ACNUR repara hogares para ayudar a personas refugiadas y libanesas a sobrellevar la crisis
Mientras el Líbano sufre un devastador colapso económico, ACNUR ayuda a que las familias libanesas y sirias que se encuentran en dificultad vivan con seguridad y dignidad.
En la pequeña ciudad de Sarafand, a medio camino entre los antiguos puertos fenicios de Sidón y Tiro, en la costa mediterránea del Líbano, Aliyah, una libanesa y madre soltera de cuatro hijos, se sentía impotente cuando la vida estable que una vez conoció se desmoronaba a su alrededor, literalmente, en el caso de su casa en ruinas.
Tras la muerte de su esposo hace cuatro años, Aliyah se convirtió en la única proveedora de la familia vendiendo pequeñas pulseras y collares que ella misma hacía para salir adelante.
Pero en medio de una agobiante crisis económica en el Líbano que ha disparado el precio de los productos básicos y ha provocado la escasez de alimentos, combustible y medicinas, Aliyah perdió incluso este pequeño salvavidas. Su único ingreso era el escaso sueldo que ganaba su hijo mayor, Ali, trabajando como repartidor en una cafetería cercana, hasta que recientemente él también perdió su empleo.
“Dependo de la ayuda de mis vecinos, que me brindan medicinas, comida y dinero para sobrevivir”, compartió Aliyah. “Mi hijo Ali era el único proveedor de la familia, pero sus ingresos por sí solos no eran suficientes para salir adelante”.
“La casa en la que vivimos está en pésimas condiciones”.
Una afección médica que afecta su circulación hizo que a Aliyah le amputaran una pierna recientemente. Confinada a una silla de ruedas, su movilidad estaba muy restringida en la casa, que – sin dinero para renovaciones – era difícil de recorrer, y estaba en mal estado debido a las filtraciones y la humedad que provocaban el derrumbe de partes de las paredes y los techos.
“Ya es bastante duro luchar para poner comida en la mesa, pero es aún más duro cuando no te sientes seguro en tu propia casa”, aseguró Aliyah. “La casa en la que vivimos está en un estado espantoso, con fugas de agua. Nada en la casa es fuente de confort”.
Como consecuencia del colapso económico de Líbano, que según el Banco Mundial se encuentra entre las peores crisis económicas mundiales de los tiempos modernos, la moneda libanesa perdió más del 85 por ciento de su valor. Los precios se han disparado y la supervivencia ha quedado fuera del alcance de muchas familias.
Además de traer sufrimiento y miseria a las familias libanesas, la crisis ha tenido un impacto desastroso en los más de 850.000 personas refugiadas sirias registradas y acogidas en el país.
Los recientes resultados preliminares de una evaluación de la vulnerabilidad de las personas refugiadas sirias en el país, realizada en 2021, revelaron que el 90 por ciento vive actualmente en pobreza extrema, sin poder cubrir el coste total de alimentos, medicinas y otros productos básicos considerados esenciales para la supervivencia.
Esto ha provocado un aumento de la inseguridad alimentaria que afecta a la mitad de los hogares de personas refugiadas, mientras que el 60 por ciento de las familias sirias en el Líbano viven ahora en alojamientos peligrosos, hacinados o de mala calidad. La situación de las familias libanesas es igualmente desesperada.
- Ver también: ONU: Los refugiados sirios en El Líbano luchan para sobrevivir en medio de la mayor crisis socioeconómica en décadas
En respuesta, ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, está proporcionando una serie de asistencias vitales a las familias refugiadas y libanesas más vulnerables del país, incluyendo ayuda en efectivo y artículos domésticos esenciales, además de proporcionar apoyo a nivel municipal y comunitario.
Desde 2011, se han invertido 309 millones de dólares (USD) en instituciones e infraestructura del Líbano para ayudar a los ministerios a prestar servicios públicos a una población más amplia, incluidas las personas refugiadas y libanesas.
Esto ha incluido proyectos que aportan infraestructura y equipos muy necesarios a las comunidades libanesas para mitigar el impacto de acoger a un gran número de personas refugiadas, así como el apoyo a las instituciones y comunidades libanesas para responder mejor a la COVID-19 y a la explosión de Beirut en 2020.
Como parte de su respuesta, ACNUR está trabajando en la rehabilitación de viviendas en mal estado con sus socios INTERSOS, CONCERN, MEDAIR y Save the Children. El programa ayuda a los propietarios a arreglar los techos y las paredes para evitar las goteras, a reparar los sistemas de plomería y electricidad y, en el caso de la casa de Aliyah, a realizar mejoras de accesibilidad para ayudarla a moverse y ser más independiente.
“Las personas refugiadas y locales en el Líbano están sufriendo mucho”.
Además de hacer que las familias estén más seguras y protegidas en sus casas, y de proporcionarles empleo, el proyecto también ofrece las mejoras de la construcción de forma gratuita a los propietarios a cambio de garantías de un año de alquiler gratuito para los inquilinos, muchos de los cuales, de otro modo, correrían el riesgo de ser desalojados.
“Después de la rehabilitación de mi casa, todo es diferente, todo es mejor ahora”, comentó Aliyah de forma aliviada. Tareas tan sencillas como lavarse las manos se han hecho más fáciles gracias a que puede acceder al lavabo con su silla de ruedas.
Unas 67.000 familias refugiadas y libanesas se han beneficiado del apoyo de ACNUR en materia de alojamiento en 2020 y 2021. Esta ayuda también incluye la impermeabilización de los alojamientos en los asentamientos informales, la distribución de kits de alojamiento para reforzar las viviendas contra los elementos; y la concesión de subsidios de alquiler a las familias en riesgo de desalojo.
“Ayudar a los más necesitados a tener acceso a un hogar seguro es una prioridad para ACNUR”, destacó Ayaki Ito, Representante de ACNUR en el país. “Las personas refugiadas y locales en el Líbano están sufriendo mucho y debemos seguir estando a su lado en estos momentos tan difíciles”.