De las calles de Buenos Aires al partido por la medalla dorada para Froilán Padilla

Dieciséis años atrás, Froilán Padilla de Argentina se encontraba sin hogar en las calles de Buenos Aires. Ahora el defensor de 42 años competirá por la medalla dorada en los Juegos Paralímpicos el sábado (4 de septiembre).

“Hay mucha gente ciega que no tiene dónde vivir en Argentina”, dijo Padilla luego del triunfo 2 a 0 frente a China en la semifinal.

“A los 26 me mudé a Buenos Aires del campo, y estuve sin casa un año. Empecé a dormir en iglesias alrededor de la ciudad, hasta que tuve la plata para encontrar un departamento”.

Padilla le da el crédito a una iglesia en particular de ayudarlo a a salir adelante.

“Soy cristiano desde los 18, y me cuidaron y a cambio tocaba la guitarra en la iglesia. Pero igual la vida es peligrosa. Buenos Aires no es una ciudad segura, hay muchas bandas. La iglesia estaba muy lejos del lugar donde jugaba al fútbol, y volvía muy tarde a la noche”.

Cinco años atrás Padilla se convirtió en medallista Paralímpico de bronce cuando Argentina terminó tercera en Río 2016.

“El gobernador de mi provincia me dio una pensión y una casa para vivir después de eso. Todavía vivo en Buenos Aires, pero voy a dejar de jugar en diciembre y después me voy a vivir [a mi provincia].

“Tengo 42 años y Tokio 2020 es probablemente mi último torneo, así que es muy especial para mí”.

Un astuto defensor que ha tenido un rol fundamental en el éxito de Argentina en Tokio —han recibido un solo gol en su camino a la final— dijo que las adversidades lo hicieron un mejor jugador.

“Ese pasado me hizo más fuerte. Hoy soy el jugador que soy por esto”.

En la segunda semifinal del día, el favorito del torneo y cuatro veces medallista de oro Brasil eventualmente desgastó al persistente Marruecos para ganar 1 a 0.

Brasil inicialmente la tuvo difícil para entrarle al rival hasta que la estrella Jeferson Goncalves, conocido como Jefinho, regateó a través de la defensa y el balón ingresó luego de desviarse en el defensor Imad Berka.

“Brasil es nuestro máximo rival”, dijo el portero argentino Germán Muleck. “Es nuestro máximo partido, pero estamos muy confiados. Los dos nos conocemos muy bien. Entrenamos cinco años para este partido. Si ganamos el oro le voy a dedicar la medalla a mi abuelo que murió hace tres años”.