiernos a acelerar avances y resolver la situación de las personas apátridas en el mundo
Los sueños de Medina incluyen ir a Disneylandia en Francia y pasearse en el carrusel gigante. Cuando sea mayor, le gustaría tener una casa con un gran patio. Dibujaría nubes blancas y un arcoíris en las paredes de su habitación. “Me encanta el arcoíris”, compartió Medina. Le encantaría ser policía porque le gusta poner orden.
Pero aún quedan muchos obstáculos burocráticos para que pueda completar su educación. Cursó el primer grado, pero no pudo obtener el certificado que necesitaba para continuar con el segundo grado por falta de documentos de identidad. El Proyecto de Derechos Civiles Sisak, un socio de ACNUR que ofrece asistencia jurídica gratuita a las personas apátridas en Croacia, consiguió una excepción para Medina, de modo que pudiera obtener un número de identificación personal, pero tuvo que volver a cursar el primer grado para obtener el certificado y pasar a la siguiente etapa.
Cuando comenzó la pandemia de COVID-19 en la primavera de 2020, la escuela cambió su modalidad a clases en línea. A diferencia de otros estudiantes, Medina no recibió la tableta electrónica que necesitaba para seguir las clases. ACNUR intervino y le proporcionó a Medina el equipo necesario y la conexión Wi-Fi para que no perdiera más tiempo de aprendizaje.
Medina tampoco tiene derecho a la asistencia social, aunque sus padres están desempleados y necesitan urgentemente ayuda.
ACNUR y el Proyecto de Derechos Civiles han iniciado un proceso judicial en Croacia para que se le reconozca oficialmente la patria potestad a la mamá de Medina, de tal forma que ella pueda recibir un nuevo certificado de nacimiento. Una vez que tenga eso, Medina podría finalmente obtener la nacionalidad croata.
Por ahora, le entrega “papeles” a sus juguetes – hojas con sus nombres y un dibujo de ellos – y los guarda en un álbum de fotos de plástico.
Le gustaría ser una sirena como la que aparece en la parte delantera de su mochila escolar rosa. Podría nadar en cualquier parte del mundo porque “las sirenas no necesitan papeles”.
Más que ir a Disneylandia o tener un león de mascota, señaló Medina, “me gustaría tener papeles”.