El legado de un defensor de los derechos humanos y experto constitucional haitiano
Monferrier Dorval, antiguo presidente del Colegio de Abogados de Puerto Príncipe y defensor de los derechos humanos internacional, fue asesinado el 28 de agosto de 2020. Dorval fue pionero en la reforma de la Ley de Nacionalidad en su país.
Cliquez ici pour voir la version française
La celebración mundial del Día de los Derechos Humanos no puede pasar sin conmemorar el legado de quienes dieron sus vidas en la lucha por esta causa. Una luz clara en el campo de los derechos humanos y del derecho constitucional se extinguió el 28 de agosto de 2020. Sus compañeros lo describen como un pensador de principios, humilde e independiente. Monferrier Dorval fue un abogado haitiano ejemplar y director del Colegio de Abogados de Puerto Príncipe (Haití). Lo mataron de un tiro en la entrada de su hogar.
Dorval estaba comprometido con el fortalecimiento de la democracia y del estado de derecho en Haití, y su asesinato supone un ataque a estos valores fundamentales. Aunque contaba con una impresionante lista de premios y reconocimientos acumulados a lo largo de su vida, su legado más importante fue su papel como defensor de los derechos humanos de los haitianos y las haitianas, en especial los de las personas apátridas y en situación de riesgo de apatridia.
En círculos legales Dorval tenía fama de ser un fantástico experto constitucional y un profesor dedicado que fue más allá de su propia reputación hasta el último día. Horas antes de ser asesinado, hizo un llamamiento para introducir cambios en la Constitución de Haití durante una entrevista radiofónica en la que pronunció sus últimas palabras, tan célebres y tan citadas: “Ya no me pertenezco a mí mismo. Pertenezco al país. Sacrifiqué mi vida para servir al país. Amo a este país; tenemos una larga historia”.
Una de las cuestiones constitucionales de las que Dorval fue pionero fue un asunto de creciente importancia para el pueblo de Haití: la reforma de la Ley de Nacionalidad del país. La Constitución de Haití de 1987 es la única norma que regula la cuestión de la nacionalidad haitiana, que solo se puede obtener por ascendencia o por naturalización.
“Estamos abatidos por la muerte repentina y violenta del Sr. Monferrier Dorval”, declaró Junior Remy Mauvais, Oficial de Enlace con el Gobierno de Haití de ACNUR. “Fue un asesor voluntario fundamental y un fuerte aliado del ACNUR y de nuestro mandato en cuestiones relativas a la reforma de la Ley de Nacionalidad y el análisis de lagunas en el sistema de registro civil. Su legado vivirá en el compromiso colectivo para garantizar los derechos humanos de todas las personas haitianas, incluido su derecho a la nacionalidad”.
Entre 2012 y 2017 Dorval colaboró estrechamente con ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, para reformar aspectos de la legislación nacional que podían conducir a situaciones de apatridia. En colaboración con la experiencia de ACNUR, Dorval redactó una nueva Ley de Nacionalidad que fue presentada ante el Parlamento de Haití para someterla a votación. Si se aprueba, esta Ley será un faro de esperanza para millones de personas haitianas.
Según el Archivo Nacional de Haití, se estima que tres millones de haitianos y haitianas que residen dentro y fuera del país se encuentran actualmente en situación de riesgo de apatridia por las lagunas existentes en el registro civil y el sistema de documentación. Muchas personas apátridas crecen en la pobreza extrema, sin derechos básicos, servicios ni acceso a educación ni atención sanitaria. La falta de documentos de identidad limitará aún más su capacidad de desplazarse, sometiendo a las personas apátridas a detenciones y deportaciones arbitrarias, vulnerabilidad a la trata de personas y otras situaciones peligrosas.
“El Sr. Dorval fue un destacado activista de los derechos humanos que dedicó su vida a proteger al pueblo de Haití asegurándose de que la Constitución del país incorporaba instrumentos de derecho internacional”, declaró Matt Reynolds, Representante de ACNUR para los Estados Unidos y el Caribe. “Su destreza al analizar la Ley de Nacionalidad fue de enorme importancia para asegurar los derechos de todos los haitianos, especialmente de las personas apátridas. Lo echaremos enormemente de menos como fuerte aliado de nuestro trabajo en materia de nacionalidad, apatridia y derechos humanos internacionales”.
La pandemia de COVID-19 ha demostrado que todos somos interdependientes. La sociedad en su conjunto se beneficia de no excluir ni dejar atrás a nadie. La vida y el trabajo de Dorval deberían servirnos a todos de inspiración, también al pueblo y al Gobierno de Haití, para aumentar la concientización en materia de derechos de nacionalidad, para cerrar lagunas y para apoyar los esfuerzos destinados a aprobar una nueva Ley de Nacionalidad que aporte soluciones para erradicar la apatridia del país, de conformidad con la Convención de 1954 sobre el Estatuto de los Apátridas y la Convención para Reducir los Casos de Apatridia de 1961, de las cuales Haití es país signatario desde 2018.
La apatridia y la falta de nacionalidad legal afecta a más de doce millones de personas en todo el mundo. En noviembre de 2014 ACNUR lanzó la campaña #IBelong como parte del Plan de Acción Mundial para Acabar con la Apatridia. El plan, desarrollado en colaboración con estados, sociedades civiles y organizaciones internacionales, establece un marco orientativo que los estados y la comunidad internacional en su conjunto deben seguir para acabar con la apatridia antes de 2024.
En el sexto aniversario de la campaña #IBelong, el mejor modo de conmemorar el legado de Dorval es el compromiso continuado con los debates y la investigación en materia de nacionalidad en Haití, además de garantizar que, en efecto, nadie se queda atrás.
Si desea más información sobre este tema, puede contactar:
- En Washington, D.C. Andrea Mucino-Sánchez, [email protected], +1 202 751 9000