Campaña mundial impulsa la prevención de la COVID-19 entre las personas refugiadas
La Coalición para la Higiene y el Cambio de Comportamiento, financiada por el Gobierno de Reino Unido y Unilever, llega a mil millones de personas, incluidas las personas refugiadas
JAMJANG, Sudán del Sur – En un centro de distribución en el campamento de refugiados de Pamir en Jamjang, Sudán del Sur, cientos de barras de jabón están apiladas en filas ordenadas sobre mesas de caballete azul brillante. Docenas de personas refugiadas con mascarillas forman una fila ordenada, haciendo todo lo posible por ser conscientes de las medidas implementadas para prevenir la propagación del virus de la COVID-19.
El residente del campamento George David, un refugiado de Sudán, recoge 30 barras de jabón para él y su familia. “El jabón es muy importante para nosotros para prevenir enfermedades”, compartió.
Aquí y en otras operaciones alrededor del mundo, ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, ha intensificado los servicios de salud, agua, saneamiento e higiene durante la pandemia para proteger a las personas que se han visto obligadas a huir de sus hogares.
- Ver también: Escasez de espacio y recursos: Afrontar la COVID-19
Las personas refugiadas y las desplazadas internas corren un riesgo particular durante la COVID-19 porque a menudo tienen un acceso limitado al agua, los sistemas de saneamiento y las instalaciones de salud, y familias multigeneracionales viven juntas en alojamientos abarrotados, asentamientos y campamentos.
Como parte de su respuesta contra la COVID-19, ACNUR, en asociación con Unilever, ha entregado 30 millones de barras de jabón, sanitizante y desinfectante para manos a más de 50 países en todo el mundo, incluidos los países en desarrollo, donde vive el 85% de las personas desplazadas por la fuerza del mundo.
El apoyo adicional para campañas de información en Bangladesh, Camerún, República Democrática del Congo y Sudán del Sur fue posible gracias a la Coalición de Higiene y Cambio de Comportamiento (HBCC, por sus siglas en inglés), financiada por Unilever y el Ministerio de Relaciones Exteriores y de la Mancomunidad de Naciones, de Reino Unido, y ha llegado a 20 millones de personas refugiadas, enseñándoles la importancia de lavarse las manos para mantenerse saludable.
La iniciativa de alcance mundial de la HBCC se ha convertido en la campaña de higiene más grande del mundo destinada a combatir la COVID-19, llegando a mil millones de personas.
“El coronavirus es una enfermedad mortal”.
“Estamos tomando muchas medidas para prevenir la COVID-19”, señaló Ben Ngbamborigbe Wanga, Oficial de Agua, Saneamiento e Higiene de ACNUR en Sudán del Sur, sobre los esfuerzos de divulgación. “Hemos difundido información a través de transmisiones de radio, líderes de personas refugiadas y también, durante nuestro monitoreo, aconsejamos a las personas refugiadas que se queden en casa y se laven las manos”.
Las propias personas refugiadas participan activamente en los esfuerzos de prevención de la COVID-19, educando a sus comunidades sobre el virus y el papel vital de las medidas de higiene y seguridad en la prevención de la infección.
En las provincias del norte y sur de Ubangi en la República Democrática del Congo, ACNUR ha proporcionado bicicletas a una red de promotores de la higiene de las personas refugiadas que recorren los campamentos rellenando las estaciones de lavado de manos y promoviendo buenas prácticas de higiene entre las personas refugiadas.
“Yo desinfecto las letrinas. También realizo campañas de sensibilización puerta por puerta sobre cuestiones relacionadas con el agua y la higiene”, explicó Thierry Angazika de 27 años, un refugiado de la República Centroafricana que vive en el campamento de Inke en la República Democrática del Congo. “Con la bicicleta que me proporcionó ACNUR, recorro el campamento y puedo recargar de tres a cinco veces al día las estaciones de lavado de manos”.
“Ahora veo que la comunidad está cambiando”.
En Sudán del Sur, Hana Kafi Tia es una refugiada sudanesa y voluntaria de alcance comunitario en el campamento de Pamir que promueve las buenas prácticas de higiene en su comunidad.
“El coronavirus es una enfermedad mortal y realmente no tiene tratamiento. Las únicas medidas seguras para protegernos de la COVID-19 es evitar darnos la mano, usar mascarillas, evitar amontonamientos y mantener un metro y medio de separación con las personas cuando estemos en lugares públicos”, recordó.
Hana agregó que compartir información sobre la COVID-19 en todo el campamento está marcando una gran diferencia en el comportamiento entre los miembros de la comunidad.
“Veo ahora que la comunidad está cambiando, están cambiando su higiene, no se amontonan, se lavan las manos con frecuencia, y cuando uno se enferma, van al médico. Estoy orgullosa de mi trabajo”, expresó.