Las ciudades del mundo toman la iniciativa para acoger personas refugiadas
Los líderes cívicos que asistieron a una reunión clave en Ginebra expusieron las contribuciones positivas que los refugiados están haciendo a las ciudades de todo el mundo.
(De derecha a izquierda) Wilmot Collins, Alcalde de Helena Montana, EE. UU., con su esposa, Maddie Muna Collins, y la Enlace de Refugiados de Salt Lake City, Utah, EE. UU., Fatima Dirie, en el 11° Diálogo del Alto Comisionado sobre los desafíos de la protección en Ginebra.
© ACNUR / Susan Hopper
Wilmot Collins nació en Liberia, y llegó por primera vez a los Estados Unidos como refugiado en la década de 1990, estableciéndose en Helena, Montana.
Después de más de dos décadas de trabajar, pagar impuestos y llevar a sus hijos a la escuela en la ciudad, sus residentes lo eligieron como su alcalde.
"Los refugiados no son diferentes de ninguno de ustedes. Refugiados, ustedes están mirando a uno. Están hablando con uno. No somos diferentes. Todo lo que pedimos es que nos den esa segunda oportunidad y vean qué podemos hacer por la comunidad”, dijo.
A lo largo de los años, Wilmot y su familia han retribuido a la comunidad de Helena. Sirvió 22 años en el ejército, su esposa es enfermera en el hospital local de Asuntos de Veteranos, y su hija ahora está en servicio militar activo en el extranjero.
“Hemos dado diez veces más. Y seguiremos dando. Porque así somos nosotros. Eso es lo que queremos. Apreciamos al país que nos acogió. Apreciamos nuestro segundo país, ya sabes, y por eso retribuimos”, agregó.
“Todo lo que pedimos es que nos den esa segunda oportunidad y vean qué podemos hacer por la comunidad”.
Collins habló al margen de una reunión de alto nivel en Ginebra para explorar el papel clave que desempeñan cada vez más las ciudades y las zonas urbanas de todo el mundo para dar una segunda oportunidad a las personas refugiadas, desplazadas internas y apátridas de todo el mundo.
Un tema recurrente abordado por alcaldes y alcaldesas de Helena, Quito, Bristol y Mogadiscio que participan en el 11º Diálogo sobre los Desafíos de Protección del Alto Comisionado, es la contribución positiva que los refugiados pueden hacer a sus comunidades de acogida cuando se les brinda la oportunidad.
“Las personas refugiadas pueden proporcionar diferentes ideas, visiones, perspectivas y todo lo que enriquece la ciudad. Fomenta la diversidad de una comunidad y, por lo tanto, brinda a nuestra gente la posibilidad de dirigir el desarrollo económico y la creación de empleos”, dijo Mauricio Rodas Espinel, alcalde de la capital de Ecuador, Quito.
“Veo a los refugiados como una oportunidad y no como una amenaza, y creo que esa es la forma en que todos debemos mirarlos”.
Actualmente hay un récord de 68,5 millones de personas desplazadas por la fuerza en todo el mundo, incluidos 25,4 millones de refugiados. Alrededor del 60 por ciento de ellos no vive en campamentos sino en ciudades y áreas urbanas.
Bristol, en el oeste de Inglaterra, se declaró una “Ciudad Santuario” para las personas que huyen de la violencia y la persecución, y se esfuerza por crear una cultura de acogida y seguridad para todos.
“Lo que hemos aprendido al proporcionar un lugar seguro es que si se hace bien, y se coloca una buena estructura de apoyo a su alrededor, se gana el apoyo de la población y el gobierno local y de las empresas, eso se convierte en un activo para el ciudad”, dijo el alcalde Marvin Rees.
“Tener una población internacional en la ciudad te brinda una conectividad fenomenal. Y uno de los puntos que hemos tratado es que si seguimos a nuestras poblaciones hasta los países de origen, en todo el Medio Oriente, África o América del Sur, encontraremos oportunidades económicas, oportunidades para hacer inversiones, para hacer intercambios y negocios.
“Es por eso que nos interesa, además de crear una cultura más vibrante. Cuando un lugar comienza a acceder a una diversidad de pensamiento, se convierte en un lugar de innovación”.
"Tener una población internacional en la ciudad te brinda una conectividad fenomenal".
Souad Zaidi, alcaldesa adjunta de Rabat y miembro del parlamento marroquí, dijo que los refugiados habían aportado beneficios cuando se establecieron en la capital de la nación.
“Esto ha sido realmente muy beneficioso para la ciudad de Rabat. Los refugiados e inmigrantes están ahora bien integrados en la sociedad. Tienen derecho a ir a la escuela. Tienen derecho a los servicios públicos. Tienen derecho a la salud. Se sienten como en casa. Hoy Rabat ya no es una ciudad por donde transitan las personas. Es una ciudad que da la bienvenida a la gente”.
En Mogadiscio, la capital somalí que surge de décadas de conflicto, incluir a los refugiados que regresan y los desplazados internos en la reconstrucción es clave, destacó el alcalde, Abdirahman Omar Osman.
“Mi visión es recuperar Mogadiscio y la gloria que solía tener”, dijo Osman, llamando a la contribución de miles de retornados y desplazados forzosos somalíes “clave” para ese objetivo.
“Vemos el panorama general. Pueden contribuir al desarrollo económico de la ciudad. Pueden ayudar a conseguir empleo y crear puestos de trabajo. Así que los vemos como algo positivo”.