Uganda acoge a refugiados de la República Democrática del Congo en medio del confinamiento por COVID-19
ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, acoge con beneplácito la decisión del Gobierno de Uganda de acoger a miles de personas refugiadas que huyen de la escalada de violencia en el este de la República Democrática del Congo (RDC). Estas personas estaban varadas en una zona remota e inaccesible en el territorio de Mahagi desde finales de mayo.
Los recién llegados formaban parte de un grupo más grande de aproximadamente 45.000 personas, según las autoridades locales de la RDC, que habían intentado huir hacia la frontera de Uganda con la RDC luego de que ataques de las milicias causaron víctimas entre la población civil en la provincia de Ituri, los días 17 y 18 de mayo. Si bien algunos han podido regresar a su zona de origen, miles de personas permanecieron cerca de la frontera.
Unos 1.500 solicitantes de asilo ingresaron hoy a Uganda a través de los puntos fronterizos de Guladjo y el Monte Zeu en el distrito de Zombo. Los recién llegados estaban hambrientos y cansados. Muchos llegaron también en un estado delicado, ya que habían pasado por una situación precaria, escondiéndose en el monte durante las últimas semanas sin suficiente acceso a alimentos, agua potable y cobijo. La mayoría son mujeres y niños, así como muchas personas mayores.
“Expreso mi gratitud al Gobierno de Uganda y a las comunidades locales por esta gran muestra de solidaridad con las personas que huyen del conflicto”, dijo Joel Boutroue, Representante de ACNUR en Uganda. “Demuestra que incluso en medio de una crisis mundial como la de COVID-19, hay formas de gestionar las restricciones fronterizas de manera que se respeten los derechos humanos internacionales y las normas de protección de los refugiados”.
Uganda aplicó restricciones a los viajes transfronterizos en marzo para contener la propagación de la COVID-19, suspendiendo la admisión de nuevos solicitantes de asilo en el país. Por motivos humanitarios, el presidente de Uganda ordenó a su Gobierno que reabriera temporalmente la frontera de Zombo para permitir que se prestara ayuda vital y protección a este grupo de refugiados. El Gobierno ha indicado que los controles fronterizos se restablecerán el viernes, una vez que la operación humanitaria haya terminado.
ACNUR y sus socios, en coordinación con la Oficina del Primer Ministro, el Ministerio de Salud y el gobierno local del distrito, han estado trabajando a contrarreloj en Zombo para fortalecer la capacidad de recepción en la frontera, incluyendo las instalaciones de cuarentena, y asegurar que estén disponibles niveles adecuados de asistencia de emergencia.
Todos los recién llegados se someterán a un examen de seguridad y de salud en la frontera. Se identificarán a las personas vulnerables y se canalizarán rápidamente a los servicios de asistencia adecuados.
El grupo será inicialmente puesto en cuarentena en el Instituto Agrícola de Zewdu, cerca del cruce fronterizo, que puede albergar ahora a unas 6.000 personas. ACNUR y sus socios han instalado tiendas de campaña, zonas de tamizaje médico, servicios sanitarios, estaciones para lavarse las manos y tanques de agua.
Tras el período de cuarentena obligatoria de 14 días, de conformidad con las directrices y protocolos nacionales, los solicitantes de asilo serán trasladados a los asentamientos de refugiados existentes.
La respuesta a los flujos de refugiados en Uganda se enfrenta a múltiples desafíos debido a la falta de financiación, incluyendo graves recortes en las raciones de alimentos. Con 870 casos de COVID-19 en Uganda, entre ellos 52 refugiados, ACNUR ha estado trabajando con el Gobierno y sus socios para construir y fortalecer las instalaciones de cuarentena y aislamiento y aumentar los suministros para el lavado de manos y la disponibilidad de mascarillas, como parte del plan de respuesta. Muchas de nuestras instalaciones de tránsito y recepción en todo el país se han convertido en centros de cuarentena para el distrito, donde proporcionamos apoyo adicional para cientos de ugandeses y refugiados a diario.
“Las necesidades son enormes y crecientes”, dijo Boutroue. “El tiempo es esencial. Si no se dispondrá inmediatamente de 28 millones de dólares (USD), corremos el riesgo de tener que interrumpir servicios esenciales que proveen atención médica no relacionada con COVID-19, protección a la infancia y apoyo a la salud mental”.
ACNUR ha recibido sólo el 18% de los 357 millones de dólares (USD) necesarios para su operación en Uganda. ACNUR hace un llamamiento a la solidaridad internacional para ayudar a Uganda a cumplir sus compromisos con el Pacto Mundial para los Refugiados y mantener su progresista política hacia los refugiados en estos tiempos difíciles.