Emergencia rohingyas

Los refugiados rohingya han huido de la violencia en Myanmar en niveles alarmantes – y las cifras continúan aumentando.

En el punto más alto de la crisis, miles de personas cruzaban diariamente a Bangladesh. La mayoría caminó durante días a través de junglas y montañas, o desafió peligrosos viajes por mar a través de la Bahía de Bengala. Llegaron exhaustos, hambrientos y enfermos, necesitados de protección internacional y asistencia humanitaria.

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Más de 723.000

personas refugiadas huyeron a Bangladesh desde el 25 de agosto de 2017

 

Actualización al 15 de agosto de 2018

Más de un millón de refugiados rohingya huyeron de la violencia en Myanmar en sucesivas oleadas de desplazamientos desde principios de los años noventa. Sigue la crisis aquí.

Los Rohingyas son una minoría musulmana apátrida en Myanmar. Su último éxodo comenzó el 25 de agosto de 2017, cuando estalló la violencia en el estado de Rakhine, en Myanmar, obligando a más de 723.000 a buscar protección en Bangladesh. La mayoría llegó en los primeros tres meses de la crisis. Se estima que 12.000 llegaron a Bangladesh durante el primer semestre de 2018. La gran mayoría que llega a Bangladesh son mujeres y niños, y más del 40% son menores de 12 años. Muchos otros son personas mayores que requieren ayuda y protección adicionales. No tienen nada y necesitan todo.

Casi todos los recién llegados han buscado albergue dentro y a los alrededores de los campamentos de refugiados de Kutupalong y Nayapara. Algunos se han unido a sus familiares allí, mientras que otros se ven obligados a depender de la asistencia y los servicios, poniendo una inmensa presión sobre las instalaciones existentes.

“Ellos quemaron nuestra casa y disparando nos obligaron a salir. Caminamos durante tres días por la jungla”.

Mohammed, que huyó a Bangladesh con su familia de siete personas, incluyendo un bebé nacido en el camino.

Los nuevos asentamientos espontáneos han emergido de un día a otro, aumentando las preocupaciones por la falta de albergues adecuados, agua y saneamiento, acceso a servicios básicos y consideraciones generales de protección, como la seguridad para las mujeres y las niñas. El asentamiento de refugiados de Kutupalong ha crecido hasta convertirse en el más grande de su tipo en el mundo, con más de 600.000 personas viviendo en un área de solo 13 kilómetros cuadrados, llevando la infraestructura y los servicios hasta sus límites.

El Gobierno de Bangladesh ha respondido generosamente durante la última crisis. Las aldeas locales de Bangladesh también han aceptado a los recién llegados. No han escatimado ningún esfuerzo para ayudar, forzando sus recursos ya limitados.

La respuesta humanitaria en Bangladesh sigue centrada en satisfacer las necesidades humanitarias masivas y mitigar el impacto de las lluvias monzónicas estacionales. Sin embargo, se necesita urgentemente apoyo internacional adicional para intensificar la asistencia desde el apoyo puramente humanitario y cotidiano a los desafíos a mediano plazo, incluida la resiliencia, la educación, el registro y los programas para proteger a los refugiados más vulnerables, incluidos los niños, las mujeres y personas con necesidades específicas.

¿Qué está haciendo el ACNUR para ayudar?

Junto con nuestros socios estamos trabajando en apoyo del Gobierno de Bangladesh para responder a las necesidades humanitarias masivas.

En los primeros días, semanas y meses de la crisis, ACNUR transportó por avión más de 1.500 toneladas métricas de ayuda de emergencia para salvar vidas a Bangladesh, incluidas mantas, lonas de plástico, colchonetas, tiendas familiares, rollos de plástico, utensilios de cocina, bidones y cubetas.

Junto con nuestros socios, también estamos ayudando al gobierno a desarrollar nuevos sitios que puedan albergar a los refugiados con seguridad. Esto incluye financiar un camino para facilitar la construcción y el acceso de las personas refugiadas, apoyar la planificación del sitio, construir letrinas y pozos, mejorar las instalaciones de agua y saneamiento y distribuir materiales para albergues.

En un esfuerzo por mejorar el saneamiento y el acceso al agua potable, hemos construido miles de letrinas y puntos de agua para los refugiados, mitigando así los riesgos de problemas de salud como la diarrea acuosa aguda.

ACNUR está trabajando para incorporar la protección de los refugiados en todos los asentamientos. Con sus socios, está desarrollando un sistema de derivación y espacios seguros para sobrevivientes de violencia de género. También estamos mejorando los esfuerzos para identificar y derivar a los niños en situación de riesgo para que reciban el apoyo adecuado.

ACNUR ha aumentado su presencia en el terreno mediante el despliegue de equipos de emergencia y especialistas en socorro en diferentes sectores. Tenemos 300 funcionarios en Bangladesh, incluidos 208 colegas nacionales. Continuaremos impulsando nuestra presencia y nuestras operaciones para que coincidan con la escala y la complejidad de esta todavía cambiante y fluida crisis de refugiados.

El 16 de marzo de 2018, la ONU y sus socios lanzaron un Plan de Respuesta Conjunta (JRP) para la Crisis Humanitaria Rohingya solicitando 951 millones de dólares para continuar entregando asistencia de primera necesidad de marzo a diciembre de 2018. A principios de agosto de 2018, el JRP sigue con solo el 32 por ciento del financiamiento. ACNUR está solicitando 238,8 millones de dólares como parte de su Llamamiento Suplementario para 2018 con el fin de continuar respondiendo a las necesidades de cientos de miles de refugiados.

Respuesta del monzón

ACNUR apresuró la ayuda adicional a Bangladesh para preparar a los refugiados y las comunidades de acogida para las lluvias monzónicas, que caen entre mayo y septiembre, aumentando el riesgo de inundaciones y deslizamientos de tierra. Cientos de miles de refugiados rohingya han encontrado albergue en el distrito Cox's Bazar, una de las zonas más húmedas del país. Los socios humanitarios estiman que hasta 200.000 refugiados Rohingya podrían estar en riesgo durante la temporada del monzón. Muchos viven en terrenos abruptos e irregulares propensos a deslizamientos de tierra e inundaciones y necesitan una reubicación urgente.

Entre ellos, unos 41.000 refugiados viven en áreas consideradas con mayor riesgo de deslizamientos de tierra. A mediados de agosto de 2018, más de 24.000 de ellos habían sido reubicados por ACNUR a áreas más seguras.

ACNUR también ha equipado a más de 80.000 familias de refugiados con kits de albergue mejorados, que incluyen postes de bambú, cuerdas, lonas de abrigo, sacos de arena y herramientas. Además, el Gobierno de Bangladesh, apoyado por ACNUR y sus socios, ha añadido 32 kilómetros de caminos de ladrillo y senderos, 91 kilómetros de tuberías de drenaje y ha construido 45 kilómetros de escalones a través del asentamiento. Además, 63 kilómetros de muros de contención y estructuras; 94 kilómetros de drenaje han sido completados o reparados; Se han construido 2.324 metros de puentes. ACNUR también preposicionó estratégicamente 116 contenedores de almacenamiento con ayuda de emergencia y mejoró 20 edificios e instalaciones comunitarias en las comunidades de acogida en Bangladesh.