ACNUR solicita acceso humanitario ante el aumento del desplazamiento en la República Centroafricana

El siguiente contenido corresponde a las declaraciones formuladas hoy por un portavoz de ACNUR en una rueda de prensa en el Palacio de las Naciones, en Ginebra.

El asentamiento PK3 para personas desplazadas interna en la República Centroafricana.

El asentamiento PK3 para personas desplazadas interna en la República Centroafricana.  © ACNUR/Adrienne Surprenant

ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, solicita acceso humanitario para llegar a decenas de miles de personas que requieren asistencia urgente después de haber huido de la creciente violencia, los enfrentamientos y las operaciones militares que han tenido lugar en la República Centroafricana (RCA), un país en el que casi un tercio de la población se ha convertido en víctima de desplazamiento forzado.

El aumento en los ataques contra quienes brindan ayuda humanitaria y el bloqueo de vías clave para el suministro impiden que ACNUR y otros organismos humanitarios asistan a la población centroafricana desplazada en el país. La situación humanitaria se ha deteriorado y ha aumentado el sufrimiento de una población que ya se encontraba en situación de vulnerabilidad.

Quienes brindan ayuda humanitaria se han convertido en blancos, y sus oficinas y vehículos han sido objeto de robos y saqueos. De acuerdo con la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), en enero ocurrieron 66 de estos incidentes, el número más alto jamás registrado en la RCA en un mes. Un trabajador humanitario fue asesinado en diciembre de 2020, y cinco más sufrieron lesiones.

Los enfrentamientos, las operaciones militares y los bloqueos en la carretera principal que conecta la RCA con Camerún impiden la entrega de suministros, lo cual ha resultado en el aumento exponencial de costos en las áreas afectadas (hasta 240% en alimentos básicos importados y hasta 44% en productos locales). Además, esta situación entorpece la ayuda humanitaria que se brinda desde Bangui, la capital, y las consecuencias son gravísimas para las personas que necesitan con urgencia alimentos, productos para el cuidado de la salud, agua y saneamiento, artículos básicos para el hogar y albergue.

A pesar de estos retos, ACNUR está colaborando con autoridades nacionales, socios humanitarios y la misión para el mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas (MINUSCA) con el fin de continuar con la distribución de artículos de primera necesidad en los sitios accesibles. La semana pasada nuestros suministros llegaron a alrededor de 4.600 personas de más de 740 hogares en Bouar, un pueblo a casi 450 kilómetros de Bangui.

OCHA estima que, desde que se desató la crisis en diciembre, más de 100.000 personas se han visto obligadas a desplazarse dentro de la RCA. La mayor parte de ellas vive en condiciones deplorables en el bosque por miedo a los ataques que sus pueblos sufrieron recientemente.

De acuerdo con las cifras oficiales de países vecinos, al menos 107.000 personas han cruzado las fronteras hacia la República Democrática del Congo (92.053), Camerún (5.730), Chad (6.726) y la República del Congo (2.984). En consecuencia, el total de personas centroafricanas desplazadas al interior de su país y a lo largo y ancho de la región supera los 1,5 millones, es decir, casi un tercio de la población total del país (4,8 millones).

ACNUR continúa recibiendo informes sobre graves violaciones a los derechos humanos dentro de la RCA, lo que incluye detenciones arbitrarias, detenciones ilegales, tortura, extorsiones, robos a manos armada, ataques y agresiones, restricciones de movimiento, expropiaciones y saqueos. La violencia sexual – incluida aquella que sufre la niñez – va a la alza conforme la inseguridad crea un clima de impunidad e ilegalidad.

Los equipos de ACNUR han reportado violaciones recurrentes a los principios humanitarios en asentamientos para personas desplazadas internas. Reiteramos nuestro llamado al diálogo significativo para reducir las tensiones; asimismo, solicitamos apoyo continuo y robusto de la comunidad internacional para garantizar que se reanude la respuesta humanitaria y para fortalecer posibles soluciones.

 

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