Filippo Grandi, Alto Comisionado para los Refugiados, insta a actuar para resolver la situación de las personas apátridas que "viven en la sombra"
Es necesario redoblar los esfuerzos para resolver la difícil situación de las personas que carecen de nacionalidad, instó hoy el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, en el octavo aniversario de la campaña mundial de ACNUR #IBelong (Yo Pertenezco) para poner fin a la apatridia.
La apatridia, que afecta al menos a 4,3 millones de personas, es una violación generalizada y grave de los derechos humanos.
“Privados del derecho fundamental a una nacionalidad, quienes han nacido o se han convertido en apátridas, se enfrentan a un limbo legal devastador. Se les impide acceder a sus derechos humanos básicos y participar plenamente en la sociedad. Sus vidas están marcadas por la exclusión, la privación y la marginación”, señaló Grandi.
“Aunque hemos visto grandes progresos en los últimos años para remediar esta desgracia de la humanidad, se necesita mucho más compromiso político y esfuerzo para mejorar las vidas de los millones que languidecen sin ciudadanía y viven en la sombra”.
Con el mandato de la comunidad internacional de identificar y proteger a las personas apátridas, y de prevenir y reducir la apatridia en todo el mundo, ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, lanzó en 2014 la campaña #IBelong, con una duración de una década, para llamar la atención y obtener apoyo para resolver el problema.
Desde el lanzamiento de la campaña se han encontrado soluciones. Más de 450.000 personas apátridas han adquirido o han visto confirmada su nacionalidad, y decenas de miles de personas de Asia, Europa, África y las Américas tienen ahora también una vía de acceso a la ciudadanía como resultado de los cambios legislativos recientemente promulgados. Veintiún Estados introdujeron procedimientos para identificar a las personas apátridas en su territorio y facilitar su naturalización. Treinta Estados se han adherido a una o a las dos Convenciones de la ONU sobre apatridia.
En Asia, África y Oriente Medio también se han creado redes regionales de la sociedad civil sobre apatridia, que se suman a las ya existentes en Europa y las Américas.
Tres países han reformado las leyes de nacionalidad discriminatorias por motivos de género, una de las causas principales de la apatridia, aunque 24 siguen negando a las mujeres la igualdad de derechos para conceder la nacionalidad a sus hijos, en las mismas condiciones que a los hombres. Los avances también siguen estancados en algunas de las principales situaciones de apatridia, a menudo arraigadas en la discriminación por motivos de raza, religión o etnia.
“Aunque la apatridia sigue siendo un problema mundial, con muchas causas diferentes, puede remediarse mediante soluciones locales, a menudo muy sencillas”, aseguró Grandi.
“Insto a los gobiernos y legisladores de todo el mundo a que aprovechen los próximos dos años de la campaña para acelerar la acción y cerrar las brechas legales y de política pública que siguen dejando atrás a millones de personas”.
Más información sobre la campaña mundial de ACNUR aquí.
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