El jefe de la Agencia de la ONU para los Refugiados insta a la solidaridad durante el Ramadán
Al empezar el mes sagrado de Ramadán, en medio de la pandemia de coronavirus, Filippo Grandi nos pide que recordemos a los casi 70 millones de personas forzadas a dejar sus hogares.
Assalamualaikum
A las puertas del mes sagrado de Ramadán, me gustaría desearles a todos los que lo observan un mes bendecido.
Este Ramadán es muy diferente a cualquiera que hayamos experimentado en nuestras vidas. Un mes que simboliza la unión, ahora tendrá como característica que las familias y las comunidades estarán separadas por una pandemia mundial que está afectando a todos.
Habrá menos congregación u oración colectiva.
Muchos no podrán romper el ayuno con sus familias y amigos.
En su lugar, la mayoría dedicará este mes al crecimiento espiritual y a una reflexión profunda.
Para más de 70 millones de personas refugiadas y desplazadas, el concepto de “hogar” es una realidad lejana. Para algunos, la separación de su familia, sus seres amados y su comunidad ha sido parte de sus vidas durante años, y en ocasiones décadas.
En este momento de incertidumbre y temor, me inspiran los innumerables relatos de esperanza, humanidad y generosidad.
Personas comunes están en la primera línea apoyando a gobiernos e instituciones. ACNUR está con ellas, trabajando contrarreloj para contener esta pandemia mortal y garantizar que los más vulnerables reciban apoyo.
Las propias personas refugiadas están tomando la iniciativa para ayudar a sus comunidades de acogida de todas las maneras posibles. Hemos visto familias entregando alimentos a sus vecinos mayores; empresas dirigidas por refugiados donando suministros médicos esenciales a organizaciones benéficas; y muchas otras acciones de apoyo a las comunidades donde viven las personas refugiadas.
Y las comunidades de acogida siguen demostrando una desbordada generosidad al proporcionar albergue y compartir lo poco que tienen.
Es importante recordar que la generosidad no sólo se traduce en lo material, sino también en un gesto amable; una palabra de aliento; una sonrisa; una buena acción.
Esta pandemia nos recuerda que estamos enfrentando estos desafíos juntos. Este mes nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre la importancia de las comunidades en las que vivimos y que apreciamos, y de nuestros esfuerzos colectivos para afrontar y superar dichos desafíos.
Aunque el espíritu de solidaridad humana ha sido puesto a prueba, puedo decir con confianza: la humanidad no será derrotada.
Ramadán Karim