Concluye visita a Afganistán y Pakistán de la Alta Comisionada Adjunta para los Refugiados, quien solicita apoyo urgente para solventar las necesidades humanitarias

Kelly T. Clements, Alta Comisionada Adjunta para los Refugiados, recibe una flor de bienvenida antes de inaugurar un centro de negocios para mujeres en Herat, Afganistán.

Kelly T. Clements, Alta Comisionada Adjunta para los Refugiados, recibe una flor de bienvenida antes de inaugurar un centro de negocios para mujeres en Herat, Afganistán.  © ACNUR/Chinar Media

Kelly T. Clements, la Alta Comisionada Adjunta para los Refugiados, visitó Afganistán y Pakistán esta semana para llevar la atención tanto a la dramática situación humanitaria que enfrenta la población afgana como a la necesidad de seguir apoyando a las personas refugiadas, desplazadas y retornadas, a las comunidades de acogida, y a mujeres y niñas.

En Afganistán, ACNUR y sus socios se esfuerzan por brindar asistencia a alrededor de 3,5 millones de personas desplazadas por el conflicto. Asimismo, proporcionan asistencia vital para ayudar a cubrir las necesidades de las personas en situación de vulnerabilidad, lo cual incluye apoyar en la reintegración de muchos millones de personas refugiadas que han retornado con el paso de los años.   

“ACNUR continúa apoyando a Afganistán, como lo ha hecho por 40 años, pero ahora está tratando de apoyar intensivamente a las personas refugiadas, desplazadas internas y retornadas; para ello, está ampliando su presencia en todo el país”.

Durante su estancia de cuatro días en Afganistán, acompañada por funcionarios interinos, la Alta Comisionada Adjunta para los Refugiados visitó la provincia de Herat, al oeste del país. Kelly T. Clements inauguró un centro de negocios para mujeres, un lugar donde se concentran empresas dirigidas por ellas, que incluyen kioskos de diversas tiendas, así como clases de computación, clases de inglés y recursos de asesoría.

Clements se reunió con mujeres y niñas en Herat y Kabul para conocer sus inquietudes. Se subrayó la necesidad de adoptar un enfoque inclusivo que se base en los derechos humanos para apoyar el retorno voluntario y la reintegración sostenible.

“Las mujeres (de Afganistán) son extremadamente resilientes. Hablaron sobre educación, sobre la necesidad de contar con medios de vida, sobre el deseo de participar en la vida pública en Afganistán. Quieren que las niñas reciban educación, que participen en dar forma al futuro del país”, compartió Clements.

Desde agosto del año pasado, además de tener que cubrir su rostro, las mujeres y las niñas afganas han visto limitado cada vez más su acceso a la educación, así como la capacidad de moverse libremente sin ir acompañadas de un familiar. En la mayor parte del país, las niñas no han podido recibir educación más allá del sexto grado.

En lo que va del 2022, ACNUR ha proporcionado ayuda en efectivo, apoyo para el invierno, albergue y asistencia para el hogar a casi un millón de personas afganas en situación de vulnerabilidad. Del llamamiento de ACNUR de $340 millones de dólares (USD) para sus operaciones en Afganistán apenas se ha recibido el 57%; de igual forma, el Plan de Respuesta Humanitaria, que requiere $4.400 millones de dólares (USD) ha recibido apenas el 32%.

En Pakistán, la Alta Comisionada Adjunta hizo énfasis en el derecho al asilo y agradeció que la población y el gobierno hayan dado generosa acogida a millones de personas afganas durante más de 40 años. En Pakistán se encuentran alrededor de 1,3 millones de personas refugiadas registradas, y 1,5 millones de personas afganas cuya condición aún no se determina; entre ellas, de acuerdo con el gobierno, cerca de 250.000 personas afganas que han llegado desde agosto de 2021.

La Alta Comisionada Adjunta se entrevistó, entre otras personas, con Bilawal Bhutto Zardari, Ministro de Relaciones Exteriores de Pakistán, y Muhammad Talha Mahmood, Ministro de Estados y Regiones Fronterizas. Las conversaciones se enfocaron en la necesidad de que llegue la paz a Afganistán y en soluciones duraderas para la población refugiada en países vecinos.

Clements aplaudió el interminable compromiso de Pakistán para registrar el nacimiento de niños refugiados, así como para emitir certificados de nacimiento y ofrecer más de 1.700 sitios universitarios para garantizar que las personas de Afganistán tengan acceso a educación superior.

Asimismo, solicitó el fortalecimiento del apoyo internacional e instó a Pakistán a no menguar su atención a las personas afganas en el exilio.

“Las personas afganas necesitan ver que no están solas y que la comunidad internacional las apoya. Se agradece que Pakistán no haya dado marcha atrás en la inclusión de las personas refugiadas en sus comunidades y servicios”, añadió Clements.

Clements viajó a Haripur, en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, donde se entrevistó con personas afganas, incluidas mujeres y niñas, en un pueblo de refugiados fundado en 1979. Estando ahí, resaltó la fortaleza y la determinación con la que esas personas han forjado sus proprios futuros y contribuyen a sus comunidades.

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