El director de orquesta João Carlos Martins emociona a refugiados y migrantes con su presentación en Roraima
Los venezolanos albergados en Roraima fueron homenajeados por el director brasileño, que compartió el escenario con otros músicos del país.
Una vez más, el mundialmente reconocido director y pianista de música clásica, João Carlos Martins, utilizó la música para romper barreras y unir a las naciones. En una visita reciente a Roraima, llevó su música e inspiración a las familias que viven en el albergue temporal para personas refugiadas y migrantes venezolanas Rondon 3, el más grande para esta población en América Latina.
El director estaba en Boa Vista, capital de Roraima, para capacitar a músicos locales a través del proyecto "Orquestrando o Brasil", y aprovechó la oportunidad para visitar Rondon 3, uno de los 13 albergues que operan dentro del alcance de la Operación de Acogida, la respuesta humanitaria de emergencia dirigida por el Gobierno brasileño y apoyada por las Naciones Unidas, ONGs y el sector privado.
En un escenario ubicado en el patio del albergue, el director, reconocido como uno de los mejores intérpretes del músico barroco Johann Sebastian Bach, hizo una pequeña y emotiva presentación ante la población refugiada y migrante, tocando un piano eléctrico alquilado especialmente para la ocasión.
Sensible y atento a los detalles del público, João Carlos Martins se dirigió a la audiencia en español, compartiendo un poco de su historia vencedora: enfrentó problemas de salud que comprometieron su coordinación motora y lo sacaron casi permanentemente del escenario, pero volvió a tocar y a dirigir con el uso de guantes biónicos.
A las familias venezolanas les dijo que, aunque muchos no creían que podría volver a tocar y dirigir, no se dio por vencido y volvió al escenario y a las salas de conciertos. De esta manera, también invitó a cada persona refugiada a no renunciar a sus sueños.
En la audiencia estaba la familia de Guillermo Martine, de 53 años, quien llegó a Brasil en septiembre de 2019 y desde entonces ha vivido en el albergue con su esposa Katty Pereira, de 45 años, y sus tres hijos. Guillermo, que también es músico, tenía un grupo de Llanera, un ritmo tradicional en Venezuela. Él era el cantante del grupo, pero tuvo que abandonar su país cuando le diagnosticaron cáncer. Sin acceso a tratamiento o medicamentos, Guillermo y su esposa dejaron todo atrás y buscaron ayuda en Brasil. Guillermo insistió en traer sus instrumentos musicales a Brasil: un "cuatro" (una peculiar guitarra venezolana de cuatro cuerdas) y su "maracate" (sonajero de percusión venezolano).
"Realmente extraño tener un grupo musical", explicó Guillermo, justo antes de la presentación del director. La música no salió de su corazón, por lo que le enseñó a su hijo menor, Anrel Guillermo, de 9 años, a tocar el maracate. "Al menos de esa manera me acompaña, y como le gusta la música, de alguna manera sigo tocando", dijo el padre con nostalgia.
Pero el deseo del músico venezolano se hizo realidad cuando menos lo esperaba. En una articulación entre ACNUR, AVSI (la organización socia del ACNUR que administra el albergue) y el comando de la Operación de Acogida, la familia de Guillermo fue invitada a compartir el escenario con el gran director de orquesta brasileño.
Durante la presentación de Guillermo, Katty y el pequeño Arnel, el director los acompañó improvisando pequeños acordes durante el canto, lo que conmovió todo el albergue. “Nos sentimos halagados de recibir a un músico de este nivel aquí en el albergue. Para nosotros, esto ha sido una bendición, y la historia del director es como un milagro que nos inspira a continuar”, dijo la venezolana Katty con emoción.
“La música tiene el poder de mover a las personas, de romper barreras y de unir naciones. A través de la música, las palabras solidaridad, amor y paz toman una forma humana", dijo con pasión el experimentado director. João Carlos Martins tocó canciones clásicas bien conocidas, y también contó con la participación del violinista venezolano Rafael Dommar, quien lo acompañó tocando Ave María para el público.
El sábado 15 por la noche, hizo una presentación gratuita a toda la ciudad de Boa Vista en la Praça Fábio Marques Paracat, organizada por la ciudad. En entrevistas, el pianista y director de orquesta destacó el potencial del estado de Roraima para crecer musicalmente con el intercambio de experiencias entre los músicos de Roraima y los de Venezuela. "Roraima tiene un gran potencial para convertirse en un epicentro musical utilizando los talentos locales y los que llegan de Venezuela", enfatizó el director.
Iniciativas como estas muestran cómo la cultura y la música pueden influir positivamente incluso en el contexto de una crisis humanitaria. "La presencia del director en el albergue demostró cuán importantes son estas actividades para las personas refugiadas y migrantes, trayendo un sentido de humanidad común", dijo Esther Benizri, directora de la suboficina del ACNUR para Boa Vista. Ella recuerda que, durante la presentación, los refugiados cantaron juntos, haciendo de este, un momento único. “Con la magia orquestada por el director João Carlos Martins, por un momento el albergue se convirtió en un lugar de belleza única”.
Somos iguales: el maestro João Carlos Martins tiene una relación previa con la causa de los refugiados. En 2016, participó en el proyecto "Somos Iguais", un coro de jóvenes y niños refugiados creado para ayudar a integrarlos a ellos y a sus familias en la sociedad brasileña. El coro ya ha actuado varias veces bajo la batuta del director, quien siempre ha puesto gran dedicación a la preparación y presentación de los jóvenes cantantes.