Una niña nacida durante la guerra cuenta su historia 20 años después del sitio de Sarajevo
Lejla looks every inch the fashionable young Londoner. But she had a most inauspicious start to life two decades ago in the cauldron of Sarajevo. [for translation]
LONDRES, Reino Unido, 18 de abril (ACNUR) – Vestida con unos jeans ajustados y una chaqueta deportiva, tiene todo el aspecto de la típica joven londinense moderna. Pero Lejla Damon no es como las otras muchachas de 19 años. "Nací el día de Navidad", dice moviendo su brillante cabello castaño y mirándome fijamente con sus ojos verdes. "Fue en el año 1992, en el hospital principal de Sarajevo", continúa.
"Mi madre era una mujer musulmana de Bosnia y había estado algún tiempo en un campo de concentración donde había sido violada en varias ocasiones por un soldado serbio". A los nueve meses la mujer dio a luz a una niña. "Me odiaba totalmente. Pensaba que yo representaba el mal y que, cuando creciera, sería como los hombres que abusaron de ella. No quería tener absolutamente nada que ver conmigo", explica Lejla.
Así pues, la vida de Lejla empezó en unas circunstancias adversas, que coincidían, además, con el comienzo del sitio de Sarajevo, capital de Bosnia y Herzegovina, y la escalada hacia el mayor conflicto armado que ha tenido lugar en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Cuando terminó, después de más de cuatro años, la ex Yugoslavia se había desintegrado, casi 200.000 personas habían resultado muertas y 2,7 millones se habían visto obligadas a desplazarse.
Incluso antes de producirse los primeros disparos en Bosnia, Dan Damon, periodista de la BBC, estaba trabajando en Eslovenia, con su mujer Sian, fotógrafa, cubriendo la Guerra de los Diez Días, o Guerra de Independencia, ocurrida en el mes de junio de 1991, y los días posteriores al conflicto. Al año siguiente, la pareja consiguió llegar hasta Sarajevo, donde, durante siete días, Dan fue el único reportero que trabajaba para una televisión de Europa occidental.
La pareja estaba decidida a quedarse en Sarajevo, incluso en calidad de invitados de Radovan Karadzic, dirigente político serbio de Bosnia, alojados en las habitaciones del General Philippe Morillon, comandante militar de las Naciones Unidas, cuando éste estaba ausente de la ciudad. Bajo el fuego constante de la artillería, de cohetes, de morteros y de francotiradores, los 400.000 habitantes de la ciudad se las ingeniaban para buscar alimentos, medicamentos y agua, y miles de civiles resultaron heridos o perdieron la vida.
Dan y Sian estaban informando desde un hospital cuando conocieron a la madre de Lejla, la cual les dijo que no quería quedarse con la niña. Conscientes de que lo que hacían era ilegal, tomaron la decisión – con el consentimiento de la madre – de sacar a la niña del país y buscarle un lugar seguro. Le pusieron Lejla en recuerdo de una diplomática bosnia que los había ayudado. "Veían que era una situación horrible para la niña, si permanecía en el país, y no querían dejarme allí", explica Lejla. "Obviamente el procedimiento que eligieron para sacarme no fue precisamente legal".
La pareja no era ajena al riesgo, pero los esfuerzos para sacar a la niña del país en un furgón blindado, los documentos falsificados y los años transcurridos en una batalla legal para adoptarla fueron tan duros como cualquiera de las situaciones a las que se habían enfrentado en el ejercicio de su profesión. Por fin obtuvieron la custodia y, a la edad de tres años, la pequeña refugiada comenzó una nueva vida en el Reino Unido.
Aunque se crió en el Reino Unido, Lejla conocía su origen y ha visitado en dos ocasiones su país de nacimiento. El pasado año fue a Sarajevo con sus padres en un viaje durante el cual se entrevistaron con el Presidente Bakir Izetbegović. A pesar de no conocer el idioma, se siente fuertemente vinculada al país: "Me siento muy relajada en Sarajevo, pero todo es muy extraño porque vi el hospital donde nací y numerosas tumbas. Ves que el país avanza pero resulta desalentador todo lo que aún queda por hacer".
No suele pensar en lo que podría haber ocurrido si Dan y Sian no ha hubieran encontrado en Sarajevo. "He tenido una vida muy agradable, he recibido una excelente educación, me he divertido y he hecho todas las cosas que se supone que hacen los niños cuando son pequeños. Estoy muy agradecida a mis padres", cuenta.
Pero Lejla sí se ha planteado muchas veces la posibilidad de localizar a su madre biológica. "No sé si sería lo mejor, en particular para alguien que se encuentra en una situación como la suya. No quiero hacer revivir cosas que no son precisamente agradables. Fui concebida en unas circunstancias horribles en medio de una guerra que constituyó una violación de la humanidad", dice Lejla. "Si ella dijera que no quiere verme me sentiría muy mal. Y no creo estar todavía preparada para eso".
Su pasado a veces la ha apartado de los otros jóvenes de su edad. "Es de verdad extraño porque las personas de mi edad no tienen ni idea de donde está Bosnia, no saben mucho sobre la guerra porque seguramente acababan de nacer cuando ocurrió. Veo esa misma actitud hacia los refugiados y los solicitantes de asilo. A veces pienso que las personas son demasiado intolerantes", comenta.
"Nunca conoces las historias de los refugiados desde su punto de vista y a veces pienso que son menospreciados y criticados sin motivo, y no me parece justo. Incluso las personas de mi edad mantienen una actitud muy despreciativa hacia los refugiados. Yo les digo '¿así que me despreciáis?', y ellos responden, 'no, pero es que tú eres diferente'. Me parece preocupante que la gente sea tan ignorante".
Lejla dice que la labor que realiza el ACNUR le sirve de inspiración. "Siempre he estado al tanto de las actividades de la organización; incluso en las fotografías que mis padres tomaron en Bosnia, se veía al fondo el logotipo del ACNUR". Entre los años 1992 y 1996, el ACNUR coordinó la mayor operación de transporte aéreo humanitario de la historia. Más de 160.000 toneladas de alimentos, medicamentos y otras mercancías llegaron a Sarajevo en más de 12.000 vuelos. En el marco de esta operación de transporte aéreo también fueron evacuados más de 1.100 civiles que necesitaban asistencia médica urgente.
La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados sigue ayudando a miles de víctimas del conflicto. Mientras tanto, en el marco de una conferencia internacional que se celebrará en Sarajevo la semana próxima se espera recaudar hasta 500 millones de euros para reasentar a muchas de las personas todavía refugiadas, desplazadas internas y repatriadas.
Lejla, que está estudiando publicidad, es una persona elocuente y apasionada por la política y los acontecimientos mundiales. Espera llegar a ser algún día fotógrafa de guerra como su madre. Tras algunos años de rebeldía adolescente, es evidente que Lejla idolatra a Dan y a Sian.
La pareja adoptó a otros dos niños y Dan sigue trabajando como reportero en zonas de conflicto. Recientemente cubrió los ataques del Ejército de Resistencia del Señor (LRA) en la República Democrática del Congo. "Quiero ver el mundo, y no solo los lugares agradables, y también quiero ayudar. Está claro que en eso me han influido mis padres". Ya en plena preparación de su próxima visita a Bosnia, no cabe imaginar un destino mejor para esta niña nacida durante la guerra un día de Navidad.
Por Laura Padoan en Londres, Reino Unido