La comunidad internacional debe actuar con "urgencia" para poner fin a la crisis en el Sahel Central
El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, dijo en la conferencia que la COVID-19 agrega una nueva amenaza a una región que ya está lidiando con un número récord de personas obligadas a huir de sus hogares.
GINEBRA / COPENHAGUE - El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, pidió el martes una acción urgente y sostenida para satisfacer las crecientes necesidades humanitarias en la región del Sahel en África Occidental, citando la "violencia indescriptible" perpetrada contra civiles que ha obligado a casi dos millones de personas a huir de sus hogares.
"Necesitamos inyectar un sentido de urgencia en esta respuesta que me temo que aún no veo que salga de la comunidad internacional", señaló Grandi en declaraciones entregadas virtualmente en la Mesa Redonda Ministerial Internacional sobre el Sahel Central en Copenhague. “El desplazamiento forzado es siempre una medida de crisis. Dado que está creciendo, significa que la crisis no se está abordando lo suficiente".
La Mesa Redonda, organizada por los Gobiernos de Dinamarca y Alemania, la Unión Europea y las Naciones Unidas, es parte de un esfuerzo más amplio para llamar la atención sobre la difícil situación de los países del Sahel central, que incluye a Burkina Faso, Malí y Níger.
Más de 20 donantes se habían comprometido a aportar más de 1.700 millones de dólares.
Hasta el martes por la noche, más de 20 donantes se habían comprometido a aportar más de 1.700 millones de dólares, incluidos 985 millones de dólares para este año, para ayudar a proporcionar alimentos y agua, servicios de salud, alojamiento, educación y más. Pero se necesitan más fondos y cooperación internacional.
Al pedir un enfoque más estratégico para el Sahel central, Grandi señaló la necesidad de un "Plan Marshall" e instó a la UE a liderar el apoyo a los estados de la región y responder con "intervenciones unificadas, estratégicas y sustanciales". Sin este apoyo, advirtió, el desplazamiento solo se "acelerará" y se extenderá.
Con casi dos millones de refugiados y desplazados internos y 650.000 desplazados en lo que va de año, elogió a los países de acogida en la región por su continua generosidad.
También reconoció su importante paso para lanzar el Proceso de Bamako a nivel ministerial, un instrumento regional destinado a fortalecer la capacidad regional para responder a los movimientos de población de una manera más integral.
“Desarrollar su capacidad es fundamental”, dijo Grandi, y también instó a que los actores del desarrollo y las instituciones financieras internacionales actúen más rápidamente. “No podemos esperar cinco años para que esas intervenciones den sus frutos, especialmente en áreas como la educación”, dijo.
La pandemia de la COVID-19 ha exacerbado aún más la crisis de desplazamiento creada por la peligrosa combinación de conflicto armado, pobreza y cambio climático.
ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, aumentó la ayuda al Sahel Central este año. Ha brindado alojamiento de emergencia a 81.000 personas desplazadas, ha utilizado clínicas de salud móviles para llegar a sobrevivientes de violencia sexual y de género y ha brindado servicios de atención médica esenciales a más de 300.000 personas en respuesta a la pandemia del coronavirus.
25 hombres fueron asesinados frente a sus familias.
La escalada de violencia ha hecho que sea casi imposible que los trabajadores humanitarios lleguen a los necesitados. El 4 de octubre, en el norte de Burkina Faso, asaltantes armados tendieron una emboscada a un convoy de personas desplazadas que intentaban regresar a sus hogares, matando a 25 hombres frente a sus familias. Unas 4.000 escuelas en los últimos años han sido destruidas o cerradas, lo que afecta a decenas de miles de escolares. En septiembre, un grupo de hombres disparó y mató a siete trabajadores humanitarios de ACTED e IMPACT, dos organizaciones con las que el ACNUR trabaja en estrecha colaboración, así como al guía nigerino del grupo.
Además de expresar preocupación por las tendencias de amenazas a los trabajadores humanitarios que trabajan en la región, Grandi también hizo un fuerte llamamiento a que se coordinen las operaciones de seguridad e instó a la protección de la población civil en el Sahel, señalando que las llevadas a cabo de manera irresponsable ya han causado “más sufrimiento y más desplazamiento."
Reconociendo que, si bien es importante centrarse en la seguridad, agregó: "La seguridad ... es un fracaso si no está relacionada con la acción humanitaria y de desarrollo".