ACNUR advierte sobre las crecientes necesidades en el Sahel a medida que se intensifica el desplazamiento forzado
El siguiente contenido corresponde a las declaraciones formuladas hoy por un portavoz de ACNUR en una rueda de prensa en el Palacio de las Naciones, en Ginebra.
ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, advierte hoy sobre las desastrosas consecuencias en la región africana del Sahel, a menos que los esfuerzos humanitarios reciban apoyo urgente en lo que se ha convertido en la crisis de desplazamiento y protección de más rápido crecimiento en el mundo.
Los compromisos que se espera que se asuman en una mesa redonda ministerial para el Sahel central el 20 de octubre en Copenhague pueden restaurar el sentido de urgencia en una región que se enfrenta a una miríada de desafíos superpuestos.
Conflicto armado, pobreza extrema, inseguridad alimentaria, cambios climáticos y la pandemia de COVID-19 convergen en el Sahel. En toda la región, más de 2,7 millones de personas se han visto obligadas a huir de sus hogares. Las necesidades de vivienda, agua, saneamiento, salud y otras ayudas básicas son ahora inmensas.
Los países del Sahel central de Burkina Faso, Malí y Níger son el epicentro de la crisis de desplazamiento forzado. Más de 1,5 millones de desplazados internos y 365.000 refugiados han huido de la violencia en el Sahel central, incluidos más de 600.000 solo este año. El número de desplazados internos dentro de Burkina Faso se ha duplicado a más de un millón el año pasado. Burkina Faso, uno de los países más pobres del mundo y uno de los más susceptibles a los riesgos climáticos, se enfrenta a una importante crisis de seguridad interna que significa que casi ningún lugar del país es seguro.
El nivel de brutalidad contra los civiles es espantoso y sistémico. Los padres están siendo ejecutados frente a sus hijos por grupos armados con alarmante frecuencia. Hace menos de dos semanas, el 4 de octubre en el norte de Burkina Faso, atacantes armados mataron a 25 hombres frente a sus familias en una emboscada en su convoy cuando regresaban a casa con la esperanza de mejorar la seguridad.
En toda la región, miles de mujeres y niñas han sido víctimas de violencia sexual y de género.
Los ataques a escuelas en el Sahel son una realidad cada vez más sombría. Más de 3.600 escuelas en los últimos años han sido destruidas o cerradas, afectando a decenas de miles de escolares.
Los riesgos climáticos en el Sahel también están aumentando a medida que el aumento de las temperaturas cambia los patrones de lluvia y aumenta la frecuencia e intensidad de las inundaciones, sequías y tormentas de arena. Las recientes y devastadoras inundaciones en la región han matado a decenas y han dejado a cientos de miles, muchos de ellos desplazados y sus comunidades de acogida, con una necesidad urgente de alojamiento, agua potable y servicios de salud.
Los gobiernos de acogida y las comunidades locales son los primeros en responder y han mostrado una notable solidaridad. Pero están en un punto de ruptura y necesitan recursos inmediatos.
Se necesitan con urgencia soluciones para abordar las causas profundas del desplazamiento y reforzar los esfuerzos humanitarios.
Los Estados afectados necesitan apoyo para brindar asistencia. Las reformas de la gobernanza deben intensificarse con la misma urgencia que las intervenciones para salvar vidas, y los recursos adecuados son esenciales. La inversión es especialmente necesaria en las zonas urbanas, donde muchos de los desplazados han buscado seguridad.
Los actores humanitarios están luchando por satisfacer las crecientes necesidades de las comunidades desplazadas y sus anfitriones.
ACNUR se ha ampliado drásticamente en el Sahel central este año. Hemos proporcionado albergue de emergencia a 81.144 personas desplazadas hemos llegado a sobrevivientes de violencia sexual y de género a través de clínicas de salud móviles. En medio de la pandemia de COVID-19, nuestras intervenciones han ayudado a 338.411 personas a recibir servicios de atención médica esenciales; y con las escuelas cerradas, unos 12.000 niños desplazados y de las comunidades de acogida han continuado su educación mediante la educación a distancia.
En la región en general, los Gobiernos de Burkina Faso, Chad, Mali, Mauritania y Níger se han comprometido a colocar la protección de las personas desplazadas y sus comunidades de acogida en el centro de la respuesta. A principios de esta semana, estos gobiernos lanzaron el "Proceso de Bamako", una plataforma intergubernamental para acciones concretas y rápidas para fortalecer la coordinación entre los actores humanitarios y de seguridad y garantizar el acceso, la protección y la asistencia humanitaria a las poblaciones afectadas.
En el Sahel central, ACNUR necesita un apoyo financiero continuo y sostenido. Se necesitan recursos más allá del final de este año para que el ACNUR y nuestros socios continúen aumentando la asistencia. La conferencia de compromisos de contribuciones del 20 de octubre es una oportunidad para que los donantes demuestren su compromiso para evitar los efectos más devastadores. El momento de actuar en el Sahel es ahora.
Para mayor información sobre el tema, por favor contacte:
- En Dakar (regional), Romain Desclous, [email protected], +221 786 396 385
- En Ginebra, Boris Cheshirkov, [email protected], +41 79 433 7682
- En Nueva York, Kathryn Mahoney, [email protected], +1 347 443 7646
- En París, Céline Schmitt, [email protected], +33 6 23 16 11 78
- En Niamey, Jean-Sébastien Josset, [email protected], +227 90766977
- En Ouagadougou, Moussa Bougma, [email protected], +226 253 405 22