El Alto Comisionado para los Refugiados se une a refugiados de Côte d'Ivoire en el último tramo de su viaje de retorno
La paz y la estabilidad han llegado a Côte d'Ivoire, así que está por cesar la condición de refugiado de las personas que provienen de ese país. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados se unió a un grupo que volvía a casa de Liberia.
Blessing Tieu, de 18 años, sintió una mezcla de emoción e inquietud mientras aguardaba, con su familia y docenas de personas refugiadas de Côte d’Ivoire, para abordar la barcaza en la que cruzarían el Río de Cestos. La travesía iniciaría en Liberia, el lugar donde Blessing Tieu nació y vivió toda su vida, hasta llegar a Côte d’Ivoire, la madre patria que nunca había visto.
“No sé nada de Côte d’Ivoire”, admitió. “Me preocupa que no hablar francés complique mi adaptación. Espero que la gente sea amable y me ayude a aprender la lengua de mi padre; eso me permitiría seguir estudiando”.
Basile (47 años), el padre de Blessing, recordó aquel día, en noviembre de 2002, cuando huyó a Liberia, país vecino, en busca de protección. “Tuve que caminar por dos días para recorrer los 47 kilómetros de distancia entre mi pueblo y la frontera”, contó. Veinte años después, le alegra volver a casa junto a su esposa, dos hijos y dos nietos. El futuro lo llena de esperanza.
“En los años que pasé en Liberia aprendí varios oficios, como plomería, carpintería y albañilería. Espero que los conocimientos que adquirí me permitan reconstruir mi vida y garantizar un mejor futuro para mis hijos”, indicó.
A bordo de la barcaza, la emoción crecía mientras los pasajeros entonaban una canción. Un par de minutos después, desembarcaron en el lado del río de Côte d’Ivoire, donde, con lágrimas en los ojos, amistades y familiares gritaban “¡Bienvenidos!” y “¡No hay lugar como casa!”.
Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, acompañó a estas personas en un corto pero importante viaje. En octubre de 2021, el Alto Comisionado recomendó que los países de asilo cesaran la condición de refugiado de las personas de Côte d’Ivoire luego de que el conflicto y la inestabilidad, que duraron dos décadas, se resolvieron de manera pacífica. ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, junto con siete gobiernos regionales, identificó soluciones duraderas para todas las personas refugiadas de Côte d’Ivoire.
- Ver también: ACNUR recomienda la cesación de la condición de refugiado para las personas de Côte d’Ivoire
Grandi bajó de la barcaza sosteniendo la mano de uno de los pasajeros más jóvenes que volvía a casa: una niña pequeña cuyo salvavidas color naranja llegaba casi a sus pies mientras caminaban por la plancha.
“Fue muy conmovedor acompañar a estas personas de Côte d’Ivoire en su retorno a casa y sostener la mano de esta niña”, señaló Grandi. “Le deseo un futuro magnífico en su país”.
Los conflictos civiles – entre 2002 y 2007 y entre 2011 y 2012 – obligaron a 340.000 personas de Côte d’Ivoire a huir de su país.
Desde 2011, alrededor de 310.000 personas refugiadas de Côte d’Ivoire han podido retornar a casa tras la mejora de la situación política (el 96% de ellas vivía en África Occidental, específicamente en Liberia y Ghana). Esta cifra incluye a 14.000 personas que, con ayuda de ACNUR, han retornado desde principios de año.
Luego de desembarcar, las personas recién llegadas se dirigieron al centro de tránsito en Toulepleu, donde podrían descansar y recibir ayuda en efectivo o servicios médicos antes del último tramo del camino de vuelta a casa.
Para muchas de ellas, la reintegración en Côte d’Ivoire no estará libre de desafíos, sobre todo en lo que respecta a la vivienda, el empleo y diversos procedimientos administrativos. Para facilitar el proceso, ACNUR creó un programa de asistencia al retorno que ayuda a antiguas personas refugiadas en diversas etapas de la repatriación y la reintegración.
Sea Inès Diehi, de 50 años, está muy agradecida por la asistencia que recibió en 2019, cuando retornó a Côte d’Ivoire y descubrió que la tierra que le pertenecía había sido ocupada por otras familias. A su llegada, recibió albergue y ayuda en efectivo, lo cual le permitió iniciar un pequeño negocio; además, se le brindó asistencia jurídica para que pudiera recuperar su tierra.
“Al tener un techo sobre mi cabeza, al contar con una fuente de ingresos y al haber recuperado mi tierra, puedo hacer frente al futuro con tranquilidad”, aseveró.
- Ver también: Personas de Côte d’Ivoire regresan a casa a medida que se acerca la cesación de su condición de refugiado
En las vísperas del Día Mundial del Refugiado (20 de junio), considerando que el número de personas forzadas a huir de la violencia y las persecuciones en el mundo recientemente llegó a 100 millones, una cifra sin precedentes, el Alto Comisionado comentó que había optado por acompañar a antiguas personas refugiadas de vuelta a Côte d’Ivoire para enviar un mensaje de esperanza sobre qué permiten lograr la paz y la cooperación.
“No hay más satisfacción para el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados que ver que una crisis de refugiados llega a su fin porque se han encontrado soluciones”, comentó. “Esto demuestra que es posible llegar a soluciones duraderas si trabajan en conjunto los países de origen, la sociedad civil, las organizaciones internacionales y los países de acogida”.
Mientras Basile y su familia se preparaban para el último tramo de su viaje de vuelta a casa, él dedicó un momento para expresar su gratitud por la protección que recibió en Liberia. “Muchas gracias a nuestros hermanos y a nuestras hermanas de Liberia por habernos dado la bienvenida y por habernos apoyado todos estos años”.
Luego, sus pensamientos volvieron a su casa y a todas las posibilidades por venir.
“¡Por fin llegamos! Veamos qué nos depara el futuro”.