Emergencia en Afganistán

“No tuvimos tiempo de tomar nada. Huimos apenas con una manta”.

Maryam, mujer afgana de 24 años desplazada en Mazar-e Sharif, Afganistán

Afganistán atraviesa por una crisis humanitaria y de desplazamiento. En 2021, más de medio millón de personas han sido desplazadas recientemente dentro del país. Las mujeres, las niñas y los niños constituyen la mayor parte de personas desplazadas. Muchas familias dicen haber tenido que huir de un momento a otro, sin importar que existía el riesgo de encontrarse con explosivos improvisados o de sufrir ataques en manos de grupos armados.

La ola de violencia más reciente se conjuga con los incesantes desastres naturales, como la devastadora sequía que vive el país. Además, la pandemia de COVID-19 ha afectado considerablemente la salud de la población y ha tenido repercusiones socioeconómicas importantes. En realidad, menos del 4% de la población se encuentra complatemente vacunada.

Las personas de Afganistán comprenden una de las poblaciones refugiadas de mayor tamaño en el mundo. Irán y Pakistán han dado acogida a alrededor del 90% de las personas afganas refugiadas; de las cuales, más de 2,2 millones han sido registradas en ambos países. Aunado a ello, tres millones de personas ya habían sido desplazadas dentro de Afganistán previo al estallido del conflicto este año.

La crisis carcome el crecimiento de la niñez afgana. Cerca del 65% de la población (tanto dentro como fuera de Afganistán) comprende niñas, niños y jóvenes, quienes se llenan de ansiedad por el futuro que les espera a raíz de la inseguridad y los retos económicos.

La resiliencia de las familias afganas está por llegar a un punto de quiebre. La situación en Afganistán es bastante compleja; por tanto, no resolver la inestabilidad que ahora impera en el país derivará en más desplazamiento.

¿Qué está haciendo ACNUR para ayudar?

Junto con sus socios, siempre que haya personas que requieran asistencia, ACNUR tiene el compromiso de permanecer en el país y continuar con su labor, incluso en medio de una situación que va en deterioro, al tiempo que el desplazamiento aumenta. ACNUR ha activado una respuesta de emergencia para proteger a las personas en mayor situación de vulnerabilidad y para brindar asistencia – proporcionando albergue, alimentos, agua y artículos de primera necesidad – a aquellas que han sido desplazadas recientemente, tanto dentro de Afganistán como en países vecinos.

Prevenir la propagación de la COVID-19 sigue siendo una prioridad. Para ayudar a reducir el riesgo en la mayor medida posible, ACNUR incluye baldes y bidones en los kits de socorro que ha estado proporcionando a las familias desplazadas. Este tipo de suministros son de suma importancia en áreas en las que se dificulta el acceso al agua limpia. Además, ACNUR ha instalado estaciones para el lavado de manos y ha distribuido kits de higiene, que incluyen jabón y mascarillas. Asimismo, ACNUR ha estado proporcionando ayuda de emergencia en efectivo para ayudar a mitigar el impacto socioeconómico que la pandemia ha tenido en las familias.

Aunado a lo anterior, en lo que van de 2021, ACNUR ha estado monitoreando las necesidades de protección en 32 provincias; y, como parte de los esfuerzos colectivos de las Naciones Unidas, ACNUR participó en la evaluación de las necesidades de casi 400.000 personas desplazadas internas desde inicios del año. De cualquier forma, se requiere más ayuda humanitaria con urgencia. ACNUR ha ampliado el alcance de su respuesta; sin embargo, necesita apoyo para proteger y brindar asistencia a las personas que se han visto obligadas a huir.

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