Las primeras personas refugiadas reciben la vacuna contra la COVID-19 en Ruanda
Alrededor de 400 personas trabajadoras de salud y residentes residentes del centro de tránsito de Gashora recibieron sus primeras inyecciones, como parte del plan nacional de vacunación que cubre a todas las personas refugiadas y solicitantes de asilo.
GASHORA, Ruanda – El 10 de marzo, Samira Aman, una refugiada etíope que vive en Ruanda, se convirtió en la primera refugiada en el país en recibir la vacuna contra la COVID-19.
“Me siento muy privilegiada”, dijo Samira, una de las más de 300 personas refugiadas que viven en el Centro de Tránsito de Emergencia de Gashora, ubicado a 60 kilómetros de la capital Kigali, para recibir la primera dosis de la vacuna.
Samira llegó al centro hace dos meses. Ella es una de los cientos de personas refugiadas a las que ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, ha ayudado a dejar Libia, donde la debilidad del estado de derecho y el conflicto en curso han puesto a las personas refugiadas en peligro a manos de traficantes y tratantes de personas, y de grupos armados.
“Significa mucho para mi poder ser libre así en Ruanda”, señaló Samira.
El Ministerio de Salud de Ruanda lanzó en todo el país su campaña de vacunación contra la COVID-19 hace alrededor de una semana, comenzando con los grupos de alto riesgo como las personas trabajadoras de salud, profesores y adultos mayores. Más de 230.000 personas han recibido su primera inyección.
El Gobierno de Ruanda determinó que incluir a las personas refugiadas y solicitantes de asilo en los planes de vacunación sería la mejor manera de proteger a los 13,2 millones de habitantes del país, que ha tenido cerca de 20.000 casos de COVID-19, con 271 muertes.
Más de 416 personas refugiadas que trabajan en servicios de salud en seis asentamientos de refugiados en todo el país, junto con las personas refugiadas adultas que se encuentran actualmente en el centro de tránsito, fueron vacunadas esta semana.
“La COVID-19 ha tenido un efecto en todos en nuestro país, ya sean ruandeses, extranjeros, personas refugiadas, o solicitantes de asilo”, expresó Oliver Kayumba, secretario Permanente del Ministerio de Manejo de Emergencias. “Las vacunas son para todos y se distribuyen en la medida en que estén disponibles”.
ACNUR, quien ha instado a todos los países a incluir a las personas desplazadas por la fuerza y apátridas en sus programas de vacunación, elogió los esfuerzos del Gobierno de Ruanda. De los 151 países que actualmente desarrollan programas de vacunación contra la COVID-19, 106 han incluido explícitamente a personas refugiadas, y 33 están en proceso de hacerlo.
“Nunca me hubiera imaginado ser vacunado tan pronto”.
“Asegurar que las personas refugiadas estén incluidas en el programa de vacunación es clave para terminar con la pandemia de COVID-19”, declaró Ahmed Baba Fall, Representante de ACNUR en Ruanda. “Su inclusión en el programa nacional de vacunación es otra señal de la generosidad y compromiso humanitario del Gobierno de Ruanda con la causa de las personas refugiadas y solicitantes de asilo”.
Abdulbasit y Zainab, quienes dejaron Libia y ahora viven en el centro con sus dos hijos, se sintieron aliviados al recibir su primera dosis.
“Como padre de dos hijos, obtener mi primera dosis de la vacuna es gratificante. Es incluso emocionante”, manifestó Abdulbasit de 21 años.
Abdelbagi Hussein, un refugiado sudanés, dijo que pensó que tendría que esperar a establecerse en otro país para recibir su primera dosis.
“Nunca me hubiera imaginado ser vacunado tan pronto”, expresó. “No encuentro las palabras para agradecer al Gobierno de Ruanda. Realmente les agradezco mucho desde el fondo de mi corazón”.