El Festival del Reencuentro reunió a cientos de personas en Buenos Aires
En el marco del Día de los Derechos Humanos, se celebró el "Festival del Reencuentro". Participaron organizaciones comunitarias, emprendimientos y proyectos artísticos, que alegraron la tarde a cientos de personas.
El arte y la expresión cultural estuvieron presentes a través de talleres de serigrafía, bordado, murales y creaciones textiles. © ACNUR/Labaus
BUENOS AIRES, Argentina – El reencuentro fue el eje en torno al cual más de 30 emprendimientos y una decena de artistas compartieron sus iniciativas en una tarde de juegos, shows, talleres y una feria gastronómica en la que niños, niñas y adultos de todas las edades pudieron participar y disfrutar. El “Festival del Reencuentro” se llevó a cabo en el Parque de la Estación, un espacio cultural ubicado en el tradicional barrio de Balvanera. Allí, personas refugiadas y migrantes, organizaciones de la sociedad civil y del equipo de ACNUR pudieron reencontrarse el 10 de diciembre celebrando una diversidad de aromas, sonidos, saberes y colores.
¿Qué es el reencuentro?
Cocineros y cocineras de Colombia, Venezuela, Armenia y Senegal prepararon platos y bebidas típicas generando una mixtura de sabores que el público pudo degustar, desde la torta húmeda de chocolate, la de tres leches, licuados frutales y jugos de jengibre, butifarras, arepas, empanadas y deditos de queso hasta el pan de jamón, entre muchas otras especialidades. Pedro, de “Piñonates”, un emprendimiento familiar dedicado a la repostería tradicional, yogures caseros y panes estacionales venezolanos, señalaba que “conocemos la gastronomía de otros países y eso es genial, nos hace sentir en casa, nos hace sentir tranquilos, nos hace sentir también conocer de un bocado, a otro país”.
La programación incluyó una diversidad de sonidos recorriendo los ritmos del tango, el reggaetón, el pop y el joropo; una multiplicidad de colores desplegados en los productos de emprendimientos de tejidos mexicanos, cuadernos artesanales, hebillas y vinchas, prendas, entre tantos objetos más. Asimismo, el público pudo conocer distintos saberes a través de los talleres de serigrafía y bordado, y presentaciones que abordaron temáticas como la historia del maíz en la región, y una dramatización teatral sobre la realidad de las mujeres trans y travestis, orientada a sensibilizar sobre las situaciones de violencia que viven por su identidad de género.
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El Festival del Reencuentro permitió disfrutar y celebrar una tarde marcada por la alegría. © ACNUR/Labaus -
Dos mujeres venezolanas unidas por su pasión por el tango presentaron un show al ritmo del 2 x 4 y también ofrecieron un taller para principiantes. © ACNUR/Labaus -
A través de la presentación "Mariposas en la noche", las mujeres trans y travestis que conforman la asociación La Rosa Naranja compartieron la realidad que viven muchas de ellas, quienes deben atravesar situaciones de violencia basada en su género. © ACNUR/Labaus -
Niños, niñas y adultos de todas las edades disfrutaron de una tarde de juegos y diversión. © ACNUR/Labaus -
La música de la región llanera de Venezuela dio cierre al Festival del Reencuentro invitando a bailar al son de su ritmo. © ACNUR/Labaus
A través del apoyo a estas iniciativas comunitarias, ACNUR redobla su compromiso para trabajar en conjunto con las organizaciones y las propias personas refugiadas y migrantes en el acceso a sus derechos humanos. Como manifestó Pablo Cossio, del Bloque de Trabajadores y Trabajadoras Migrantes, “El reencuentro es volver a vernos, el cara a cara, empezar a reencontrarnos con compañeros y compañeras que la pandemia lamentablemente nos privó de juntarnos, de organizarnos. Es empezar a compartir problemáticas, a encontrar soluciones, a pensar también estrategias que permitan luchar por derechos, luchar por mejores condiciones de vida para los y las migrantes”.
Las dificultades atravesadas como consecuencia de la pandemia estuvieron en el recuerdo de quienes se acercaron hasta el Parque de la Estación. Para Luisa Vera, de “Postres Mi Marmota”, “el reencuentro significa el volver a estar juntos, volver a encontrarnos, es un momento de compartir, es un momento de unión, es un momento de socializar”. Luisa celebró el “estar reencontrándonos nuevamente después de la pandemia en momentos tan difíciles que vivimos”.
Así lo sintió también Marcela Tobaldi, de “La Rosa Naranja”: “El reencuentro para mí, y para la organización y todas las que estamos aquí, tiene que ver con esa posibilidad de abrazarse, de tocarse, que tanto tiempo estuvimos en pandemia sin poder tocarnos, sin poder saludarnos, eso es el reencuentro, la vuelta de la pandemia”. Okba Aziza, otro de los asistentes, comparte esa idea: “La alegría que vi en las caras de la gente que estuvo ahí, en los niños, en las personas migrantes y refugiadas fue algo muy emotivo”. A esa imagen, Okba sumó un aprendizaje: “Aprendí a bailar tango. Es algo que siempre quise hacer desde que llegué a Argentina”, suelta. Su sonrisa dice todo el resto.
ACNUR agradece a todas las organizaciones su participación y redobla su compromiso de continuar trabajando de la mano con los procesos organizativos de las personas refugiadas y migrantes. En esta edición del Festival fue posible gracias al trabajo mancomunado de: Amumra, Asoenvear, Asoven, Bloque de Trabajadores Migrantes, Con Más Corazón, Fundación Mirares, La Rosa Naranja, Lazos de Libertad, Mecopa La Paz, Provear, FICU, Secretaría de Trabajadores Migrantes y Refugiadxs UTEP.