La crisis de desplazamiento interno en Centroamérica se ve agravada por el COVID-19

El siguiente contenido corresponde a las declaraciones formuladas hoy por un portavoz de ACNUR en una rueda de prensa en el Palacio de las Naciones, en Ginebra.

Una refugiada que huyó varias veces de la violencia de las pandillas en Honduras y que ahora volviendo a empezar con su vida en Belice.

Una refugiada que huyó varias veces de la violencia de las pandillas en Honduras y que ahora volviendo a empezar con su vida en Belice.  © ACNUR/Diana Díaz

Una creciente situación de violencia e inseguridad crónicas, junto con restricciones relacionadas al COVID, están poniendo en riesgo las vidas de decenas de miles de personas en el Norte de Centroamérica, al tiempo que exacerba las dificultades ya existentes, advierte ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados.

Para finales del año pasado, la violencia había obligado a unas 720.000 personas de la región a huir de sus hogares. Casi la mitad de ellas ahora están desplazadas dentro de su propio país, incluidas unas 247.000 personas en Honduras y unas 71.500 en El Salvador, mientras otros se han visto obligados a huir cruzando fronteras.

Hoy, a pesar de los bloqueos relacionados con el COVID en Honduras, El Salvador y Guatemala, las personas desplazadas y los líderes comunitarios informan que los grupos criminales están utilizando el confinamiento para fortalecer su control sobre las comunidades, intensificando la extorsión, el tráfico de drogas y la violencia sexual y de género, y usando las desapariciones forzadas, los asesinatos y las amenazas de muerte contra quienes no cumplen.

Las restricciones en el movimiento crean dificultades para obtener protección y ayuda a quienes las requieren, y quienes necesitan huir para salvar sus vidas enfrentan mayores obstáculos para encontrar seguridad.

Además, los estrictos bloqueos han provocado que muchas personas desplazadas y vulnerables pierdan sus medios de vida.

A medida que se ordena a las empresas cerrar y se restringen los trabajos informales, las personas que viven en estas comunidades vulnerables están perdiendo sus únicas fuentes de ingresos.

Muchos ahora tienen acceso limitado a servicios básicos como atención médica y agua potable. Ante estas terribles circunstancias, las personas recurren cada vez más a mecanismos de supervivencia negativos, como el trabajo sexual, lo que las ponen en mayor riesgo tanto en términos de salud como al exponerse a la violencia y la explotación por parte de las pandillas.

Debido a la naturaleza intraurbana del desplazamiento interno en el Norte de Centroamérica, y el hecho de que a menudo involucra a una persona o familia a la vez, puede resultar difícil detectar nuevos movimientos forzados. ACNUR depende regularmente de una red de líderes comunitarios en áreas de alto riesgo para identificar posibles desplazamientos internos. Los líderes le han dicho al ACNUR que esperan un rápido aumento en el desplazamiento forzado tan pronto como se levanten las medidas de confinamiento.

Mientras tanto, ACNUR está trabajando en todo el Norte de Centroamérica, concentrándose en las intervenciones humanitarias más críticas en la medida en que lo permitan las restricciones de movimiento.

Para proporcionar protección a las personas bajo amenazas y violencia, ACNUR se coordina con las Oficinas de Defensoría del Pueblo y organizaciones socias en Honduras y El Salvador para garantizar una respuesta oportuna, por parte de las autoridades estatales, a los riesgos inminentes.

También brindamos asesoramiento remoto y trabajamos con los albergues para casos de alto riesgo, coordinando los movimientos con las autoridades.

Para ayudar a mitigar el impacto de la pérdida de ingresos de las comunidades desplazadas y en riesgo, ACNUR ha ampliado sus programas de asistencia en efectivo para ayudar a los desplazados internos a satisfacer necesidades básicas como alimentos, medicamentos y vivienda. También estamos trabajando con organizaciones socias y autoridades locales para distribuir canastas de alimentos y artículos de limpieza.

El impacto de la pandemia en el Norte de Centroamérica corre el riesgo de retrasar el progreso que se estaba logrando en la creación de medios de vida y oportunidades de trabajo para los desplazados internos, y en el desarrollo de la capacidad de las autoridades estatales para abordar sus necesidades, incluida la creación e implementación de leyes y políticas públicas que buscan promover los derechos de los desplazados internos en estos países.

ACNUR sigue dispuesto a apoyar los esfuerzos de las autoridades estatales para continuar atendiendo las necesidades de los desplazados internos y las comunidades en riesgo de acuerdo con los compromisos internacionales asumidos a través del Marco Integral Regional para la Protección y las Soluciones al desplazamiento forzado en Centroamérica, conocido como MIRPS.

Para tener un panorama completo del desplazamiento forzado en Centroamérica y México visite el portal de datos operacional de ACNUR https://data2.unhcr.org/es/situations/cam.

 

Para más información sobre este tema, por favor contactar: