Escasez de espacio y recursos: Afrontar la COVID-19
A medida que la pandemia aumenta, la visualización de datos muestra cómo las personas desplazadas tienen que hacer frente a un hacinamiento extremo y a un acceso limitado a productos básicos como el jabón y el agua.
Un niño burundés se lava las manos en el campamento de refugiados de Mahama, en Ruanda, en agosto de 2020.
© ACNUR/Eugene Sibomana
Mientras los países de todo el mundo luchan contra una segunda ola de coronavirus, ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, está poniendo de relieve cómo las poblaciones desplazadas, sumamente vulnerables, deben enfrentar situaciones de hacinamiento extremo y lidiar con un acceso limitado a bienes básicos como el jabón y el agua.
‘Escasez de espacio y recursos: Afrontar la COVID-19’ muestra a través de la visualización de datos lo difícil que es para las personas refugiadas y desplazadas internas cumplir con las restricciones de distanciamiento físico y los consejos sobre el lavado de manos, medidas clave en la batalla para controlar la propagación del virus.
“Tener acceso a servicios básicos como la atención sanitaria, el saneamiento y un alojamiento digno al que llamar hogar, es fundamental para que todos los seres humanos vivan con dignidad. Sin embargo, esta no es la realidad para millones de refugiados y otras personas desplazadas en todo el mundo”, indicó Raouf Mazou, Alto Comisionado Auxiliar para las Operaciones de ACNUR.
“Aunque COVID-19 nos ha afectado a todos, las personas refugiadas, que ya viven en la incertidumbre, se han visto afectadas de manera desproporcionada”.
“Aunque COVID-19 nos ha afectado a todos, las personas refugiadas, que ya viven en la incertidumbre, se han visto afectadas de manera desproporcionada. Durante este período difícil, es crucial que intensifiquemos el apoyo a los programas e iniciativas que ayudan a millones de familias desplazadas por la fuerza que tratan de reconstruir sus vidas y al mismo luchan por tener acceso a la atención sanitaria, la educación, el empleo y una vivienda adecuada”.
La visualización de los datos compara la ajetreada ciudad brasileña de São Paulo con algunos de los espacios más poblados y en los que residen actualmente las personas desplazadas, a menudo en condiciones de hacinamiento, ilustrando la densidad de población en algunos asentamientos de refugiados y sacando a la luz los retos a los que se enfrentan las personas refugiadas para limitar la propagación de la COVID-19 en estas condiciones. Por ejemplo, si São Paulo tuviera la misma densidad de población que el campamento de refugiados de Kutupalong, en Bangladesh, tendría más de 62 millones de habitantes, en lugar de los más de 12 millones que viven allí actualmente.
En cuanto a las medidas de higiene, en los países menos desarrollados del mundo, algunos de los cuales acogen a un gran número de personas desplazadas, casi tres cuartas partes de la población carece de acceso a instalaciones para lavarse regularmente, ni a jabón.
La visualización de datos también muestra cómo ACNUR está respondiendo para apoyar a las comunidades desplazadas en todo el mundo para hacer frente a los desafíos planteados por la pandemia.
- Ver también: La COVID-19 y las personas refugiadas