Población civil en Cabo Delgado, Mozambique, sufre las consecuencias de la violencia
El siguiente contenido corresponde a las declaraciones formuladas hoy por un portavoz de ACNUR en una rueda de prensa en el Palacio de las Naciones, en Ginebra.
ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, expresa preocupación por el empeoramiento de la situación de seguridad en la provincia de Cabo Delgado, en el norte de Mozambique. La población civil, y en particular las mujeres, las niñas y los niños, se ve gravemente afectada por violaciones masivas de los derechos humanos, incluyendo agresiones brutales y secuestros.
Miles de personas han huido del distrito de Muidumbe debido a repetidos ataques a varias aldeas desde la semana pasada.
Se ha informado de acciones horribles, de una brutalidad extrema, perpetradas contra la población civil por parte de grupos armados no estatales en el distrito de Muidumbe. Escuelas, centros de salud, casas privadas e infraestructuras públicas también han sido objeto de ataques y han quedado destrozados.
Muchos civiles que huyeron de estos ataques han encontrado refugio en el distrito de Mueda, alojándose en las comunidades de acogida o con familiares. Se estima que más personas huyan, en previsión de nuevos ataques.
La violencia de los grupos armados en la provincia de Cabo Delgado ha desplazado al menos a 355.000 personas desde 2017, según estimaciones de las Naciones Unidas. Muchos buscan seguridad en otras zonas de Cabo Delgado y en las provincias de Nampula y Niassa. Muchos distritos siguen siendo inaccesibles porque están ocupados por grupos armados o siguen corriendo un alto riesgo de ser atacados. Nos preocupa que los civiles, incluidos los adultos mayores y las personas con discapacidad, sigan atrapados en esas zonas.
Las personas siguen llegando a la playa de Paquitequete, en el distrito de Pemba, principalmente desde Macomia, Quissanga y la isla de Ibo. El número de desplazados que han llegado a esta zona desde mediados de octubre es de 14.353 personas. Cientos de ellas viven en la playa en condiciones precarias y el agua potable es la necesidad más urgente, según una evaluación realizada por ACNUR. Las personas también se ven afectadas por la falta de higiene y saneamiento, así como por el hacinamiento.
Las agencias humanitarias, incluyendo ACNUR, han proporcionado alimentos, agua y servicios de higiene, pero es necesario hacer más con urgencia debido a la llegada de más personas al área de Pemba. El acceso a algunas zonas sigue siendo limitado por causa de la violencia y la inseguridad.
ACNUR ha hecho un llamamiento por 19,2 millones de dólares (USD) para atender las necesidades más urgentes de las personas desplazadas. Hasta ahora se ha recibido el 39% de los financiamientos requeridos.
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