Es vital mejorar el apoyo para los refugiados sirios en medio de la pandemia de COVID-19, señala el Alto Comisionado

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, dijo a los donantes que se necesita un mayor apoyo para evitar que los refugiados y las comunidades que les acogen caigan "más profundamente en la pobreza y la desesperación".

Bodour al-Qader huyó de Homs, Siria, en 2012, se casó con un sirio y es madrastra de sus cuatro hijos, incluyendo a Mahmdouha Rafik (izquierda) en Trípoli, Líbano. La familia depende de la ayuda debido a la crisis por la COVID.
© ACNUR / Diego Ibarra Sánchez

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, pidió el martes un mayor apoyo para los países que albergan a sirios desplazados por casi una década de conflicto, señalando que la pandemia de COVID-19 ha hecho que la situación sea aún más difícil.


“Las crisis económicas graves se están acelerando, y se están exponiendo brechas y vulnerabilidades persistentes. Y después de casi una década de albergar a algunas de las personas más vulnerables del mundo, los países y las comunidades de acogida se han visto muy afectados", dijo Grandi.

Grandi estaba hablando por medio de un video enlace a la Conferencia de Bruselas IV sobre el apoyo al futuro de Siria y la región.

La escala de desplazamiento provocado por la guerra en Siria es enorme, dijo. A nivel mundial, el número de personas desplazadas por la fuerza por conflictos, violencia y persecución se ha duplicado en la última década hasta llegar a 80 millones. Uno de cada seis es sirio, incluyendo a 5,5 millones que viven como refugiados en Turquía, Líbano, Jordania, Irak y Egipto y millones más que están desplazados dentro de su propio país.

La pandemia ha exacerbado esos desafíos, dijo Grandi, citando el ejemplo de Líbano, un país que alberga a casi 900.000 refugiados sirios y tiene una de las mayores concentraciones de refugiados en el mundo.

“En el Líbano, siete de cada 10 hogares de refugiados han perdido sus medios de vida y apenas sobreviven. Tienen más miedo al hambre que al coronavirus. Las mujeres y los niños están especialmente expuestos. Las crecientes presiones económicas generan tensiones y socavan la cohesión social”, dijo Grandi.

"Es vital que tales retornos se elijan libremente".

Instó a los países donantes a proporcionar un paquete de ayuda mejorado en apoyo de los países receptores. El Plan Regional de Refugiados y Resiliencia (3RP), para el cual se requieren 6 mil millones de dólares en 2020, solo había recibido un 20% de financiamiento antes de la conferencia.

El apoyo bilateral al desarrollo y las inversiones de las instituciones financieras internacionales también siguen siendo vitales, dijo, y señaló la importancia de la colaboración del ACNUR con el Banco Mundial.

"No podemos permitir que los refugiados y sus comunidades de acogida caigan más profundamente en la pobreza y la desesperación, con consecuencias que reverberarán, que ya reverberan, en toda la región y más allá", dijo.

También señaló que los refugiados continúan hablando de un futuro en Siria, al mismo tiempo que hablan de preocupaciones que desean ver abordadas, incluyendo seguridad, derechos y el alojamiento, así como el acceso a educación, la atención médica y el empleo. Pidió apoyo a los refugiados que libremente eligen ejercer su derecho a regresar, y señaló que ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, continuará trabajando con el Gobierno sirio y otros para mejorar las situaciones de las comunidades a las que están regresando.

"Es vital que tales retornos sean elegidos libremente, y no impulsados ​​por la desesperación o las presiones en los países de acogida", dijo Grandi. Agregó que permitir un acceso humanitario sostenido ayudaría a generar confianza entre los refugiados.

La conferencia de esta semana en Bélgica es la cuarta reunión anual destinada a coordinar el apoyo internacional para los refugiados sirios y los países que los acogen. En años anteriores se celebró en Kuwait, Londres y Bruselas.