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Colombia Panorama de las Necesidades Humanitarias 2023 (Marzo 2023)

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Colombia avanza en la consolidación de la paz, pero aún se enfrenta a múltiples choques que generan necesidades humanitarias. En la última década, Colombia ha hecho importantes esfuerzos en materia de desarrollo y consolidación de la paz. En agosto de 2022, un nuevo Gobierno fue elegido anunciando una agenda renovada para promover la equidad social, la justicia económica y ambiental, y la generación de espacios de diálogo con los GANE encaminados a lo que se denomina la Paz Total en los territorios más afectados por la violencia. De estas iniciativas, se resaltan los esfuerzos por mejorar la implementación del Acuerdo de Paz con las FARC-EP en 2016, la promoción de la participación de la sociedad civil en la formulación del Plan Nacional de Desarrollo y el énfasis transversal de los enfoques territoriales, la seguridad humana y las víctimas. El nuevo Gobierno también tomó medidas rápidas para restablecer las relaciones diplomáticas con Venezuela, lo que se espera tenga un impacto positivo para la población que cruza o vive a lo largo de la frontera.

No obstante, durante los últimos cuatro años se ha observado un deterioro del contexto humanitario del país, dejando a unos 7,7 millones de personas en situación de necesidad. Esta situación deriva de la confluencia entre un deterioro del conflicto armado interno por la expansión y consolidación de múltiples grupos armados no estatales (GANE), el incremento de los desastres agravados por la variabilidad climática, el aumento de las necesidades socioeconómicas generadas por la COVID-19, el repunte en la tasa de inflación durante el 2022 y las limitadas capacidades institucionales para atender tanto a población afectada internamente como la llegada masiva de refugiados y migrantes.

Por una parte, el incremento de acciones armadas y la presencia de los GANE ha aumentado los riesgos de protección y emergencias humanitarias que afronta la población. En 2022 ha persistido la presencia, expansión y reconfiguración de los GANE, reflejada en el incremento de víctimas y eventos por desplazamiento forzado y confinamiento en un 47 por ciento frente al 2021, para un total de 253 eventos y 266.700 personas afectadas y focalizadas en particular, en la costa Pacífica, en las zonas fronterizas y en los departamentos de la zona Centro-Sur del país. Según la Defensoría del Pueblo, la presencia de estos grupos está en las zonas rurales de cerca de la mitad de los municipios del país, poniendo en riesgo a al menos 7,2 millones de personas que viven bajo la influencia de los GANE. A esto se suman los altos niveles de violencia sexual relacionada con el conflicto, el aumento del reclutamiento y la utilización de niños, niñas y adolescentes (incluidos aquellos refugiados y migrantes), así como el uso de minas antipersonal (MAP) y municiones sin explosionar (MSE) que siguen afectando de manera desproporcionada a la población civil.

Por otro lado, la prolongación del Fenómeno de La Niña por tercer año consecutivo extendió la temporada de lluvias hasta finales de 2022 y, con ella, las emergencias humanitarias en el territorio nacional que, en consecuencia generó la Declaratoria de Situación de Desastre de Carácter Nacional el 1 de noviembre de 2022, indicando una afectación del 96 por ciento de los municipios del país. Entre enero y diciembre de 2022, más de 616.400 personas fueron afectadas por inundaciones, deslizamientos, avenidas torrenciales y otros eventos que además de generar necesidades humanitarias, han dificultado la recuperación en el mediano y largo plazo de la población. Una de las mayores crisis se produjo en la subregión de La Mojana, donde más de 166.000 personas resultaron con afectaciones para el acceso a bienes y servicios básicos. También se estima que, solo entre agosto y octubre, 120.000 personas se vieron afectadas por la intensificación de las lluvias y el paso del huracán Julia en La Guajira. En el Pacífico, se destacan las dinámicas de múltiple afectación, en poblaciones afectadas por desastres y que viven también los impactos por la presencia o injerencia de GANE.

Ante este panorama, preocupan los niveles de inseguridad alimentaria a los que se verán enfrentadas las personas en mayor situación de vulnerabilidad en 2023. Según el informe del Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el mundo de FAO y WFP, en 2022, el número de personas subalimentadas y con diferentes formas de malnutrición es creciente. Más de 2.300 millones de personas están en inseguridad alimentaria a nivel global y 15,5 millones de personas están en inseguridad alimentaria en Colombia (30% de la población nacional). Esta situación podría empeorar por dinámicas macroeconómicas como la inflación anual que reporta sus mayores niveles desde 1999 (13,12% para diciembre del 2022) y el incremento del dólar a nivel global que ha empezado a tener un impacto reflejado en el aumento del precio de los alimentos, la energía, los agro-insumos y combustibles que llevan a su vez, a un incremento en los costos de producción. Esta situación podría afectar los medios de vida y el acceso a alimentos de poblaciones ya afectadas por el conflicto y los eventos de variabilidad climática.

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