ACNUR publica informe sobre las necesidades de reasentamiento para 2022
1,47 millones de personas refugiadas necesitarán ser reasentadas el próximo año. Esto es de acuerdo con las últimas estimaciones publicadas por ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, en su informe de Necesidades Mundiales de Reasentamiento Proyectadas para 2022, publicado hoy.
“A pesar de la pandemia, la guerra y los conflictos continúan causando estragos en todo el mundo, desplazando a millones de personas e impidiendo que muchas regresen a casa. Con las crecientes necesidades humanitarias que superan con creces las soluciones, llamamos a los países para que pongan a disposición más plazas de reasentamiento para las personas refugiadas cuyas vidas están en peligro o que de alguna otra manera están en riesgo”, señaló la Alta Comisionada Auxiliar para la Protección de ACNUR, Gillian Triggs.
Las proyecciones para 2022 se basan en varias evaluaciones de las necesidades de protección y los perfiles de riesgo en las poblaciones de personas refugiadas a nivel mundial.
Por sexto año consecutivo, las personas refugiadas sirias se encuentran entre las que tienen mayores necesidades de reasentamiento, seguidas por las personas refugiadas de la República Democrática del Congo, Sudán del Sur, Afganistán y Eritrea.
Como resultado de la pandemia, muchas de las personas desplazadas se enfrentan ahora a un aumento de la pobreza, la indigencia y los riesgos de protección generalizados, desde explotación, trata, violencia sexual y de género, trabajo infantil, matrimonio precoz, arresto, detención, deportación y devolución.
Entre los casos de reasentamiento presentados por ACNUR a los Estados para su consideración se encuentran personas refugiadas con necesidades de protección legal y física, sobrevivientes de violencia, mujeres, niñas, niños y adolescentes en riesgo, personas LGBTIQ+ en riesgo, aquellas personas con necesidades médicas y otras que enfrentan circunstancias y condiciones precarias.
“Casi el noventa por ciento de las personas refugiadas en el mundo son acogidas por países en desarrollo cuyas capacidades estaban sobrecargadas incluso antes de la pandemia y ahora se ven obligados a lidiar con el empeoramiento de las condiciones humanitarias tanto para las comunidades locales como para las desplazadas”, resaltó Triggs.
“El reasentamiento no solo es una herramienta de protección que salva vidas para las personas refugiadas que enfrentan una vulnerabilidad extrema en estos países de asilo, sino que es una forma tangible para que otros Estados den un paso adelante y ayuden a compartir esta responsabilidad”.
Este es un objetivo clave del Pacto Mundial sobre los Refugiados y está previsto en una estrategia de reasentamiento y vías complementarias de tres años desarrollada por las partes interesadas, incluidos los gobiernos, otras organizaciones internacionales, la sociedad civil y ACNUR.
Debido al impacto de la pandemia y al número limitado de lugares disponibles por los Estados, el reasentamiento de personas refugiadas se desplomó a los niveles más bajos registrados en al menos dos décadas a pesar de los crecientes niveles de desplazamiento forzado en todo el mundo.
El año pasado, se reasentó a menos de 35.000 personas refugiadas de un total de 20,7 millones, una fracción de un por ciento.
Los cierres de fronteras y las restricciones de viaje inducidos por la pandemia requirieron una suspensión temporal de muchos movimientos de reasentamiento en 2020, y algunos países aún luchan por recuperar su capacidad anterior para recibir personas refugiadas.
A pesar de los desafíos, las operaciones de ACNUR y varios estados de reasentamiento pudieron ser más flexibles al procesar y facilitar el reasentamiento. Esto aseguró la continuidad del programa y los traslados para salvar vidas de personas refugiadas en riesgo.
El reporte completo está disponible aquí.
Para más información sobre este tema, favor de contactar:
- En Ginebra, Shabia Mantoo, [email protected], +41 79 337 7650