Última actualización: Martes, 20 Septiembre 2022, 22:12 GMT

Colombia: entre la guerra y la indiferencia

Fuente Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR)
Fecha de publicación 28 Marzo 2019
Citar como Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Colombia: entre la guerra y la indiferencia, 28 Marzo 2019, disponible en esta dirección: https://www.refworld.org.es/docid/5c9d46814.html [Accesado el 1 Octubre 2022]
Descargo de responsabilidadEsta no es una publicación del ACNUR. El ACNUR no es responsable, ni respalda necesariamente, su contenido. Todas las opiniones expresadas pertenecen exclusivamente al autor o fuente y no necesariamente reflejan las del ACNUR, las Naciones Unidas o sus Estados Miembros.

La situación humanitaria en Colombia es cada vez más compleja como consecuencia de la evolución de dinámicas conflictivas en las zonas más apartadas y empobrecidas del país. Para muchos habitantes de estas regiones, la paz nunca llegó y, en muchos casos, la situación de seguridad se ha deteriorado seriamente. "En Tumaco, es más difícil el posconflicto que el mismo conflicto", me decían hace poco. Lamentablemente, no es la única zona donde la situación ha empeorado.

La realidad es que en Colombia no se puede hablar de posconflicto: actualmente, no hay uno, sino al menos cinco conflictos armados en el país (cuatro de ellos entre el Estado colombiano y grupos armados organizados, a saber, el ELN, el EPL, las AGC y las estructuras de las FARC-EP del antiguo Bloque Oriental que no se acogieron al proceso de paz, y el quinto, que enfrenta al ELN con el EPL). Estos conflictos armados, sumados a la violencia ejercida por grupos de distinta naturaleza en el campo y en las ciudades, siguen marcando el día a día de millones de colombianos.

Además, las dinámicas fronterizas con un claro potencial conflictivo y el drama humanitario de los migrantes, que probablemente se agravará a lo largo de 2019, son un serio motivo de preocupación. La coexistencia entre migración y conflicto es una ecuación complicada que, sin duda, expone a personas extremadamente vulnerables a una violencia que ningún ser humano debería sufrir.

En 2019, continuamos insistiendo sobre la falta de respuestas ante la desaparición. Los familiares de los más de 80.000 desaparecidos del país aún esperan información, que llega a cuentagotas, más de dos años después de que se anunció la creación de la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas.

Quisiera destacar enfáticamente que la desaparición no es una tragedia del pasado sino un acto injustificable que aún se comete en la actualidad. Puedo decirlo abiertamente: todos los portadores de armas en el país han utilizado y utilizan la desaparición para sembrar el miedo y para controlar poblaciones y territorios. Es necesario que entiendan, de una vez por todas, que en la guerra no todo vale. Respetar el derecho internacional humanitario no es una opción. Por lo tanto, la búsqueda de las personas desaparecidas en relación con los conflictos armados y la prevención de nuevas desapariciones constituyen una obligación incondicional de todos los actores que forman o formaron parte de estos conflictos.

Para que la situación cambie, se necesita el compromiso y la voluntad del Estado, de los grupos armados y de la sociedad civil en su conjunto. Colombia puede, y debe, ser un país donde el temor y la violencia no condicionen el día a día de millones de sus habitantes.

Buscar en Refworld

Países