El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados visita Sudáfrica para mostrar su apoyo al Gobierno y a las personas refugiadas

Con ocasión de una visita de dos días, Filippo Grandi promete una cooperación y un apoyo continuos al Gobierno de Sudáfrica para garantizar la protección de las personas refugiadas.

El Alto Comisionado Filippo Grandi se reúne con estudiantes refugiados y pertenecientes a la comunidad de acogida en el instituto Jules de Johannesburgo.
© ACNUR/Will Swanson

Concluyendo una visita de dos días a Sudáfrica, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, expresó un apoyo continuado a su Gobierno, que sigue garantizando la protección de personas refugiadas y solicitantes de asilo en el país.


Grandi hizo referencia a la hospitalidad y las políticas de puertas abiertas de las que ha hecho gala Sudáfrica durante décadas hacia las personas refugiadas y solicitantes de asilo, y elogió al país por sus esfuerzos para fomentar la inclusión socioeconómica.

“Sudáfrica ha sido un lugar al que han llegado muchas personas huyendo de la guerra, el conflicto y la persecución”, dijo. “Como muchos otros países, Sudáfrica se enfrenta al desafío de unos flujos migratorios cada vez más complejos, incluidas aquellas personas que se trasladan en busca de oportunidades económicas”.

Durante su visita, que comenzó el 14 de octubre, Grandi se encontró con ONG, agencias socias, líderes empresariales, funcionarios clave del Gobierno, y personas refugiadas y solicitantes de asilo.

“He venido para debatir con el Gobierno cómo se puede mejorar el modo en que el país recibe a personas solicitantes de asilo, la gestión de sus casos y la garantía de su seguridad”, explicó.

Se reunió en un centro comunitario del suburbio johannesburgués de Hillbrow con un grupo de personas refugiadas y solicitantes de asilo que le plantearon sus preocupaciones como consecuencia de un reciente brote de violencia contra personas extranjeras en diversos puntos del país. 

El grupo destacó sus temores por su seguridad personal, así como problemas en el acceso y renovación de documentación. Indicaron cómo esto afecta a su capacidad de trabajar y acceder a servicios básicos como educación y sanidad, con consecuencias especialmente graves en el caso de personas discapacitadas, enfermas, mayores y otras personas en situación de vulnerabilidad.

Aprovecharon para solicitar al Alto Comisionado que planteara sus preocupaciones al Gobierno. Grandi recibió la misma solicitud por parte de un grupo de líderes empresariales, quienes le contaron que el empleo a personas refugiadas se encuentra con el obstáculo de la falta de documentación.

“No sé por dónde volver a empezar”.

Wasenu, refugiado etíope de 40 años, perdió su negocio después de que lo asaltaran y saquearan.

“Tras muchos años luchando para reconstruir mi vida aquí, ahora he perdido la esperanza. No sé por dónde volver a empezar”, dijo, y añadió que llevaba casi una década viviendo en el país. 

Thethe, congoleña de 37 años y madre de siete hijos, contó que llevaba años esperando una documentación apropiada que reflejara su condición de solicitante de asilo. 

“Cuando no tienes papeles es difícil tener acceso incluso a servicios adecuados de atención médica”, explicó.

Grandi se reunió con el presidente Cyril Ramaphosa y con el Ministro del Interior Aaron Motsoaledi. Con ambos mantuvo conversaciones francas y constructivas acerca de la situación de las personas refugiadas y solicitantes de asilo en el país en el contexto amplio de sus desafíos migratorios.

Alabó el compromiso del Presidente con la protección de las personas que huyen de países afectados por el conflicto y la persecución y subrayó que muchos sudafricanos y sudafricanas han experimentado el asilo en primera persona, y que el retorno de personas refugiadas formó parte del viaje del país desde el apartheid hacia la democracia.

“El Presidente ha sido muy claro al afirmar que este es un país que no tolera la violencia”, dijo. “La lucha por la libertad y contra la injusticia sigue siendo un valor central para Sudáfrica”. Pero la pobreza y la desigualdad están creando tensiones entre las comunidades. ACNUR, en colaboración con socios de las Naciones Unidas y de la sociedad civil, seguirá trabajando en proyectos de cohesión social en comunidades de todo el país que acojan a personas refugiadas.

  • Wasenu, refugiado etíope, se dirige a Grandi en una reunión en Hillbrow (Johannesburgo).
    Wasenu, refugiado etíope, se dirige a Grandi en una reunión en Hillbrow (Johannesburgo).  © ACNUR/Will Swanson
  • El Alto Comisionado se reúne con personas refugiadas y solicitantes de asilo, quienes le plantearon sus preocupaciones como consecuencia de los recientes brotes de violencia contra personas extranjeras.
    El Alto Comisionado se reúne con personas refugiadas y solicitantes de asilo, quienes le plantearon sus preocupaciones como consecuencia de los recientes brotes de violencia contra personas extranjeras.  © ACNUR/Will Swanson

Añadió que, pese a los desafíos que supone el incremento del desplazamiento en la región, Sudáfrica ha seguido estando a la vanguardia de la adopción de políticas progresistas relativas a personas migrantes, refugiadas y solicitantes de asilo.

“Sudáfrica cuenta con una política más que ejemplar de recepción de personas en peligro procedentes de numerosos puntos de África, e incluso de más allá”, dijo. “Dicho esto, por supuesto, entiendo las dificultades. Estamos trabajando para hacerles frente”. El Alto Comisionado y el Ministro del Interior estuvieron de acuerdo en la importancia de trabajar en el sistema de asilo en Sudáfrica para hacerlo más justo y eficaz. En esta línea, ACNUR seguirá prestando su apoyo y asesoramiento.

“Todos somos africanos”.

El Alto Comisionado visitó además el instituto Jules, una escuela secundaria inclusiva en la que estudian más de 900 estudiantes, entre ellos refugiados, solicitantes de asilo y nacionales sudafricanos. Motivado por la diversidad de la escuela, Grandi pasó tiempo charlando con los estudiantes, que compartieron con él las experiencias de aprender codo con codo.

“Prefiero mirar al lado bueno de aprender junto con estudiantes de diferentes países y verlo como una oportunidad de enseñar y aprender a otras personas lo parecidos que somos en realidad”, dijo un estudiante de décimo curso.

“Todos somos africanos. Deberíamos interactuar de manera más positiva”, añadió el estudiante de 16 años.

Sudáfrica acoge a más de 260.000 personas refugiadas y solicitantes de asilo procedentes principalmente de Somalia, Etiopía, Zimbabue y la República Democrática del Congo.