El racismo es un delito grave con sanciones estrictas bajo la ley brasileña. Una persona que ha sido acusada de este delito puede pasar hasta cinco años en la prisión. La Ley Nº 7.716 describe los siguientes casos de discriminación:
- Impedir que personas calificadas tomen posiciones en el servicio público o en empresas privadas como consecuencia de la discriminación por su raza, color o religión
- Negarse a prestar servicio a las personas en establecimientos comerciales
- Prohibición de matricular a los niños y niñas en las escuelas
- Impedir que personas negras entren en restaurantes, bares o edificios públicos o utilicen el transporte público.
El Código Penal brasileño prevé también sanciones a las personas que insulten a otros por motivos raciales (artículo 140). Un insulto racial se define como una ofensa al honor de alguien usando elementos de raza, color, origen étnico, religión o país de origen. El insulto racial está dirigido contra una persona específica, mientras que el delito de racismo se dirige a una colectividad.
Si eventualmente se convierte en una víctima de racismo o insulto racial, debe informar inmediatamente a las autoridades públicas. Hay muchas maneras de hacerlo:
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