La solución a múltiples crisis depende de la cooperación internacional, dice el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados
Impedir que el número de personas desplazadas llegue a 100 millones de personas requiere "esfuerzos robustos de resolución de conflictos", comentó Filippo Grandi, Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, en una reunión de alto nivel.
GINEBRA - Si la comunidad internacional no une esfuerzos para resolver distintas crisis que “surgen o empeoran todos los días alrededor del mundo”, el número de personas desplazadas por la fuerza a nivel mundial llegará a 100 millones, indicó Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, en una reunión de alto nivel el día de hoy.
“Es evidente que vamos en la dirección equivocada”, señaló Filippo Grandi en la reunión anual del Comité Ejecutivo de ACNUR en Ginebra. “Todos los indicadores nos dicen que debemos cooperar para prevenirlo. Sin embargo, parece que no podemos – o, quizás, no queremos – abandonar los caminos que hemos estado transitando”.
“Todos los indicadores nos dicen que debemos cooperar”.
Grandi subrayó que la distribución desigual de las vacunas contra la COVID-19 ha “dividido al mundo entre personas vacunadas y personas expuestas, lo cual tiene consecuencias desastrosas para quienes viven en los márgenes sociales”, como las personas refugiadas, que trabajan en el sector informal y que fueron las primeras en perder su empleo mientras se disparaban los índices de pobreza.
Al mismo tiempo, tras décadas de inactividad para encontrar soluciones a la emergencia del cambio climático, han sido dramáticas las consecuencias para las personas refugiadas (90% de las cuales provienen de los países más afectados por la emergencia).
Mientras tanto, a raíz de los conflictos ignorados y no resueltos en el mundo, el número de personas desplazadas por la fuerza, que hacia finales del año pasado llegó a 82,4 millones, se ha duplicado en la última década.
“De continuar las tendencias por falta de mejores esfuerzos de resolución de conflictos, me temo que la interrogante no será si la cifra de personas desplazadas llegará a 100 millones, sino cuándo lo hará”, comentó Filippo Grandi en la ceremonia de apertura de la 72a sesión del Comité Ejecutivo, que concluirá el viernes.
Grandi puso de relieve la situación de millones de personas afganas refugiadas que han sido desarraigadas durante más de 40 años, y de aquellas que se encuentran en el país y, ahora, las rodea la incertidumbre. Recalcó que la asistencia humanitaria incondicional a gran escala debe movilizarse para impedir que la crisis se agrave y que colapsen los servicios públicos o la economía.
“Aunque suelo ser prudente al hacer predicciones sobre movimientos poblacionales, creo que deterioro de este tipo inevitablemente provocará grandes olas de desplazamiento interno y, quizás, externo”, dijo.
Con respecto a Etiopía, Grandi señaló que, si las partes involucradas en el conflicto optan por no abandonar “una confrontación militar inútil y devastadora, en lugar de dar prioridad a las negociaciones políticas”, la crisis humanitaria en Tigray y en otras regiones “se saldrá de control por completo, y el desplazamiento forzado aumentará dentro y fuera del país”. Asimismo, hizo mención de un contexto en el que el personal de ayuda enfrenta un creciente número de obstáculos y dificultades inaceptables, como puede verse en la reciente expulsión del personal humanitario que se encontraba en el país.
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Mientras aumentan las cifras de desplazamiento forzado, el Alto Comisionado criticó a las naciones poderosas en algunas partes del mundo que, en lugar de brindar protección a quienes escapan de conflictos bélicos provocados por ellas mismas, han cerrado sus puertas, han obligado a las personas a retroceder, se han rehusado a rescatar personas en el mar, y han promulgado leyes y disposiciones restrictivas.
Grandi comentó que las propuestas para externalizar o tercerizar las obligaciones de asilo a otros países contravienen los compromisos básicos de responsabilidad compartida. Del mismo modo, recalcó que “por fines meramente políticos que nada tienen que ver con protección, existe una tendencia preocupante en la que los Estados promueven que las personas refugiadas y migrantes se trasladen a otros países por vías peligrosas”.
“Las fronteras bien gestionadas y el acceso al asilo no son incompatibles, sino todo lo contrario”, comentó. “La buena gestión no impide que se reciban solicitudes de asilo en un sistema justo y eficiente ni que las personas que requieren protección internacional sean admitidas o reciban ayuda.
A pesar del retador pronóstico que se augura a nivel mundial, Grandi enfatizó que se han logrado avances en el apoyo a los esfuerzos de paz en Sudán y Sudán del Sur, mediante la colaboración y el liderazgo de los gobiernos de ambos países y la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo (IGAD, por sus siglas in inglés). Con el apoyo del Banco Mundial, se están buscando soluciones para más de siete millones de personas refugiadas y desplazadas internas de ambos países.
Del mismo modo, los esfuerzos colectivos han generado soluciones temporales para millones de personas venezolanas desplazadas. Grandi subrayó el “ejemplar” papel que ha jugado Colombia al haber otorgado un estatuto temporal a más de 1,7 millones de venezolanos, lo cual les permite permanecer en el país, trabajar y tener acceso a servicios sociales, como salud y educación. Esta acción, que también permite que las personas desplazadas retribuyan al país que les ha dado acogida, está siendo adoptada por otros países en América Latina y el Caribe, señaló Grandi.
“Si trabajamos en conjunto, con valentía y humildad, y con un verdadero espíritu de solidaridad, existe la posibilidad de triunfar”.
El Alto Comisionado también hizo énfasis en los avances que nacen del Pacto Mundial sobre los Refugiados y del Foro Mundial sobre los Refugiados que tuvo lugar en diciembre de 2019, puesto que más de 1.400 promesas han derivado en políticas e inversiones de fuentes públicas y privadas.
“Por su parte, en vista de que fomentan el desarrollo de infraestructura en áreas alejadas, la cual permanecerá ahí aunque las personas refugiadas vuelvan a casa, tales inversiones han mejorado las condiciones de vida no solo de las personas refugiadas (sobre todo en crisis de larga duración), sino también de las comunidades de acogida.
Mientras el mundo enfrenta “retos terroríficos”, Grandi instó a las delegaciones a no dejarse llevar por la desesperanza, sino a llenarse de inspiración con “la valentía y la resiliencia que continúan mostrando las personas desarraigadas”.
Los atletas refugiados que “superaron adversidades” en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio en agosto “ejemplifican claramente por qué no debemos darnos por vencido, por qué debemos hacer frente a los retos que supone el desplazamiento forzado (y muchos otros retos a nivel mundial), con paciencia, persistencia y sistematización”.
“No es posible hacerlo por nuestra cuenta, ¡sino que debemos hacerlo en conjunto, en colectivo!, con valentía y humildad, con un verdadero espíritu de solidaridad, anteponiendo el bien común a consideraciones individualistas y nacionales, solo así tendremos oportunidad de triunfar”.