Datos muestran el impacto del aumento de los precios y los recortes en la ayuda para las personas desplazadas por la fuerza
Una nueva visualización de datos revela cómo el efecto dominó de la guerra de Ucrania está afectando a las personas refugiadas y desplazadas internas en lugares del mundo lejos de los titulares de primera plana.
Las consecuencias de la invasión de Rusia en Ucrania para las personas refugiadas y desplazadas internas han llegado mucho más allá de Europa. La guerra ha disparado los precios de los alimentos y el combustible y ha interrumpido las cadenas de suministro en un momento en el que millones de personas desplazadas por la fuerza ya estaban luchando contra los efectos persistentes de la pandemia de COVID-19, el clima extremo y los conflictos de larga duración.
Pero al igual que las necesidades aumentan, los costos de la prestación de asistencia humanitaria a las personas desplazadas por la fuerza también han aumentado exponencialmente, otra consecuencia de la guerra en Ucrania. El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, advirtió recientemente que sin una inyección de 700 millones de dólares (USD) en fondos adicionales antes de fin de año, ACNUR se verá forzado a recortar la ayuda vital a las personas desplazadas por la fuerza en todo el mundo.
Hoy, ACNUR publica una nueva visualización de datos – Olvidados – que examina las crecientes dificultades a las que se enfrentan las personas refugiadas y desplazadas internas en los rincones olvidados del planeta, y cómo esas dificultades podrían multiplicarse a menos que se solucionen los déficits de financiación.
En 12 países donde trabaja ACNUR, la mayoría de ellos en África y Oriente Medio, la situación es especialmente grave. Las personas desplazadas por la fuerza ya se ven forzadas a elegir entre comprar medicamentos para sus familiares adultos mayores o alimentos para sus hijos.
La visualización de datos examina varios países en los que la triple carga del conflicto, la COVID y el cambio climático ya había agotado las reservas de las personas desplazadas y las había hecho más dependientes de la ayuda humanitaria, incluso antes de que la guerra de Ucrania enviara ondas de choque a la economía mundial.
En la República Democrática del Congo, por ejemplo, décadas de conflicto han empujado a 27 millones de personas al hambre y han creado la mayor crisis de desplazamiento interno de África, con más de 5,5 millones de personas que han abandonado sus hogares. La violencia continuada en el este del país ha desplazado a cientos de miles de personas este año, pero la financiación de la respuesta humanitaria no ha seguido el ritmo. Las operaciones de ACNUR en el país solo contaban con un 40 por ciento de recursos a finales de septiembre.
- Ver también: El déficit de financiación obliga a ACNUR a recortar programas vitales en la República Democrática del Congo
Estos déficits obligan a ACNUR a tomar decisiones difíciles sobre los programas esenciales que deben recortarse. Algunas de las consecuencias devastadoras para las personas desplazadas por la fuerza se describen en la visualización de datos: desde menos asistencia en efectivo para las personas refugiadas en Irak y Jordania hasta menos dinero para educar a la niñez refugiada en Uganda, o incluso para el suministro de jabón.
“Las personas que se ven forzadas a huir ya pagan el precio de los conflictos que han asolado sus países de origen. El sufrimiento adicional de este año y del próximo puede reducirse con una rápida acción internacional”, señaló Dominique Hyde, Directora de la División de Relaciones Externas de ACNUR. “Hago un llamamiento a todos los donantes para que nos ayuden a salvar vidas encontrando estos recursos en los próximos días y semanas: millones de personas dependen de ello”.
La visualización de datos, Olvidados (Out of the Spotlight), está disponible aquí.