Estudiantes refugiados reciben lecciones por radio durante el confinamiento en Kenia

Los maestros transmiten clases por medio de la radio comunitaria para continuar con el proceso de aprendizaje de los estudiantes refugiados.

Amina Hassan, profesora de estudiantes refugiados somalíes, da una lección de inglés a alumnos de quinto grado a través del sistema de radio en el campamento de Dadaab en Kenia.
© ACNUR / Jimale Abdullahi

En tiempos normales, Amina Hassan se paraba frente a su clase en el complejo de refugiados de Dadaab en Kenia. Pero con las escuelas cerradas debido a la pandemia de COVID-19, los maestros se ven obligados a improvisar.


En estos días, Amina, una maestra de Kenia, transmite a su clase de quinto grado de alrededor de 100 estudiantes, a través de Radio Gargaar, una estación comunitaria.

“Estoy feliz de comunicarme con la mayoría de mis alumnos por radio. A veces me llaman al estudio para hacer preguntas”, dice ella. "Creo que están aprendiendo a pesar de que no puedo verlos".

Con las escuelas en Kenia cerradas por más de un mes, las lecciones de radio ayudan a Amina y a otros maestros en Dadaab a apoyar a más de 100.000 estudiantes que asisten a las 22 escuelas primarias y nueve secundarias del campamento.

Con la rápida propagación de la pandemia de COVID-19 a nivel mundial, las necesidades de la niñez refugiada se han vuelto aún más urgentes. Para garantizar que la educación continúe, el Ministerio de Educación de Kenia junto con el ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados y otros socios, han ideado enfoques creativos para facilitar el aprendizaje desde el hogar.

"Estamos buscando formas de adaptar los programas de aprendizaje a las redes existentes en el campamento", dijo Alan Mwika, un oficial de educación del ACNUR en Dadaab, quien enfatiza que las condiciones para la educación eran difíciles incluso antes de la pandemia.

Dentro de esas iniciativas se incluyen las Escuelas de Red Instantánea apoyadas por Vodafone, que utiliza Internet para complementar el aprendizaje en el aula. También incluyen la Educación Superior sin Fronteras para Refugiados (BHER), que facilita la educación universitaria a distancia de los refugiados a través de alianzas con universidades.

"Debemos encontrar formas innovadoras para garantizar que la educación continúe a pesar de la difícil situación".

Amina y otros 800 maestros en Dadaab también están conectados a través de grupos de WhatsApp con sus alumnos, agregó Mwika.

En total, los grupos llegan a más de 64.000 estudiantes y ACNUR y sus socios esperan aumentar el alcance del proyecto.

El trabajo de Amina no termina con las transmisiones en vivo. Ella asesora a sus alumnos por teléfono, a través de Whatsapp y llamadas directas, animándolos a seguir aprendiendo.

"Debemos encontrar formas innovadoras para asegurar que la educación continúe a pesar de la difícil situación", dice ella.

Amina comenzó su carrera docente en 2011, especializándose en inglés y swahili. Su escuela, la Escuela Primaria Umoja en el campamento Hagadera en Dadaab, tiene más de 1.200 estudiantes.

En casi una década de enseñanza, ha aceptado trabajar en entornos de refugiados, a pesar de las difíciles condiciones y los recursos limitados. El COVID-19 es solo un desafío adicional, pero ella trata de actuar como un modelo a seguir particularmente para las niñas.

"No sabía que trabajar en un campamento de refugiados iba a cambiar mis percepciones por completo", dice ella. "Los refugiados son muy respetuosos y están muy interesados ​​en la educación porque saben que les da poder".

Informes adicionales de Catherine Wachiaya y Caroline Opile en Nairobi, Kenia