COP26: Por medio de un poema que subraya el impacto del cambio climático en la humanidad, Emtithal Mahmoud, Embajadora de Buena Voluntad de ACNUR, exhorta a que se emprendan acciones urgentes
- Emtithal Mahmoud, poeta galardonada a nivel mundial, recita un poema nuevo en la COP26 para enfatizar que la crisis climática es una crisis humana, en especial para las personas refugiadas y desplazadas.
- El emotivo poema pone de manifiesto las conversaciones con las personas refugiadas que más afectaciones sufren por el cambio climático en Bangladesh, Camerún y Jordania.
- El día de hoy se publicó un video de su poema, el cual da vida a la composición:
Glasgow – Emtithal Mahmoud, poeta galardonada a nivel mundial, recitó un emotivo poema el 8 de noviembre para generar consciencia en torno al devastador impacto que el cambio climático tiene en la humanidad, sobre todo en las personas desplazadas. La recitación coincide con la asistencia de la poeta a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) esta semana. Con su presencia en calidad de Embajadora de Buena Voluntad de ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, y como antigua refugiada, Emtithal Mahmoud representa a las personas refugiadas en el mundo.
Tras una serie de conversaciones con personas refugiadas que sufren afectaciones directas por la crisis climática en Bangladesh, Camerún y Jordania, Emtithal, conocida como “Emi”, escribió el poema Di Baladna, que en árabe quiere decir “Nuestra Tierra”. Las personas con las que se entrevistó representan a millones de personas desplazadas y apátridas en el mundo que viven en puntos particularmente vulnerables al cambio climático y que, a pesar de los limitados recursos, luchan por adaptarse a un entorno cada vez más inhóspito.
Emi estará presente en la COP26 hoy y mañana; participará en distintos paneles y recitará su poema en varios eventos del programa presidencial. La poeta hace un llamado urgente para que las comunidades en situación de vulnerabilidad que más apoyo requieren sean incluidas por los Estados en los esfuerzos por reducir las devastadoras consecuencias humanas de la emergencia climática.
Mahmoud comentó que “Debemos actuar ahora, con rapidez, de manera tangible y decisiva, en colaboración con las comunidades en el terreno, con el fin de apoyar e impulsar su lucha contra el cambio climático. Sin importar nuestros antecedentes o circunstancias actuales, tenemos la obligación no solo de protegernos mutuamente, sino también de proteger a las generaciones futuras”.
Al exhortar al mundo a emprender acciones, el poema Di Baladna ofrece una nueva perspectiva de nuestra Madre Tierra, pues describe el daño que ha sufrido y el impacto que este tendrá en la humanidad. Luego, el poema cambia a primera persona para hacer hincapié en las devastadoras consecuencias que el cambio climático tiene en las poblaciones refugiadas y en situación de vulnerabilidad. El poema Di Baladna dice: “Cuando tenía once años, mis ojos vieron caer la casa de mi vecina [...] nuestro país estaba sumido en el caos, y la tierra empezaba a deshacerse también de nosotros”.
En el video del poema Di Baladna que publicó ACNUR el día de hoy, puede verse a Emi caminando en el Campamento de refugiados de Azraq, en Jordania, una región que sufre cada vez más estragos a causa del cambio climático y que está aprendiendo a adaptarse y a efectuar cambios. Tras haber conversado con personas cuyas vidas se han visto afectadas por el cambio climático y sus efectos, Emi asistió a la COP26 y utiliza el video para amplificar las voces de más de 82 millones de personas que han sido desplazadas por la fuerza en el mundo. Emi desea emplear su poema para enfatizar el costo humano de la crisis climática, que debe atenderse inmediatamente.
- Versión larga aquí: https://vimeo.com/643110730/46ddad25fe
- Para obtener más información y para plantear preguntas como prensa, favor de contactar a Stephanie Hazelwood, [email protected]
Material para la prensa
- Imágenes: ACNUR - https://media.unhcr.org/Package/2CZ9LO6AS4QSefugees Media - Search Result
- Poema: disponible a continuación.
- Versión larga: https://vimeo.com/643110730/46ddad25fe
- Versión corta (cuadrada): https://vimeo.com/643252439/e26543477e
- Versión corta (vertical): https://vimeo.com/643275147/f51923f12c
ACNUR
ACNUR encabeza los esfuerzos internacionales por proteger a las personas refugiadas, desplazadas y apátridas de conflictos y persecuciones. Para ello, proporciona asistencia vital, como alojamiento, alimentos y agua; apoya en la salvaguarda de derechos humanos fundamentales; y diseña soluciones para garantizar que las personas cuenten con un lugar seguro en el que puedan construir un mejor futuro.
Di Baladna
Por Emtithal Mahmoud
Si estás leyendo esto, te perdono.
Te alejaste de mi corazón, mi bebé.
Se perdió el amor que nos teníamos
en tus primeros años.
Cuando eras pequeña, te maravillaban
las plantas y los bichos que por mi pecho corrían.
Idolatrabas el agua, en mis ríos nadabas.
Bebías el agua de lluvia y, al caer la nieve, reías.
Suplicabas que saliera el sol en los días nublados.
No dudabas en meter tus dedos en el lodo
ni en jugar con piedritas, gotitas y gusanos.
Construiste un refugio para quienes caprichosamente vagaban.
Llenaste los estantes de las cocinas
con jarrones de bichos y mariposas.
Bebías de la brisa de mis árboles.
Tomabas sorbos de miel, savia y resina con alegría y calma.
Viniste a mí, recostaste tu cabeza en mi dulce seno;
tu cuerpo, exhausto, en mis bolsillos.
Me amabas.
Cuidaste de mí incluso antes de saber
qué significaba cuidar.
Te ocupaste de mí incluso antes de saber
qué significa ocuparse de alguien.
Labrabas, sembrabas, cultivabas,
mi pequeña jardinera.
Me conocías.
Últimamente, me lastimas.
Cortas y rompes.
Me aniquilas.
pero te perdono
porque soy parte de ti,
como lo fui de tus hermanas y hermanos antes de ti
y de quienes se han acercado a mí, así que te perdono.
Te perdono por haber cosechado
sin la menor intención de sembrar nuevamente.
Te perdono por tu avaricia, tu gula y tus desechos.
Cuando eras pequeña,
me preguntabas por qué lo hacían,
por qué hermanos y hermanas manchaban la tierra
con la sangre de tu pueblo,
por qué sacudían las ramas de tu árbol genealógico,
por qué te hacían perder la esperanza y la certeza.
Todo ocurría al mismo tiempo. Me buscabas.
Te cobijabas en la sombra de las magnolias y de las palmas.
Me rogabas que te explicara todo aquello.
En aquel momento, solo pude prometer
que me encontrarías sin importar dónde estuvieras.
Pero, ahora, no me queda mucho por prometer.
Han perforado mis costados. Mis rubíes, el oro
y los diamantes han sido robados.
Las ilusiones yacen en mis muslos.
Hago lo que puedo por sanar, pero estoy exhausta.
El dolor no desaparece con facilidad.
Mis aguas corren, pero no llega la calma.
Los más pequeños se sofocan con el aire en mis pulmones.
Toso, vomito, me hundo.
Estoy llena de moretones. No logro sanar,
y mis hijas e hijos mueren en mis manos.
Aquí, en los abandonados valles de tu juventud,
las visitas no llegan por gusto, sino por necesidad.
Me siento completa nuevamente.
Izdahara y Abdulghani hunden sus manos en el lodo.
Los retoños se aferran, y me siento completa nuevamente.
Hatem construye monumentos a mis cielos,
captura los rayos del sol, canaliza la fuerza del relámpago. Me siento completa nuevamente.
Luka y Layatu llenan sus hogares con mis frutos.
Sus hijas e hijos comen y crecen, tienen salud.
Me siento completa nuevamente.
Osman protesta.
“La solución no depende solo de mí”, señala.
Te necesito
para construir y reconstruir, para concebir
para que la vida nazca de la implacable tierra
para que el oasis surja de las cenizas
para crear un refugio con las heridas
y con el golpe de los rayos
Permíteme ser mucho más que un lugar de descanso.
Permíteme ser mucho más que tu hogar.
Mi bebé, si estás leyendo esto, te perdono.
— Tu madre
Si estas tierras pudieran hablar, ¿nos darían las gracias, nos aplaudirían, nos dejarían en ridículo o nos rogarían? ¿Temblarían por el dolor y por la furia?
Solía hacerme estas preguntas todo el tiempo.
Cuando tenía once años, mis ojos vieron caer la casa de mi vecina.
Las inundaciones se llevaron la tierra y el barro que muchas personas utilizaban para construir sus hogares.
Vi cómo caminaba por el agua que se había apoderado de su casa, hacía lo posible por salvar lo poco que quedaba.
Nuestro país estaba sumido en el caos, y la tierra empezaba a deshacerse también de nosotros.
¿Acaso no quisieras evitar
que el siguiente tornado destruya tu casa,
que tu ciudad desaparezca con el siguiente huracán,
que tu pueblo padezca hambre por la sequía,
que un rayo acabe con tu vida?
Las langostas en el Cuerno de África,
las inundaciones en Sudán del Sur,
las heladas en Chicago,
los incendios en California y en Australia.
La incesante amenaza de lluvia
o la interminable espera de su llegada.
Estamos al borde de un posible cambio,
un punto de quiebre que nos definirá.
Hielo o fuego. ¿Cómo acabará el mundo?
No lo sé. Tampoco quiero averiguarlo
ni en esta generación ni en la siguiente.