Cambio climático y desplazamiento por desastres

ACNUR ha estado brindando asistencia y protección a un gran número de personas refugiadas y desplazadas por los efectos del cambio climático. Además, las ayuda a ser resilientes en caso de futuros desastres.

Son muchos los efectos del cambio climático, los cuales pueden desencadenar el desplazamiento, hacer aún más difíciles las condiciones de vida, o bien, impedir que las personas desplazadas vuelvan a su lugar de origen. La escasez de recursos naturales – como el agua potable – va en aumento en muchas partes del mundo donde se ha dado acogida a las personas refugiadas. El ganado y los cultivos luchan por sobrevivir en lugares donde las condiciones se tornan cada vez más áridas, o bien, cada vez más frías y húmedas; esto pone en riesgo los medios de vida. En ese contexto, el cambio climático puede multiplicar las amenazas, exacerbar tensiones existentes y acrecentar posibles conflictos.

Cada año, más de 20 millones de personas deben abandonar su hogar y trasladarse a otros puntos de su propio país debido a los peligros que causan la creciente intensidad y frecuencia de eventos climáticos extremos (como lluvias inusualmente fuertes, sequías prolongadas, desertificación, degradación ambiental, ciclones o aumento del nivel del mar).

Muchas de estas personas deben cruzar fronteras en el contexto de desastres y cambio climático; además, en algunos casos, quizás requieran protección internacional. Por tanto, el derecho de los refugiados y de los derechos humanos juegan un papel importante en este sentido.

El Pacto Mundial sobre los Refugiados – ratificado por una avasallante mayoría en la Asamblea General de la ONU en 2018 – aborda esta inquietud. El pacto reconoce que “el clima, la degradación ambiental y los desastres naturales interactúan cada vez más con las causas detrás de los desplazamientos de refugiados”.

“En este momento debemos prepararnos para mitigar futuras necesidades de protección y prevenir el desplazamiento por desastres. No podemos darnos el lujo de esperar a que ocurra otro”.

Filippo Grandi, Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados

El papel del ACNUR en la lucha contra el cambio climático y el desplazamiento por desastres

En enero de 2020, el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados designó a Andrew Harper como Asesor Especial sobre Acción Climática. Andrew Harper encabeza la participación del ACNUR en la emergencia climática, actúa como defensor a nivel mundial en la materia, y se encarga de supervisar y asesorar la agenda del ACNUR en cuanto a acciones climáticas.

La acción climática del ACNUR gira en torno a tres ejes principales:

  1. Marco normativo. Proporcionar asesoría, orientación y apoyo jurídico a la comunidad internacional para mejorar la protección que reciben las personas refugiadas y desplazadas en contextos de cambio climático y desastres, así como fomentar discusiones internacionales en torno a los derechos de estas personas.
  2. Operaciones. Reducir la degradación ambiental en contextos de desplazamiento, mejorar la preparación y fortalecer la resiliencia de las personas desplazadas y de las comunidades de acogida ante los efectos del cambio climático. La anticipación es un elemento clave tanto de la preparación como de la respuesta; en otras palabras, es necesario abordar la raíz del desplazamiento para que disminuyan los motivos que desencadenan el fenómeno.
  3. Huella ambiental del ACNUR. Mejorar la sostenibilidad ambiental del ACNUR reduciendo la emisión de gases de efecto invernadero y el impacto negativo en el medio ambiente.

Conocer el marco estratégico para la acción climática

¿Cómo afecta el cambio climático a las personas refugiadas? ¿Qué hace el ACNUR al respecto?

En 2020, el ACNUR desplegó equipos de asistencia en Centroamérica y en el sur de México, donde cerca de tres millones de personas se vieron afectadas por el huracán Eta, uno de los peores desastres climáticos que han tenido lugar en la región en las últimas dos décadas. En marzo de 2019, cuando el ciclón tropical Idai golpeó Mozambique, Zimbabue y Malawi, ACNUR reubicó a familias refugiadas en albergues más seguros; además, proporcionó casas de campaña, cubiertas de plástico, equipo de saneamiento y agua limpia. En el mismo tenor, ACNUR ha estado brindando asistencia a las personas rohingyas refugiadas al sur de Bangladesh para mitigar los efectos de monzones, inundaciones y derrumbes.

Las personas desplazadas por motivos no relacionados con desastres – con inclusión de las personas refugiadas, apátridas y desplazadas internas – suelen residir en lugares particularmente susceptibles al cambio climático, donde se exponen a nuevas causas de desplazamiento y donde disminuyen las posibilidades de que regresen a su hogar.

Tal es el caso de la región de El Sahel, que atraviesa por una de las crisis de desplazamiento en el mundo que crece con gran rapidez. En esta región, casi tres millones de personas se han trasladado a otros puntos de su propio país o han optado por abandonarlo debido a la violencia indiscriminada que ejercen los grupos armados. Se trata de una emergencia humanitaria y de protección que va en aumento y que está exacerbando problemáticas que ya existían en la región, como el cambio climático y la degradación ambiental.

El ACNUR juega un papel fundamental en el Grupo Temático Mundial de Protección, el cual protege y brinda asistencia a las personas que han sido desplazadas por la fuerza al interior de sus propios países y que no pueden volver de forma segura a su lugar de origen. Cuando se solicita su intervención, la organización puede desplegar equipos de emergencia para apoyar las labores de registro, documentación y reunificación familiar, así como proporcionar albergue, alimentos y artículos de higiene.

Al participar en procesos internacionales de creación de políticas, ACNUR ha robustecido su papel en la generación de consciencia sobre el cambio climático como causante del desplazamiento y sobre la importancia de satisfacer las necesidades de protección de las personas refugiadas y desplazadas en contextos de desastres. Desde 2015, como invitado permanente en la  Plataforma sobre desplazamientos por desastres (PDD, por sus siglas en inglés) y como integrante del grupo asesor, ACNUR ha fortalecido la colaboración con Estados, socios (tales como la OIMUNDRRCMNUCCOMMPNUD) y otros actores clave para dar respuesta a estos retos.

La PDD es una iniciativa liderada por los Estados para apoyar la implementación de la Agenda de Protección de la Iniciativa Nansen en cuanto al desplazamiento transfronterizo por desastres, el Marco Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres y el Acuerdo de París. Los ejes de colaboración incluyen coherencia en las políticas, compartición de conocimiento, generación de consciencia, apoyo a las operaciones, orientación jurídica y normativa, apoyo en la reducción del riesgo de desastres, acciones climáticas, energías limpias y sostenibilidad ambiental. La publicación de la guía titulada “De las Palabras a la Acción” es el ejemplo más reciente.

¿Refugiados climáticos?

El término ‘refugiado’ hace referencia a las personas que han cruzado fronteras internacionales “debido a fundados temores de persecución por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social u opiniones políticas” (Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951). En algunos contextos, la definición abarca también a personas que huyen de “eventos que alteran gravemente el orden público” (Convención de la OUA de 1969; Declaración de Cartagena de 1984). El cambio climático afecta a las personas dentro de sus propios países y, por lo regular, genera desplazamiento interno antes de alcanzar niveles que obligan a las personas a cruzar fronteras. Sin embargo, puede haber situaciones en las que se apliquen los criterios que versan en la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951, o bien, criterios más amplios en términos de la legislación regional en la materia. Por ejemplo, en contextos donde los efectos adversos del cambio climático se combinan con la violencia y el conflicto armado, serán válidas las solicitudes de reconocimiento de la condición de refugiado. En seguimiento al estudio “Expuestos al daño”, en 2020, ACNUR emitió Consideraciones jurídicas para orientar la interpretación y análisis internacional de las solicitudes de asilo. De cualquier manera, ACNUR no hace uso del término ‘refugiado climático’; de manera que es mucho más preciso hacer referencia a “personas desplazadas en contextos de desastres y cambio climático”.