Paralympic Games
24 August - 5 September 2021

Un collar recordatorio da consuelo a la jugadora de bádminton Megan Hollander

“Es un camino que empecé con mi mamá, y poder estar aquí por ella es un objetivo muy grande” 02 Sep 2021
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Megan Hollander about to serve
Jugando por amor a una madre
ⒸOIS/Thomas Lovelock
By OIS

Pocos jugadores sintieron el tan ansiado debut del bádminton en los Juegos Paralímpicos tan profundamente como Megan Hollander de Países Bajos, que se apartó del deporte luego de perder a su madre de cáncer en 2018.

Ahora renovada y reenfocada, la jugadora SU5 neerlandesa ha traído más que la memoria de su mentora materna a Tokio. usa un collar que contiene sus cenizas cuando juega.

“Es muy lo preciado, lo mejor que he tenido”, dijo Hollander sobre el colgante después de su primer partido en el Estadio Nacional Yoyogi el miércoles (1 de septiembre).

Allá por 2015, con su madre Marion a su lado, Hollander probó el éxito solo meses después de haber adoptado el bádminton como una forma de asumir su discapacidad.

“Me llevó al campeonato mundial (en Inglaterra) y gané el bronce”, dijo. “Compartí ese momento con ella, así que fue muy especial”.

A Hollander no le fue tan bien en su primer encuentro con los Juegos Paralímpicos, perdiendo su primer partido de la fase de grupos de la categoría individual SU5 femenina en sets corridos frente al prodigio de Portugal de 15 años Beatriz Monteiro.

La bandera neerlandesa pintada en el brazo

“Por supuesto que mi madre está mirando”, dijo Hollander. “Estará feliz aun si pierdo (pero) si estás parada ahí y no estás jugando como deberías, duele”.

“Es un camino que empecé con mi mamá, y poder estar aquí por ella es un objetivo muy grande. Es algo por y para lo cual vivo”.

Todo podría haber sido muy diferente para Hollander, quien abandonó el bádminton cuando la pandemia de Covid-19 azotó a los Países Bajos y forzó el cierre del Centro Nacional de Entrenamiento.

“Dije, ‘Por mí ya está bien, voy a dejar ahora mismo’, porque necesitaba un tiempo de descanso”, dijo.

“Me tomé siete u ocho meses de descanso y luego volví a empezar en enero por la promesa que le hice a mi mamá de estar aquí. Dije que estaría aquí por ella y si gano una medalla, será por ella”.

Con un apellido como el suyo, Hollander sabe que es poco probable que alguien confunda su nacionalidad. Más aun, la joven de 23 años no dejó posibilidad alguna el miércoles, pintando orgullosamente la bandera neerlandesa en la parte superior de su brazo izquierdo.

En su brazo derecho había algo más permanente: un tatuaje de 26.06.2018, la fecha en la que su madre falleció.

“En 2017 cuando supimos que estaba enferma, ella me decía: ‘Continúa, puedes hacerlo, puedes ser la mejor’”, dijo Hollander.

“Eso es algo que me traigo a mi recuerdo todos los días”.