Todas las voces cuentan
© ACNUR

Todas las voces cuentan

Costa Rica declaró un estado de emergencia nacional el 16 de marzo de 2020 ante la propagación mundial del COVID-19. La declaratoria ha impactado la vida cotidiana de todas las personas, incluyendo también a las personas refugiadas y solicitantes de asilo que se encontraban en el país.  

Quienes encontraron refugio en Costa Rica, al huir de la violencia y la persecución, han tenido que reinventarse dos veces: al momento de llegar a un país nuevo para reconstruir su vida y al adaptarse a las medidas sanitarias para reducir el riesgo de exposición al coronavirus. Además, la emergencia sanitaria mundial ha agravado la ya difícil situación de personas refugiadas y solicitantes de asilo en el país, principalmente en cuanto a sus necesidades de alimentación y alojamiento.  

Por su lado, el coronavirus ha demostrado que no discrimina por ninguna razón, por lo que es muy importante que las estrategias para hacerle frente incluyan a todas las personas, especialmente a las más vulnerables. Hoy más que nunca la solidaridad y la empatía son más que necesarias hacia las personas que han sido desplazadas de forma forzada, para lo cual necesitamos escucharlas.  

Las voces de las personas refugiadas y solicitantes de asilo también cuentan en medio de la pandemia. Debemos escuchar también sus preocupaciones, sus retos y cómo están sobrellevando la situación. #TodasLasVocesCuentan recopila las voces de quienes han huido y buscado protección en Costa Rica. Es momento de sumar su voz en medio de la emergencia, porque todas las voces cuentan.  

Asistencia y respuesta de ACNUR: 

Ante la emergencia mundial de salud pública provocada por el COVID-19, ACNUR ha ajustado sus programas de asistencia humanitaria para continuar apoyando a las personas solicitantes de asilo y refugiadas en Costa Rica. 

En alianza con la Caja Costarricense del Seguro Social, el ACNUR ha financiado el seguro médico de 6.000 solicitantes de asilo y personas refugiadas con alguna condición médica y situaciones de extrema vulnerabilidad. El registro de beneficiarios realizó de manera telefónica y no presencial para evitar la propagación del COVID-19.  

El ACNUR también ajustó su programa de ayuda humanitaria en efectivo para alcanzar familias con factores de riesgo asociados al COVID-19. La entrega de la asistencia se hace a través de tarjetas de débito siguiendo todas las medidas sanitarias necesarias para prevenir el riesgo de exposición al coronavirus; como por ejemplo la atención por medio de citas para evitar aglomeraciones, la instalación de módulos de lavado de manos a la entrada de la oficina, ajuste del área de espera respetando las distancias recomendadas, desinfección frecuente de artículos de oficina, y utilización de guantes y mascarillas por parte del personal del ACNUR.