La prolongada pandemia de COVID-19 agrava las dificultades que enfrentan 12 millones de personas desplazadas con discapacidad
ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, estima que al menos 12 millones de personas con discapacidad han sido desplazadas por la fuerza alrededor del mundo. Por desgracia, la situación de estas personas continúa agravándose debido a la pandemia de COVID-19.
“El desplazamiento forzado afecta desproporcionadamente a las personas con discapacidad. Suelen estar en mayor riesgo de sufrir violencia, discriminación, abandono, violencia de género, explotación y abusos. También enfrentan barreras en el acceso a servicios básicos y, por lo regular, se les excluye de las oportunidades educativas y de medios de vida”, comentó Gillian Triggs, Alta Comisionada Auxiliar para la Protección.
“Aunque muchas personas refugiadas se enfrentan a este tipo de riesgos de exclusión y discriminación, que son inaceptables, tememos que la prolongada pandemia de COVID-19 siga profundizando las dificultades y desigualdades”, añadió.
Si bien se estima que más de doce millones de personas con discapacidad han sido desplazadas por la fuerza a raíz de persecuciones, violencia y violaciones a derechos humanos alrededor del mundo, hay encuestas y evaluaciones que sugieren que la cifra real es mucho más alta.
Los riesgos y los desafíos empiezan mientras estas personas huyen. En medio de hostilidades, desastres y situaciones de violencia, las personas con discapacidad suelen ser abandonadas por sus familias debido a lo repentinos que son los ataques armados. En casos muy extremos, el abandono se ha dado estando las personas encadenadas.
Al llegar a lugares seguros, sin embargo, no siempre son accesibles las instalaciones o los servicios, con inclusión de los programas de protección y asistencia. Las personas con discapacidad enfrentan barreras físicas y obstáculos para recibir y beneficiarse de servicios básicos, o bien, la información clave se ofrece en formatos que no les son de fácil acceso.
El acceso a la educación, la atención médica y las oportunidades laborales ya era difícil para las personas refugiadas, desplazadas internas y apátridas con discapacidad; por desgracia, la crisis mundial ha agravado la situación.
En el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, ACNUR insta a las autoridades nacionales a hacer mucho más no solo para garantizar los derechos de las personas apátridas y desplazadas por la fuerza con discapacidad, sino también para eliminar todo tipo de discriminación.
Los gobiernos y los actores humanitarios deben fomentar la participación activa y significativa de las personas refugiadas, desplazadas internas y apátridas con discapacidad, así como garantizar que los planes nacionales de inclusión de la discapacidad y los planes de respuesta, prevención y recuperación de la COVID-19 tomen en cuenta las necesidades de estas personas.
Por su parte, los donantes deben comprometerse a aumentar la financiación para garantizar que las personas con discapacidad tengan acceso a protección, asistencia y soluciones alrededor del mundo.
Para robustecer sus propios compromisos y fortalecer la inclusión y la participación, ACNUR desarrolló un Plan de Acción de cinco años para la Inclusión de la Discapacidad en sus operaciones en todo el mundo. Además, colabora con la Alianza Internacional de Discapacidad con el fin de involucrar organizaciones de personas con discapacidad en la búsqueda de soluciones a los desafíos que afectan sus vidas.
Aquí puede consultarse más información sobre el enfoque de ACNUR con respecto a la discapacidad en situación de desplazamiento.